tag:blogger.com,1999:blog-31665166804620544992024-02-18T20:29:20.388-08:00Crónicas de los Reinos del MarEspuma y sal en tus mañanasGuadalupe Oteo Iturmendihttp://www.blogger.com/profile/02291059099249425676noreply@blogger.comBlogger37125tag:blogger.com,1999:blog-3166516680462054499.post-20988754418384291532015-10-21T03:24:00.002-07:002015-10-21T06:23:07.427-07:00LA VOZ EN LA CARACOLA<img src="http://cdn-4.britishbattles.com/waterloo/images/trafalgar/height-of-battle.jpg" /><br />
<br />
Hoy, 21 de octubre de 2015, se cumplen 210 años, dos siglos y una década exactos, de la batalla de Trafalgar. Por ello, he querido regresar a mi blog y romper este "silencio" de muchos meses para compartir el apéndice final de la segunda de mis novelas, dado que el papel protagonista lo desempeña, sin lugar a dudas, ese tremendo combate naval. Su nombre es <i>La voz en la caracola</i> y es lo suficientemente largo como para compensar con creces todas las entradas que tengo en mi "debe" más que de sobra, pero creo que la ocasión lo merece. En su día, algunos se sorprendieron al leerlo, ya que a primera vista nada o casi nada tiene que ver con la novela a la que acompaña pero, escarbando un poquito más, puede que existan muchos lazos ocultos por descubrir. En cualquier caso, creo que es una "revisión" bastante original de la batalla de Trafalgar, así como un homenaje a todo lo bueno que se perdió (y/o ganó, quién sabe) en ella. Espero que os guste.<br />
<br />
"<b><span style="font-size: large;">S</span></b>oy la diosa Ceto, madre de todos los cetáceos, soberana de aquellos que renunciaron a su capacidad de vivir en tierra firme como condición necesaria para poder regresar al seno del padre Océano. En la imaginación de los hombres también soy la engendradora de los monstruos marinos, de todos los leviatanes, ya que para los frágiles humanos la división entre lo angelical y lo demoniaco suele ser solo el resultado de emociones contrarias, causadas por una misma realidad demasiado grande para ser abarcada.<br />
<br />
Los seres humanos... Cuán fascinantes. Y qué contradictorios. A pesar de su aparente insignificancia, ningún dios o diosa, desde que el mundo es mundo, podrá negar que les debe su inmortalidad, sus excelsos poderes y, siendo sinceros, incluso la propia existencia. Solo la prodigiosa fuerza creadora de sus mentes y su devota fe nos dan nuestra divina vida, con potestades y dominios específicos, con toda nuestra recua de telúricos ascendentes y heroicos descendientes y con una identidad perdurable en el tiempo. Sin ellos no somos nada.<br />
<br />
Los demás dioses no suelen tener esta clase de pensamientos, lo sé. Puede que sea una cuestión de orgullo o de simple supervivencia, pero se niegan a mostrar mayor interés por los hombres que el que tendrían por unos pequeños títeres con cuyas peripecias poder distraer sus tedios o, llegado el caso, intrigar entre sus iguales. Si yo soy diferente se lo debo a mis queridos hijos.<br />
<br />
Porque los únicos seres capaces de rivalizar en talentos con las criaturas humanas son precisamente ellos. De la delicada marsopa a la vigorosa orca, del tímido zifio al poderoso cachalote, del azul rorcual a la blanca beluga, del calderón al narval, de la gran ballena al pequeño delfín, todos y cada uno muestran un entendimiento y una voluntad extraordinarios, únicos en el planeta. Por eso los amo tanto, al igual que ellos me aman a mí.<br />
<br />
Fue su insistencia, de hecho, la que acabó convenciéndome de que el futuro, todos los futuros en realidad, dependerán cada vez más de ese ser humano de pareja inteligencia con mis hijos, pero no precisamente con la misma capacidad de empatía o compasión. Para bien o para mal, y al igual que pasa con el destino de nosotros, los dioses, en él estará depositado el destino del mundo, su destrucción o su salvación.<br />
<br />
A partir de entonces, soy una diosa con una misión...<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg94ObjyiglBr0B9J18HQF50FTxcDMfYKJKpyjBU6zXvFeO8Q_syHrpjTO5uAoQt1jzDljDawibnTkp-AqgLoILG8bd704U-hmPDmKIG-htuvUoCGJ6e8NYPy7YY21e8hDbOEV5qdki2sc/s1600/diosa+de+los+oc%25C3%25A9anos.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg94ObjyiglBr0B9J18HQF50FTxcDMfYKJKpyjBU6zXvFeO8Q_syHrpjTO5uAoQt1jzDljDawibnTkp-AqgLoILG8bd704U-hmPDmKIG-htuvUoCGJ6e8NYPy7YY21e8hDbOEV5qdki2sc/s320/diosa+de+los+oc%25C3%25A9anos.jpg" width="320" /></a></div>
<br />
<br />
<br />
Según el calendario de los hombres nos encontramos en el año del Señor de 1805. He dejado a Forcis, mi amado esposo-hermano, en el antártico mar de Scotia, parlamentando con sus predilectos calamares gigantes, los que moran en los abismos, y yo me encamino al norte, hacia la llamada lejana de mis hijos. En este caso son orcas y afirman haber dado con el sitio exacto.<br />
<br />
No es la primera vez que me hago ilusiones. A lo largo y ancho de los siete mares, durante siglos, he encontrado determinados lugares que reunían las características óptimas, y siempre he esperado que surgiera el desencadenante adecuado que me permitiera actuar, pero hasta la fecha ninguna de las muchas y prometedoras ubicaciones ha dado su fruto. Veamos qué pasa en esta ocasión.<br />
<br />
Aún me siento algo irritada por la conversación que he mantenido con Forcis antes de partir. Tiene una mente tan cuadriculada... No me extraña que se lleve tan bien con esos sesudos calamares colosales, henchidos de racionalidad y de soberbia. Lo amo, pero me cuesta entender por qué tengo que explicarle, y casi justificarle, mi misión desde el principio una y otra vez...<br />
<br />
Conciliador, siempre me dice que sabe bien que Euribia, nuestra hermana pequeña, engendró a los dioses tutelares de las tres razas profundas, y que comprende que, entre hermanos, los otros cuatro hijos de Ponto-Océano también debemos velar por ellos como criaturas marinas que son..., pero no deja de repetirme, a la menor ocasión, que no logra entender por qué estoy tan obsesionada con buscar piedras-corazón.<br />
<br />
Yo siempre le digo que deje tranquilos a nuestros hermanos Taumante y Nereo y que no se trata de encontrar más piedras-corazón, que eso ya lo hacen las recolectoras de los tres enclaves profundos, sino de algo completamente distinto. Las piedras que yo busco tendrán un cometido completamente diferente. Y quizá convenga explicar ahora, de nuevo, las razones de esta búsqueda.<br />
<br />
Nuestro padre es Océano, y nuestra madre, Gea, la Tierra. Ella suele hablarnos al oído cuando yacemos dormidos, entregados a los sueños, y en uno de esos sueños me reveló un gran secreto relacionado con su futuro: «De igual modo que los seres humanos de la superficie parecen destinados a ser mis verdugos, también podrían llegar a ser mis salvadores».<br />
<br />
Es evidente que la salvación de la Tierra debe surgir de los océanos, ya que este planeta es mayoritariamente agua, pero los humanos capaces de conseguirlo no pueden ser ni habitantes de la superficie sin más ni profundos normales y corrientes. Estos últimos carecen del poder que ostentan los otros, y además no tienen capacidad suficiente para llevar a cabo esta empresa. Tendrán que ser individuos «anfibios», o sea, miembros de pleno derecho de los Reinos del Mar, y al mismo tiempo expertos conocedores de los saberes de la tierra firme. Pero ¿cómo puede ser eso posible estando ambos mundos tan distanciados? Ni yo misma lo sé, pues la respuesta se oculta tras las brumas del futuro.<br />
<br />
Lo que sí sé es que serán moradores de la superficie y, en consecuencia, no poseerán piedra-corazón alguna que les permita vivir en el océano. Mi misión consiste precisamente en suplir esa carencia. Para ello debo localizar bajo el mar unos nódulos de manganeso tan extraordinarios que, llegado el momento, puedan servir de piedra-corazón para ese grupo de humanos ambivalentes, mitad de la tierra y mitad del mar.<br />
<br />
Pero la función de esas piedras irá mucho más allá. Serán en sí mismas armas poderosísimas, instrumentos imprescindibles para que los elegidos puedan coronar con éxito una misión que no será ganada con ningún recurso material. Las piedras atesorarán virtudes.<br />
<br />
Cada una de ellas, además de permitir la supervivencia de un humano bajo el océano, estará imbuida de una fuerza moral vinculada con una virtud concreta que conferirá a su portador un carisma específico e intensificará determinados sentimientos nobles y emociones sinceras. Esa será la auténtica singularidad de las Piedras de Ceto.<br />
<br />
La siguiente directriz de esta extraña misión tiene que ver con los escualos. Gea me reveló que las piedras que caerían bajo mi responsabilidad serían ocho, y que por ello se establecería desde el principio una íntima afinidad entre dichas piedras y ocho especies de cetáceos. Las creación de las otras ocho sería responsabilidad de distintas especies de tiburones, seres que jamás han creído en nosotros, los dioses. Pero al parecer, ellos, como mis hijos, también están muy preocupados por el futuro del planeta. En realidad, no tienen ningún interés en llamar mi atención, y si por ellos fuera, me ignorarían, pero estoy segura de que, llegado el momento, estarán junto a mí para realizar correctamente su parte del trabajo.<br />
<br />
Sospecho que las piedras serán nódulos de manganeso con un alto contenido en hierro, ya que cetáceos y escualos «aman» de forma peculiar dicho mineral, y no creo que sea casualidad que ambos grupos de animales estén implicados. Por eso serán llamadas «piedras de forja», y en lo que respecta a mi mitad, me aseguraré de que sean mis hijos más queridos los encargados de insuflarles esa primera chispa de vida cuando llegue el momento de despertarlas de su larga espera.<br />
<br />
Volviendo al número, ocho más ocho suman dieciséis... Pero en sus revelaciones, nuestra madre Gea insiste en que serán diecisiete los humanos que luchen para salvarla. Ese guerrero extra, su identidad y destino, son una incógnita que no se me ha permitido desvelar.<br />
<br />
Lo que sí sé, en mi calidad de diosa, es cómo «cargar» las piedras con su virtud correspondiente. Si puedo disponer de la suficiente cantidad de cada una de las emociones adecuadas, sabré cosecharlas como si fueran plegarias y reenviarlas íntegras al interior cada uno de los nódulos, convertidas en virtud. Nuestro padre, el mar, las custodiará hasta que sean encontradas por alguien experto en la búsqueda de piedras-corazón, y años más tarde, llegarán los elegidos para reclamarlas y las piedras despertarán de su letargo.<br />
<br />
Estoy segura de que el dios Océano exigirá algún sacrificio a cambio de custodiar cada una de las piedras —casi todos los tesoros hundidos bajo el mar han tenido que pagar el alto precio de un naufragio, y probablemente esta no será una excepción—, pero los detalles se me niegan, ocultos de nuevo en el futuro.<br />
<br />
La llamada de las orcas continúa insistente, y espero que mi hermano Forcis acabe por comprender la delicada naturaleza de mi misión. Ya solo me queda revelar las ocho virtudes con las que cargaré las piedras que me corresponden. Serán el amor, la humildad, la solidaridad, la verdad, la justicia, la inocencia, la misericordia y la rectitud.<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgYIwt6yulTLa9fpIDsv0K0g2gfFyFXlA_QeRBOyNR24w82Rla0WHP1rnozDaaP3hyphenhyphenvn1oTCMTPSOEBm9vPR3liZJOKlVoZz1CGmps8U9PUjUad8HuOE9WYPBfa-qDdcJS3URMfyfkO56I/s1600/dragones+yin+yang.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgYIwt6yulTLa9fpIDsv0K0g2gfFyFXlA_QeRBOyNR24w82Rla0WHP1rnozDaaP3hyphenhyphenvn1oTCMTPSOEBm9vPR3liZJOKlVoZz1CGmps8U9PUjUad8HuOE9WYPBfa-qDdcJS3URMfyfkO56I/s320/dragones+yin+yang.jpg" width="320" /></a></div>
<br />
<br />
<br />
A medida que cruzo el Atlántico de sur a norte voy identificando el lugar exacto desde la lejanía. Parece encontrarse en un paraje submarino cerca de tierra firme, entre los continentes africano y europeo, y —sí, ahora los detectó— convenientemente bien alfombrado de nódulos de manganeso con un gran porcentaje de hierro en su composición. Muy prometedor. Pero no suficiente.<br />
<br />
Debo esperar a encontrarme mucho más próxima a la zona para que los altos mástiles de los veintisiete navíos que aguardan al pairo provoquen un súbito caracoleo en mi corazón. El grupo de orcas, que ahora reconozco como asiduas de la zona por su voraz afición a las almadrabas que se emplean por allí, acude amoroso a mi encuentro, y todas, ellas y yo, empezamos a acariciar las primeras esperanzas. ¿Y si es aquí y ahora? Este lugar parece cumplir todos los requisitos; además de lo ya dicho, es la puerta de acceso a uno de los mares en los que se divide el océano único, en este caso el Mediterráneo, y me basta paladear levemente sus aguas para saber que desde antiguo estas costas, en las que se aprecia un cabo rocoso con una acogedora ensenada a cada lado, han albergado a una larga sucesión de humanos que, sin saberlo, ha ido saturándolas durante siglos de toda clase de emociones. Aquí se ha levantado una fábrica romana de salazón, una colonia hispanomusulmana, una fortaleza contra los piratas, un faro... Y ahora, esta veintena larga de barcos de guerra, sin contar fragatas, que aguardan con sus filas de cañones, de bocas redondas y negras, en un silencio para el que no han sido creados y en el que no se mantendrán mucho tiempo.<br />
<br />
Recapitulemos: Primero, tengo en el fondo marino nódulos de manganeso con mucho hierro capaces de convertirse en las piedras-corazón tan especiales que necesito; segundo, tengo una atmósfera cargada de emociones antiguas, y dentro de bien poco, si no me equivoco, de muchas otras nuevas. Con tantas voluntades enfrentadas no será difícil hallar una virtud para atesorar en cada piedra... Por último, donde hay tantos cañones pronto acabará habiendo hundimientos, y, desde que el hombre empezó a surcar las aguas, un naufragio es la ofrenda que más ha complacido al insaciable dios del mar.<br />
<br />
Por la Gran Madre... Creo que al fin he encontrado lo que buscaba.<br />
<br />
Casi sin poder contener la emoción, me dirijo a mis blanquinegras hijas para saber dónde nos hallamos, y ellas me responden sin titubeos: «Al abrigo del golfo de Cádiz, entre la bahía del mismo nombre y el estrecho de Gibraltar, a la altura de un pequeño cabo: una prolongación de tierra firme formada por dos lenguas de arena que juntas parecen querer entregar al mar la ofrenda de un pequeña isla de roca».<br />
<br />
A este lugar lo llaman Trafalgar.<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiNJESUCjrfZ32aqumqf-g-suq2d9dIbNkiBj4GgEQ-1ZojOKAKM7pVSbezJN6J2sUeEUwoa9vopTGEOlidFTPMbKV-n_0jVEmymWTvc1_UIykSHSDAkhdQg6uBcYpAkkQ4TBWcpDznQFI/s1600/catalejo.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="319" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiNJESUCjrfZ32aqumqf-g-suq2d9dIbNkiBj4GgEQ-1ZojOKAKM7pVSbezJN6J2sUeEUwoa9vopTGEOlidFTPMbKV-n_0jVEmymWTvc1_UIykSHSDAkhdQg6uBcYpAkkQ4TBWcpDznQFI/s320/catalejo.jpg" width="320" /></a></div>
<br />
<br />
<br />
Amanece el 21 de octubre. Eos, la de los rosados dedos, termina de reemplazar en el horizonte el negro de la noche por el primer sonrojo de la mañana y después acude a mí preocupada. En su mirada puedo leer que ella tampoco ignora lo que está a punto de ocurrir. También veo acercarse a Tetis, hija de mi hermano Nereo y espíritu tutelar del cercano Mediterráneo desde los albores de la existencia de ese mar, mucho antes incluso de que hubiera alguien para darle un nombre. Cuando estoy con ellas me da por pensar que lo que se avecina es cosa de viejas diosas, de deidades primigenias, y no de ese trío de hermanos olímpicos que acabó usurpándonos el poder. Se diría que hoy La Aurora reinará en los cielos en vez del viejo Zeus, que una nereida gobernará los océanos suplantando al bueno de Poseidón, y..., bueno, creo que todo apunta a que yo acabaré siendo la sustituta de Hades como señora del inframundo. La sonrisa con la que acompaño estos desvaríos se congela en mi boca al pensar en las luctuosas connotaciones de esa última parte y, apartando dichos pensamientos, vuelvo a centrarme en el presente.<br />
<br />
Mi sobrina nos hace saber que más barcos, hasta sumar un total de treinta y tres, se dirigen hacia allí desde la bahía de Cádiz. Sus intenciones son evidentes: plantar batalla al primer grupo con la pretensión de romper el cerco al que este último les ha sometido. Ella cree que lo conseguirán, pues son más cantidad de buques y en cada uno de ellos viajan más almas, pero cuando exploro dichas almas, así como las de sus adversarios, sé que ella se equivoca y que los recién llegados, de dos nacionalidades distintas pero unidos para la batalla, van directamente hacia la hecatombe.<br />
Que la balanza de la diosa Fortuna se va a inclinar a favor de los que aguardan me lo dice la razón, pero también el corazón. La primera me habla de navíos en mejor estado y de dotaciones de marineros mejor preparadas no solo técnicamente, sino en cuanto a edad idónea, alimentación o salud, pero es el segundo el que me acaba de convencer. Me revela que entre los que han levado anclas hay dos facciones unidas por una frágil alianza frente a la cohesión que da tener una sola y misma patria, y que la decisión de zarpar no convence a casi nadie entre los mandos y llena de temor y aprensión a ellos, a sus hombres y a la gente que aguarda en el puerto.<br />
<br />
Los nombres de los navíos me proporcionan la última certeza. No porque los lea, sino porque los reconozco en sus mascarones de proa y en la conciencia de sus respectivas tripulaciones. Gracias a ello confirmo que una de las facciones de los que se aproximan se acoge a las protecciones de los santos, y la otra, a las virtudes de los héroes. Existen algunas excepciones, pero son pocas, así que puedo asegurar que en esta ocasión no les salvará ni ese Dios cristiano al que veneran unos ni la supremacía del hombre de la que hacen gala otros. Por el contrario, serán los que aguardan, con nombres como Leviathan y Orión, Belerofonte y Polifemo, Ajax y Agamenón, Colossus y Minotauro los que acaben ganando la partida. Seres que, como yo, nacieron de una antigua cultura mediterránea: la griega, politeísta y pagana a la vez. Esta vez será mi gente, mi universo...<br />
<br />
Alto. Acabo de descubrir algunos nombres iguales entre las diferentes facciones de barcos, pero solo hay uno que se repite en los tres grupos de combatientes: Neptuno, como no podría ser de otro modo. Si aún tenía alguna duda de que al fin había llegado el momento que había esperado tanto tiempo, este conocimiento la acaba de disipar. Será pues la batalla de los Tres Neptunos, y el acontecimiento se revelará crucial para los Reinos del Mar.<br />
<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiDcc723K6zXO5gecT92Urv4saEmG_Bu2Mer8vV-mASTVgnrBUwXk9jbAEDV7ylH0Jxzpp3j6XEorSY9hLSRJ4PvPJB13-A0Qf41TfcGSOYKmZ5oN5osjtjLMWj8QwKU-QVBrwWqD2H8_Q/s1600/Combate+de+Trafalgar_Museo+Naval.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="181" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiDcc723K6zXO5gecT92Urv4saEmG_Bu2Mer8vV-mASTVgnrBUwXk9jbAEDV7ylH0Jxzpp3j6XEorSY9hLSRJ4PvPJB13-A0Qf41TfcGSOYKmZ5oN5osjtjLMWj8QwKU-QVBrwWqD2H8_Q/s320/Combate+de+Trafalgar_Museo+Naval.jpg" width="320" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<br />
<br />
Con el sol casi en su cenit resuenan los dos primeros cañonazos procedentes del San Agustín y de su compatriota el Monarca, y aunque sé que solo a través del matraz del sufrimiento se podrá alcanzar el objetivo que anhelo, mi corazón se encoje al escucharlos. Es más, si es preciso que las «ofrendas» deban ser siempre del bando que acumule más dolor, o sea, del de los vencidos, me cuidaré personalmente de que esos dos navíos no escapen a la selección solo por haber destruido la última esperanza de salvar la paz.<br />
<br />
Es difícil describir las horas que vienen a continuación. Demoledoras bolas de hierro, a una velocidad endiablada, impactan en cofas, en mástiles, en baupreses, en timones... y en cuerpos, haciendo que todo estalle en una nube infernal de astillas, sangre, tela, hueso y polvareda. Una bala puede eludirte, y sin embargo destrozarlo todo y a todos apenas unos metros más allá. Y aunque tu cuerpo sobreviva a esa andanada, tus ojos agonizarán de puro pavor divididos entre el horror que te rodea y el que sabes que pronto regresará, esta vez para cobrarse la vida que le quedó pendiente: la tuya. Y así, la cubierta se irá cubriendo de vísceras y miembros desgarrados, pero sobre todo de líquidos resbaladizos y hediondos, hasta que llegue el momento del abordaje y la muerte suba a bordo con otro rostro. Entonces solo cambiará la clase de heridas, y los pedazos sanguinolentos serán sustituidos por más sangre, por mucha más sangre derramada. Todas las batallas son atroces, pero las navales lo son de un modo especial porque tienen como escenario esos castillos flotantes, con el mar como único lugar al que huir desde el infierno de cubierta... Yo he visto muchas batallas en mi larga vida, pero esta está siendo especialmente cruenta y brutal y me resulta difícil seguir contemplándola hasta el final. Pero no debo perderme ni un solo detalle de lo que ocurra. Debo enfrentarme a los cuerpos destrozados y a los aullidos de los que agonizan si quiero cumplir mi misión. Y para empezar, en el mismo fragor de la contienda debo buscar lo más contrario a la guerra pero tan característico del ser humano como ella. Debo buscar y encontrar amor. Sí, amor. Para trasformar la primera de las piedras debo buscar amor en medio de esta lucha sin cuartel.<br />
<br />
Poco a poco, del desenfrenado movimiento de las masas rescato valerosas defensas o serenos pensamientos de individuos a los que no les mueve el odio ni la violencia, sino alguna clase de afecto sincero. En un bando, un comandante se levanta tras recibir una bala de cañón gritando que no es nada, para morir al poco desangrado pensando en la joven que acaba de desposar; en el otro, un almirante sabe que va a morir lentamente de un aciago disparo e impide que la tropa lo descubra para que no cunda el desaliento; en el primero, un hombre anónimo, demasiado viejo para luchar, se despide serenamente de una vida plena; en el segundo, un joven ignora su propio pánico y la refriega que lo rodea e intenta inútilmente taponar la herida de su amigo sin rendirse ni ante la rotunda evidencia de la muerte...<br />
<br />
Llevo trabajando sin descanso las últimas horas, intentando salvar la mayor cantidad de sentimientos fieles y afectuosos en toda esta masacre, y a eso de la media tarde, un incendio alcanza la santa bárbara de un navío y uno de los dos Aquiles salta en mil pedazos. El estruendo es tal que hasta la batalla naval se detiene por unos segundos. Yo también me paro y decido dar por concluida mi tarea de ese primer día, del día de la batalla, y aprovecho el hundimiento para hacer de él mi primera ofrenda al padre Océano. Reconforto a Tetis, que no ve bien que sea el nombre de su amado hijo el que haya volado por los aires, y la consuelo prometiéndole que velaré para que el buque homónimo del otro bando pueda regresar con bien a Gibraltar. Es entonces cuando entiendo que haya en la batalla un Aquiles en cada bando, al igual que tres Neptunos. Y es que me quedaba un amor por cosechar: el eco de aquel que queda esperando en casa el regreso del guerrero. Mi sobrina, como madre del héroe, me entrega ese presente, reviviendo el orgullo y el alivio que se siente cuando se ve regresar al hijo triunfador, pero dejando claro lo poco que eso compensa ante la amenaza del dolor y la desolación que conlleva el temido anuncio de su muerte. Ella aún sufre recordando y opta por retirarse definitivamente del campo de batalla, y como Eos hace tiempo que partió, sé que debo acabar la misión sola. Porque es ahora cuando comienza mi trabajo, durante el derrotado viaje de regreso a Cádiz de la escuadra combinada, con el máximo responsable de una de las dos facciones herido de muerte y con un tercio de sus barcos muy destrozados pero todavía bajo su mando.<br />
<br />
Justo antes de su partida, Tetis me recuerda que son ocho las especies de cetáceos que habitan en el Mediterráneo. Yo sonrío porque lo sé, y porque soy consciente de lo que esconden sus palabras. Aplaco su inquietud confirmándole que su querido mar será el escenario en el que culmine todo el proceso, y por ello, ocho serán las virtudes que trasladaré a las piedras que dejaré al cuidado de las aguas de Trafalgar. Capto su satisfacción y le encomiendo que instruya adecuadamente a todos mis hijos y que igualmente informe a los escualos de ese mar para que se encarguen de seleccionar también a sus otros ocho candidatos.<br />
<br />
Permanezco absorta viendo alejarse hacia el sur a mi sobrina y tardo en percibir que mis queridas orcas desean saber si ellas también participarán en la misión. Me apena tener que decirles que no, pues no son criaturas mediterráneas y deberán permanecer al margen. Solo puedo consolarlas felicitándolas por haber encontrado el lugar y entregándoles una merecida recompensa: el derecho vitalicio a habitar esas aguas fronterizas y el título honorífico de guardianas de las piedras y defensoras del umbral.<br />
<br />
Me alegra comprobar que las muestras de alborozo de mis hijas les distraen lo suficiente para no permitirles captar el remordimiento que me embarga, pues no he sido del todo sincera. La verdad es que ya he elegido a la defensora de la primera virtud, la adalid del amor, y, al igual que las orcas, es una criatura que pertenece a una especie que tampoco es estrictamente mediterránea. Pero estoy segura de que ella, la más frágil, acabará llevando la carga más pesada. Y eso solo se consigue por amor.<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjByjAfgHFXcXt6lr3vqNHY2hGxUxK9pp3CNrOlmCdufDeby0EdTxQDDhxuXK5LEUdZmtr7_KpMb9GNiUtKj63aY8GdHh1PmjQ5SSbyRp_F7uMXNizQbZbHM5b9hqz1UbbdrpbUQsUS32k/s1600/Batalla_de_Trafalgar+azul.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="181" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjByjAfgHFXcXt6lr3vqNHY2hGxUxK9pp3CNrOlmCdufDeby0EdTxQDDhxuXK5LEUdZmtr7_KpMb9GNiUtKj63aY8GdHh1PmjQ5SSbyRp_F7uMXNizQbZbHM5b9hqz1UbbdrpbUQsUS32k/s320/Batalla_de_Trafalgar+azul.jpg" width="320" /></a></div>
<br />
<br />
<br />
Si tras la batalla los vencedores hubieran tenido la prudencia suficiente y hubieran anclado inmediatamente su propia flota y la recién apresada habrían tenido su oportunidad y puede que yo hubiese perdido la mía, pero contaba con la sabiduría de una vieja verdad: «las victorias no suelen hacer prudentes ni humildes a los hombres». Así que la tempestad que he solicitado al padre Océano cae sobre ellos antes de que puedan hacer nada por eludirla, y empieza casi de inmediato a azotar sin compasión la costa de Cádiz.<br />
<br />
Al día siguiente, 22 de octubre de 1805, el mar comienza a embravecerse y ya no hay vuelta atrás. Estoy preocupada porque la víspera solo se entregó un navío a las aguas, y yo creía que serían dos, puede que los dos Aquiles, pero es probable que la propia Tetis, como diosa marina que es, haya tenido autoridad para impedir el segundo hundimiento. O puede que al tratarse del amor, la base sin la que ninguna otra virtud es posible, una sola ofrenda haya bastado para seleccionar las dos piedras de ese día... Confío en ello, pero sé que a partir de ahora la ofrenda deberá ser doble: una de mi parte y de mis hijos marinos y otra de parte de los escualos. No ignoro que ellos están muy pendientes de todo lo que ocurre aquí, e imagino que tendrán su propia manera de imbuir sus piedras con el germen de las virtudes que a ellos les resulten más afines.<br />
<br />
Mis inquietudes deben de haber contribuido a recrudecer el temporal, pues los briosos caballos blancos de Poseidón, con los que empezaron a encabritarse las aguas, se van alejando cada vez más para dejar paso a los caballos negros de su hermano Hades, a esas funestas olas, enormes y oscuras, que solo presagian muerte y destrucción.<br />
<br />
Ah, la soberbia de los hombres... El orgullo no es solo cosa de vencedores, y a la hora de empezar cualquier contienda inflama los corazones de ambos bandos por igual. Especialmente de sus dirigentes, quienes, sintiéndose agraviados, no dudan en usar la bien llamada «carne de cañón» para lavar sus supuestas ofensas o enaltecer aún más sus pretendidos honores.Igual que encontré el amor más allá del odio y la violencia, tendré que buscar tras la arrogancia para hallar la humildad, la segunda de las virtudes. Cuando recolecto y envío a otra de las piedras todos los sentimientos humildes, de sencilla dignidad y espíritu noble que logro extraer de las miles de almas que participaron en la batalla, y también de las que ahora luchan contra la tempestad, no puedo evitar pensar en el máximo responsable de esta carnicería: el almirante de la derrotada escuadra aliada. No es lo mismo ser humilde que ser humillado, pero si lo segundo llega en el momento adecuado y a la persona idónea, bien puede servir de lección para acabar haciendo tuya esa virtud primera. Todo depende de la capacidad de cambiar a mejor..., aunque no sé si este será el caso. Solo soy consciente de que ese marino que desoyó los consejos de los otros mandos y en el último momento decidió mandar a más de cuatro mil cuatrocientos hombres a la muerte está ahora en manos de sus enemigos. Y no le queda mucho tiempo para renegar de su orgullo, pues tras su liberación la muerte le estará aguardando en el camino de vuelta a casa.<br />
<br />
Pero ahora no me interesa el destino del almirante en jefe de los perdedores, sino el del su navío. Tiene un nombre que me agrada: el Bucentauro, y un magnífico mascarón de proa que representa a un ser mitad toro mitad hombre. Le ha correspondido luchar en el epicentro de la batalla, y ahora, rodeado de barcos enemigos y seriamente dañado, su tripulación se ahoga en un baño de sangre y no tarda en arriar la bandera. Más de la mitad de los hombres han sido rescatados por el Indomable, pero una dotación de presa del bando vencedor se acaba haciendo cargo del gobierno de la nave y toma prisioneros al resto. Ese parece el final, cuando la tormenta les golpea de lleno y todos los que van a bordo luchan por entrar en la bahía de Cádiz.<br />
<br />
Este día de 1805, el Bucentauro fondea sin mástiles en una playa muy cercana al puerto de Cádiz, pero con tan mala fortuna y en tan mal estado que inmediatamente se va a pique. En el último momento, su tripulación ha conseguido represar la nave, por eso, cuando todos huyen del barco que se hunde, los vencedores son hechos prisioneros y los vencidos recibidos con alegría por sus paisanos. No hay muertes que lamentar.<br />
<br />
Ya está. La ofrenda de hoy se ha realizado y el padre Océano la ha aceptado con agrado. Y la segunda virtud, la humildad, ya ha sido guardada en una de las piedras. Que ambos bandos hayan acabado trabajando en equipo para salvar vidas, que los roles de triunfadores y derrotados se hayan trastocado e incluso que los de tierra firme hayan ayudado a todos por igual es una de las más hermosas lecciones de humildad que he presenciado. He acertado en mi elección y me alegro por ello. En este día he acabado satisfecha la tarea.<br />
<br />
Mi alegría se empaña cuando contemplo cómo, algo más al sur, naufraga el Fogoso. A bordo de ese navío capturado había cientos de prisioneros, además de la dotación de presa del bando vencedor. Pero el mar no hace distinciones. A diferencia del Bucentauro, en este caso todos, vencedores y vencidos, se ahogan engullidos por el temporal. Y supongo que de ese modo el padre Océano recibe en custodia la virtud que corresponde a aquel día por parte de los escualos. Supongo que mis ofrendas no estarán libres de muertes indefinidamente y que no siempre tendré tanta suerte como hoy, pero saberlo de antemano no impide que mi alma se suma en el pesar.<br />
<br />
A este respecto solo puedo prometerme a mí misma que haré todo lo posible por entregar las menos almas posibles a las aguas, y que la elección de los barcos de entre el bando perdedor, esos que naufragarán para convertirse en ofrendas al padre Océano, será siempre desde el aprecio y la admiración. Buscaré entre los más dañados aquellos cuya singladura ensalce a sus pilotos y a sus tripulaciones, y sus maltrechos cascos acabarán descansando en el fondo del mar como un homenaje a la noble conducta de aquellos que lucharon en sus cubiertas. Lo juro.<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEit5vD2W3w-oLeMTtK0KXP1hu3QhlPUO-1bF4yb9QcqcUtG4iW1cIq5lVfdJPmRWnLqcQKd2DN3lvKnu1GJC8j3WHZXNGp3K347CQ6DtvayxFmW_wFFCRol5CjCmOyzNYapQcOWAj1SBnw/s1600/800px-Trafalgar%252C_tormenta.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="213" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEit5vD2W3w-oLeMTtK0KXP1hu3QhlPUO-1bF4yb9QcqcUtG4iW1cIq5lVfdJPmRWnLqcQKd2DN3lvKnu1GJC8j3WHZXNGp3K347CQ6DtvayxFmW_wFFCRol5CjCmOyzNYapQcOWAj1SBnw/s320/800px-Trafalgar%252C_tormenta.jpg" width="320" /></a></div>
<br />
<br />
<br />
El 23 de octubre, la tormenta, lejos de amainar, parece sacar nuevas energías de su negro corazón para seguir vapuleando inmisericorde las maltrechas naves. El desaliento entre las tripulaciones comienza a ser grande. Y más que lo será.<br />
<br />
Así como ayer pensaba en el destino de ese almirante que condujo a las naves a su perdición, hoy, mientras contemplo la tempestad y espero acontecimientos, no dejo de pensar en un contralmirante que estaba a su servicio. Si ayer reflexionaba sobre el orgullo, hoy lo haré sobre la insolidaridad. Desde el principio del combate, este hombre desoyó las señales del buque insignia, que le pedía que su batallón acudiera al corazón de la contienda, y continó impertérrito con el rumbo establecido. Pero cuatro navíos decidieron abandonar y acudir en auxilio de sus camaradas. Horas más tarde, al mando ya solo de seis navíos, el contralmirante, viendo el negro cariz que estaban tomando las cosas, decidió girar hacia el oeste para huir definitivamente de la batalla. Esta vez solo dos navíos desobedecieron sus órdenes y se volvieron para combatir.<br />
<br />
Hoy tampoco me entretendré con el destino de este hombre. Su egoísmo, su cobardía y el desprecio hacia sus compañeros tendrán como contrapartida el más grave deshonor, pero, además, los cuatros barcos que escaparon de la batalla y de la tempestad no irán muy lejos, ya que soy consciente de que pronto serán apresados en otras aguas.<br />
<br />
Durante todo ese día, los navíos resisten el zarandeo de las olas, y no solo eso, sino que algunos de los barcos que llegaron derrotados al puerto de Cádiz el 21 regresan ahora al mar para intentar represar algunos de sus naves capturadas. Logran recuperar un par de ellas, y en ese gesto hermoso encuentro generosidad más que de sobra para cargar otra piedra con la tercera de las virtudes: la solidaridad. A pesar del lamentable estado en el que se encuentran, han reunido coraje suficiente para salir de nuevo de la bahía y enfrentarse no solo a sus enemigos, sino también a la tempestad, y todo para intentar liberar a sus compañeros. Sí, tengo solidaridad suficiente en la conducta de todos y cada uno de los muchachos que se hicieron a la mar, pero tampoco olvido aquella de la que hicieron gala los barcos que, en dos ocasiones, el día de la batalla, se negaron a seguir a aquel desertor y abandonar a su suerte a los suyos.<br />
<br />
Estoy pensando en ello, ya de noche cerrada, cuando el San Francisco de Asís, falto de amarras, se estrella contra las rocas. Descubro sorprendida que es uno de los cuatro navíos que desobedecieron las órdenes de aquel contralmirante manteniéndose junto a sus compañeros, y como yo no he hecho esa elección, deduzco que ha sido cosa de los escualos, con lo que por lo menos esta jornada, las virtudes con las que hemos trabajado ellos y nosotros son semejantes. Sonrío, pues pienso que nos somos tan distintos si ambos valoramos por igual el hecho de arrimar el hombro y ser solidarios con nuestros camaradas.<br />
<br />
El tiempo se acaba y yo al final me decanto por el Neptuno, y también él termina estrellándose no muy lejos de allí. Me apena porque es uno de los barcos que ha ayudado a represar precisamente al que acababa de destrozarse contra las rocas, pero debo ser fiel a mi palabra, y él es uno de los dos que, en un acto de heroísmo, desobedecieron abiertamente al cobarde, abandonaron sus directrices y regresaron a una batalla ya perdida. Pienso entonces que, tratándose de la virtud de la solidaridad, resulta secundario que el trabajo realizado dé sus frutos. Lo realmente importante es luchar por el otro, el esfuerzo por conseguir ayudarlo. El resplandor de dicha virtud no disminuye un ápice si se fracasa o parece que todo sirve de poco.<br />
<br />
Esta vez soy yo la que debo asumir un coste mayor, pues en mi naufragio mueren veinte hombres, mientras que en el otro solo se ahoga el segundo piloto. Pero debo reconocer que podría haber sido mucho peor, pues se han salvado muchos, así que lo acepto y, tras este largo día, doy por concluida la tarea.<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhLSEkuX6BOveNyT990BiCWS3oZhsEo68pO1zuUVk_meqEuyjSRAPv_lZ_yCtXtzTzvcoWaLl0OP0fXU-DMoYok_FVU8MDv1Ri9Pddg153isb0TEtBUmq3dNxIOp5e-s4MNkxJfxm41Tvc/s1600/Bucentaure+Trafalgar-Mayer_mg_0586.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="235" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhLSEkuX6BOveNyT990BiCWS3oZhsEo68pO1zuUVk_meqEuyjSRAPv_lZ_yCtXtzTzvcoWaLl0OP0fXU-DMoYok_FVU8MDv1Ri9Pddg153isb0TEtBUmq3dNxIOp5e-s4MNkxJfxm41Tvc/s320/Bucentaure+Trafalgar-Mayer_mg_0586.jpg" width="320" /></a></div>
<br />
<br />
<br />
El 24, con una tempestad eterna que parece haber desbancado al sol para siempre, el Santísima Trinidad termina hundiéndose. Es el buque más grande de todos, y se muestra recio, coherente, casi testarudo, tanto a la hora de rendirse como a la hora de naufragar. Tres largos días ha estado mostrando su entereza y la verdad desnuda de sus muchas heridas y quebrantos, y lo que no ha logrado el ensañamiento del enemigo durante la batalla lo ha rematado el temporal. Los vencedores han intentado remontarlo hacia Gibraltar, pues incluso ahora, convertido en un mero cascarón sin un solo mástil, sigue siendo un buque magnífico de cuya captura se pude presumir, pero se diría que él prefiere permanecer allí, digno y altivo hasta el final. Su aguante y entereza han sido conmovedores, así que decido ayudarle un poco para que los cables de remolque se rompan con un restallido y finalmente se hunda. Aún quedan algunos hombres en la cubierta inferior, pero el desvencijado navío ya no puede mantenerlos con vida porque no puede aguantar más. La cruda realidad de los alaridos saliendo por las escotillas se mezcla con la del propio navío, y sé sin lugar a dudas que esta ofrenda será la que cargue la piedra de la cuarta virtud: la verdad. La triste, feroz y descorazonadora verdad de la guerra. De todas las guerras.<br />
<br />
Cuando se va a pique el Monarca, el que lanzó el segundo cañonazo que dio comienzo a la batalla, por un segundo me regocijo reivindicativa, aún furiosa por la mezquindad y la barbarie del ser humano. Pero eso sería volverme un poco como ellos y no lo deseo, así que intento aplacarme, y cuando descubro que no ha habido bajas en el elegido por los escualos, me alegro de corazón.<br />
<br />
El día 25 acaba llegando y ni el aullante viento ni el embate de las fieras olas dan un solo instante de respiro a los marineros, sumidos desde hace días en una falsa noche sin aurora. Mi voluntad comienza a flaquear. Esto está durando demasiado incluso para una diosa. Debe llegar pronto el alivio y el consuelo.<br />
<br />
Sin embargo, aún quedan duras pruebas por pasar, pues tras la verdad del Santísima Trinidad llega el turno de la justicia del Indomable. La quinta de las virtudes tiene como protagonista al barcoque rescató a más de la mitad de la tripulación del Bucentauro, y así, repleto de almas, entró en la bahía de Cádiz el mismo día 21. ¿Por qué no han empleado estos cuatro días en ir desembarcando a la gente? No lo sé, pero la noche del 25 el buque se resquebraja y llega de tal guisa a la arena de la playa que solo sobreviven doscientos cincuenta y cuatro hombres. ¿Qué justicia puede haber en eso?, ¿que de los mil muertos resultantes quinientos eran del Indomable y otros quinientos del Bucentauro, lo que supone un número equitativo de supervivientes en cada bando? ¿Cómo puedo entregar esta ofrenda al padre Océano, si además he estado todo el día recabando los sentimientos de justicia, los gestos de ecuanimidad y ponderación que se han dado en todos los navíos desde el día de la batalla? Para acabar de hacerlo todo más absurdo, más injusto diría yo, el segundo naufragio de hoy, el que compete a los escualos, es el del Águila, también varado en la arena, pero esta vez en un montículo en medio del mar, lo que presentaba a priori mucho peor pronóstico. Sin embargo, al final toda la tripulación consigue abandonar el barco y el buque se pierde sin más quebraderos de cabeza.<br />
<br />
Esos mil muertos... Soy Ceto, soberana de los cetáceos, y aún tengo fuerzas para seguir.<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhaMRoN1qaZT4NvAuD7A6x2jOTUr4THZNrao4QQ6xFgujREMrLNWWMlfVfXWWx1ungYDq8JHS3h6hBx4Zek3_-n1GA67l0UpXBgraKzvsXCZg5Y99ljRekU3E8m464EExX5SuCDky3nS4Y/s1600/batalla+de+trafalgar.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="187" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhaMRoN1qaZT4NvAuD7A6x2jOTUr4THZNrao4QQ6xFgujREMrLNWWMlfVfXWWx1ungYDq8JHS3h6hBx4Zek3_-n1GA67l0UpXBgraKzvsXCZg5Y99ljRekU3E8m464EExX5SuCDky3nS4Y/s320/batalla+de+trafalgar.jpg" width="320" /></a></div>
<br />
<br />
<br />
Día 26. Deseo que esto acabe pronto y a veces me cuesta creer que quede alguien cuerdo a bordo de los barcos que siguen luchando contra la tempestad que no cesa. En ocasiones me parece notar una cierta mejoría en el clima, pero no sé si es mi propio deseo, que me juega malas pasadas. Así que cada vez que pienso en los pobres marineros...<br />
<br />
Intento superar el aciago día de ayer concentrándome en el que tengo por delante. Me corresponde trabajar con la sexta virtud: la inocencia, y aunque cueste imaginar que un campo de batalla sea el lugar adecuado para buscarla, lo cierto es que repasando todos los pormenores del enfrentamiento he encontrado muchos comportamientos y pensamientos puros e inocentes. Puede que no en los mandos, pero sí en la tropa, a veces demasiado ingenua y confiada a la hora de seguir las órdenes o aceptar las calamidades que la vida les depara. Indagando en muchos corazones he visto el amor por las cosas sencillas, por una melodía silbada, una cancioncilla, una charla entre amigos o cualquier simple entretenimiento. Sí, tras la rudeza de las formas se esconde en ocasiones la inocencia del niño al que no le han dejado ni jugar ni crecer. Mi ofrenda de hoy es, con el permiso de Zeus, el Rayo. Hace tres días se hundió el San Francisco de Asís y me dio pena no ser yo quien hiciera la ofrenda de su naufragio, pero ahora puedo resarcirme con este otro navío que ha desarrollado una conducta muy similar. Sí, también desobedeció a aquel traidor en la primera ocasión que tuvo para poder seguir luchando junto a los demás, también regresó con bien a Cádiz para salir luego el 23 a volver a jugárselo todo con el fin de represar al Neptuno y al Santa Ana. Puedo decir con respeto y admiración que el Rayo embarrancó en la costa unos días atrás, pero hoy ha sido evacuado y quemado por los suyos, ya que nada se podía hacer con él. Los de la dotación de presa han sido hechos prisioneros, pero han sobrevivido prácticamente todos. Los barcos capturados que quedan están tan terriblemente deteriorados que creo que el incendio del Rayo no será el último, porque ni para los vencedores merece la pena mantener la captura de tales buques. Ya veremos.<br />
<br />
Demostrando que no ando desencaminada, el otro naufragio del día de hoy, el de la parte de los escualos, ha sido el del Intrépido, previamente capturado y quemado ahora frente a un islote por el buque Britannia para evitar su represa.<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjpwPsR2XGy6kyGdD5HroLgxjqB86Ofd9LX1QwxhhcAb0W2_s88m96llue_7iGgLqeUiskOwrOxaulB7B3IVskiQ-sGH0vdHRQcoZ0C4V4TQKyy1gqmJndziMPwT0lJopMKy0T_uEfzpuU/s1600/Indomptable+trafalgar.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="220" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjpwPsR2XGy6kyGdD5HroLgxjqB86Ofd9LX1QwxhhcAb0W2_s88m96llue_7iGgLqeUiskOwrOxaulB7B3IVskiQ-sGH0vdHRQcoZ0C4V4TQKyy1gqmJndziMPwT0lJopMKy0T_uEfzpuU/s320/Indomptable+trafalgar.jpg" width="320" /></a></div>
<br />
<br />
<br />
Hoy día 27 puedo decir que no son figuraciones mías y que las aguas comienzan lentamente a aplacarse. Sigue habiendo mala mar, pero las cosas están mucho mejor. Aunque debo reconocer que esto también sirve para que nos demos cuenta de lo desastrosa que es la situación después de pasar por semejante trance. Supongo que por eso es normal que hoy me dedique de lleno a trabajar con la virtud de la misericordia, la penúltima, y es más cerca del momento presente cuando más sentimientos de compasión y conmovido pesar recabo entre los supervivientes. Incluidos los míos propios, añadiría, que no sé si servirán para este fin, pero que no puedo evitar sentir. De todos modos, también me asalta un punto de enojo cuando comprendo que el hombre parece necesitar llegar a situaciones límite para que su corazón se descongele y le permita sentir esta empatía ante el sufrimiento y esta conmiseración por el prójimo. Bueno, los claroscuros del alma humana hace tiempo que dejaron de sorprenderme, así que prefiero tomar lo bueno de sus ahora sí conmovidos corazones y dejar las cosas como están.<br />
<br />
No habría hecho falta más dosis de esta séptima virtud de la compasión si era a ese precio, pero a pesar de que las condiciones del tiempo van mejorando paulatinamente, un mal golpe de mar y el continuado castigo que ha tenido que soportar desde el ya lejano día de la batalla hacen que el Berwick se estrelle contra la costa, quede varado primero y después naufrague. Muchos desaparecen entonces bajo las aguas, incluida la tripulación de presa procedente del otro Aquiles. Vuelvo a recordar el dolor de Tetis, los infinitos dolores tanto físicos como espirituales que he tenido que presenciar desde que empezó todo esto, e incluso mi propio dolor al aceptar la parte de responsabilidad que me atañe, y lloro amargamente, demostrando que hasta una diosa puede llorar. No es difícil sentir misericordia por estos últimos y por todos los que perecieron antes, desear tener la posibilidad de cambiar sus destinos, perdonar sus muchos errores no porque se lo merezcan, sino porque resulta intolerable que alguien padezca lo que estos miles de hombres han sufrido durante más de una semana.<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgZTinLCk58tulF9_Yc6fyCIMODluK5jzny70YfqAwPyfSbTs6rWiekA034SijhyphenhyphenX1wNYDkn9P-fLED1ir0o9xpqYR13UmrZx0bqXzU880TX_4Z9sM584s7qt1NtEQsSdGHXRa7CS2Fd54/s1600/TrafalgarMDE_9_G.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="212" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgZTinLCk58tulF9_Yc6fyCIMODluK5jzny70YfqAwPyfSbTs6rWiekA034SijhyphenhyphenX1wNYDkn9P-fLED1ir0o9xpqYR13UmrZx0bqXzU880TX_4Z9sM584s7qt1NtEQsSdGHXRa7CS2Fd54/s320/TrafalgarMDE_9_G.jpg" width="320" /></a></div>
<br />
<br />
<br />
En las jornadas sucesivas, los escualos completaron su lote de ocho piedras, y yo también lo hice. De hecho, a mí solo me faltaba hacerme con una virtud, pero al ser la que englobaba las siete restantes, la rectitud, tuve que hacer un detallado repaso de todo lo que había sucedido frente al cabo Trafalgar durante los últimos días para poder imbuir en el último de los nódulos los sentimientos correctos de nobleza y gallardía. Como yo había augurado, los últimos naufragios no fueron por la tempestad ni por los daños de la batalla, sino porque los propios vencedores acabaron considerando que los barcos estaban en tan penoso estado que les resulto más rentable prenderles fuego. Al San Agustín, aquel del primer cañonazo, lo quemaron el Leviathan y el Orión; al Argonauta, el Ajax. Pero para la rectitud no quise usar este tipo de ofrenda, no para la virtud que reúne en su seno y acaba de llevar a la perfección a las otras siete, así que pedí al padre Océano un barco que tuviera un destino singular. Me concedió el Bahama... y nada más puedo decir sobre él. Hay quien cuenta que naufragó, otros dicen que desarbolado de todos sus palos fue sencillamente abandonado por ambos bandos a su suerte, algunos le dan por perdido y otros insisten en que fue remolcado a Gibraltar. En fin, solo el padre Océano sabe cuál fue su destino, pero le complació especialmente, ya que dio por buena dicha ofrenda. Lo que no olvidé fue incluir en los trabajos finales una última y devastadora conclusión sobre la guerra, sobre todas las guerras, pero especialmente sobre esta. Y es que una guerra nunca la gana nadie. Ya hablé en su momento de los derrotados, de los que regresaron a Cádiz con solo un tercio de sus naves. Ahora me referiré a los supuestos vencedores.<br />
<br />
Al final, aquellos que parecían haber ganado la batalla tardaron una semana en conseguir llegar a la cercana Gibraltar por culpa de la galerna. Y cuando lo hicieron solo llevaban la paupérrima cifra de cuatro barcos capturados. Entregaron muchos a la tempestad y con ellos también perdieron a sus tripulaciones de presa, e incluso sus propios barcos fueron vapuleados por el padre Océano de tal modo que algunos, como el Minotauro o el Colossus, estuvieron a punto de irse a pique. Baste decir que el Príncipe, el único navío que salió de la batalla tan bien parado que no sufrió baja alguna, resultó luego tan castigado por el oleaje que apenas consiguió regresar a la Roca... En definitiva, puede que en la bahía de Cádiz cundiera la desesperación entre las gentes al ver llegar aquel primer día a los despojos de la escuadra aliada, pero el abatimiento cayó igualmente, siete días después, sobre los que aguardaban en el puerto de Gibraltar, al comprobar el mal estado en el que también atracaban sus «victoriosas» naves.<br />
<br />
En una guerra nunca hay vencedores. En una guerra pierden todos.<br />
<br />
Ya he terminado. Dieciséis nódulos de hierro y manganeso, surgidos hace miles de años del trabajo conjunto de volcanes de fango y microorganismos de hábitats extremos, descansan en este golfo de Cádiz. Ya se han convertido en recipientes de virtudes y aquí esperarán —mis ocho y los ocho de los escualos— el tiempo que haga falta hasta que sean trasladados al Mediterráneo. Será allí donde comenzará la fase final, cuando los elegidos tomen las piedras y, encabezados por una piedra más, la número diecisiete, cuyo significado e identidad desconozco, las despierten y las conduzcan a los que están destinados a portarlas. Este tesoro sumergido es el legado de mis hijos para los otros hijos de Gea, su propuesta para reparar lo estropeado..., confiemos que estén en lo cierto y cuando los hombres lo reciban hayan crecido lo suficiente como para saber darle el uso para el que fueron creadas, que no es otro que salvar la vida de este ser vivo al que llamamos Tierra.<br />
<br />
Me despido de este rincón del océano Atlántico, antesala del Mediterráneo, dejando como último retazo del don que aguarda mi salutación y proclama: «He aquí las piedras de forja. Diecisiete son, una por cada año de la diamantina, pues ella será la primera. De la mano del que persigue un imposible, con las Piedras de Ceto partirá. Y la hora habrá llegado». (pags. 405-423 de El destino de Élias. Un mar diferente)<br />
<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjX639vn9KxYsyZw9cpKr-e3dS__bJ4ntU74aff1E1Oc_DV0mnq0ZCBAH_oi9wOgHAznkvUlxEQq_cto1yB5Yap-3ClheMrcvGmM5ap75vlLopBicquIoPlr5sGEJAYKyRJW2ILYXNE8I4/s1600/BATALLA+DE+TRAFALGAR+0.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="271" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjX639vn9KxYsyZw9cpKr-e3dS__bJ4ntU74aff1E1Oc_DV0mnq0ZCBAH_oi9wOgHAznkvUlxEQq_cto1yB5Yap-3ClheMrcvGmM5ap75vlLopBicquIoPlr5sGEJAYKyRJW2ILYXNE8I4/s320/BATALLA+DE+TRAFALGAR+0.jpg" width="320" /></a></div>
<br />Guadalupe Oteo Iturmendihttp://www.blogger.com/profile/02291059099249425676noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3166516680462054499.post-38051208334947925582014-10-01T03:46:00.000-07:002014-10-01T06:15:27.488-07:00Una cuestión de justicia.<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj_IkXwMJAJGbO-EVjIDLQw8LMHtiRf8uu60ZhHW7vbom517I1xGqWtJepb1ETXSPbzBi-2u36sVOOxlrByTQ08h6NccfrtevowiwqAX_JNwpEv0R__vSxOm4GcZLyCMZwJhybRhij2owo/s1600/mar.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj_IkXwMJAJGbO-EVjIDLQw8LMHtiRf8uu60ZhHW7vbom517I1xGqWtJepb1ETXSPbzBi-2u36sVOOxlrByTQ08h6NccfrtevowiwqAX_JNwpEv0R__vSxOm4GcZLyCMZwJhybRhij2owo/s1600/mar.jpg" height="239" width="320" /></a></div>
<br />
<div style="text-align: justify;">
Hace medio año que no presento en este blog ningún fragmento de El destino de Élias relativo al encuentro con algún cetáceo mediterráneo en particular y a la virtud específica que éste acaba insuflando en una de las Piedras de Ceto que portan Élias y los demás viajeros. Tras mostraros, en abril, lo que sucedía con aquel viejo zifio, portador de la virtud de la verdad, ahora tocaría (después de tanto retraso...) la aparición al cruzar el canal de Sicilia de dos hermanos rorcuales, muy parecidos y muy distintos a la vez, quienes ofrecerían juntos la siguiente virtud, la de la justicia. Pero, precisamente por ser una cuestión de justicia, no van a ir por ahí los tiros en esta ocasión.</div>
<br />
<div style="text-align: justify;">
La organización WWF acaba de presentar su informe bianual Planeta Vivo 2014, y sus conclusiones no pueden ser más desalentadoras. En solo cuatro décadas, se ha extinguido la mitad de las especies de fauna y flora de nuestro planeta. Así, tal cual. LA MITAD. Como es de suponer, me he quedado profundamente sobrecogida y, de pronto, me he acordado de que, después de conocer las muchas "heridas" del Mediterráneo, intuí que esto podría acabar pasando a escala mundial. Ha sido la única vez en mis novelas en las que, digamos, he hablado yo, Guadalupe, y, por ello, la pareja de rorcuales tendrá que esperar, ya que esta vez no se trata de presentaros un fragmento de ninguno de los tres libros de la saga de Los reinos del Mar... aunque no cambiamos de volumen porque mis reflexiones se encuentran precisamente (pronto sabréis porqué) al final de la segunda de mis novelas. Hablo del mar... pero, a tenor de este terrible informe de WWF, bien podría hacerlo del planeta entero. Estas fueron mis palabras tras concluir El destino de Élias, esas que aparecen en la última página del libro:</div>
<br />
<div style="text-align: justify;">
<i>Nota de la autora</i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><br /></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i> La trama de esta obra es, obviamente, ficticia. Sin embargo, hay muchas cosas en ella que no lo son. Al igual que en Rielar y los Reinos del Mar he procurado siempre que la información objetiva sobre los océanos durante el tiempo en que trascurre la obra sea lo más fidedigna posible. Así, los datos oceanográficos, geográficos, zoológicos —y dentro de estos últimos, en la medida de lo posible, los relativos a la conducta animal—, remiten a un esforzado trabajo de documentación. Confío haber interpretado correctamente las fuentes, pues mi afán era mostrar la verdad. Desde el hundimiento del Prestige en noviembre del 2002, casi al comienzo del libro, hasta el encuentro final del Rainbow Warrior y el Esperanza en junio del 2006, pasando por choques de submarinos, nombres de familias de orcas o morbilivirus, todo puede ser contrastado en Internet.</i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><br /></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i> Pero no es en esta verdad en la que quiero insistir ahora. Deseo dejar constancia de lo demoledoramente cierto que es la situación por la que atraviesa actualmente el mar Mediterráneo. No me explayaré sobre ello pues para eso está la novela, pero sí diré algo más. El intenso tráfico marítimo y las lacras que siguen su estela, el uso generalizado de sonares y los experimentos vinculados a ellos, las sanguinarias redes de deriva y otras artes de pesca igual de insostenibles para el medio ambiente, la contaminación —tanto física, como química, como acústica, como urbanística—, el ecoturismo mal entendido, la sobrepesca y la consiguiente esquilmación de los recursos del mar son verdad. Todo esto es verdad. Y también es verdad la existencia de miles de criaturas mediterráneas que padecen cruelmente todo lo anterior, entre ellas, las ocho especies de cetáceos residentes en sus aguas y, entre los peces cartilaginosos, los ocho más amenazados que aparecen en mi obra. Eso también es verdad.</i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><br /></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i> Aún quiero añadir una tercera y última verdad. La mañana siguiente a mi cumpleaños era domingo y mi hija Irene, de ocho años por aquel entonces, trajo un libro sobre mamíferos marinos a mi cama para que lo leyéramos juntas. Lo había cogido de la biblioteca y, por lo que pudimos ver, se había publicado en el año 1974. A ella le pareció que eso era mucho tiempo, pero yo no pensé lo mismo. No tenía fotografías, sino evocadores dibujos, y, si estremecedor fue ver plasmada alegremente la caza de las grandes ballenas a arponazos o la matanza de calderones en las Feroe, aun lo fue mucho más contemplar la última página: una hermosa lámina en la que figuraban simplemente las imágenes de muchos cetáceos mostrando su relación en cuanto a tamaño. Y si resultó tan terrible fue porque daba como existentes algunos que, por desgracia, ya no viven ni vivirán jamás en nuestros océanos.</i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><br /></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i>Repito. Todo lo que cuento sobre los seres marinos es, desgraciadamente, cierto.</i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><br /></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i> Si este libro cae dentro de unos años en manos de un niño, ojalá no haya nadie que le tenga que decir que los Reinos del Mar son solo ficción, queriendo expresar con ello que también lo son los maravillosos animales que un día los habitaron.´</i><br />
<br />
(Así acaba el segundo volumen de Los Reinos del mar).</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgcaasDEi8fnNi_WNLxCle12bwPYcIlyE3G8X1UnGSF_BZnGOcxdKP9CmpKpHh98XBU193KxTcp8KETIAONEYDCHFxAHqzYbylBC0_qTBDMwdzfSMkHEEDwU182RdVRzrhZPiu8ndac8hU/s1600/especies+de+cet%C3%A1ceos+m%C3%A1s+comunes+en+el+Mediterr%C3%A1neo.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgcaasDEi8fnNi_WNLxCle12bwPYcIlyE3G8X1UnGSF_BZnGOcxdKP9CmpKpHh98XBU193KxTcp8KETIAONEYDCHFxAHqzYbylBC0_qTBDMwdzfSMkHEEDwU182RdVRzrhZPiu8ndac8hU/s1600/especies+de+cet%C3%A1ceos+m%C3%A1s+comunes+en+el+Mediterr%C3%A1neo.jpg" height="236" width="320" /></a></div>
<br />
Cuarenta años han pasado desde que se publicó aquel libro ilustrado en 1974, y es cierto que estos once aún existen, e incluso se afirma que son los más comunes... pero ¿por cuánto tiempo?Guadalupe Oteo Iturmendihttp://www.blogger.com/profile/02291059099249425676noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3166516680462054499.post-62394088206732706112014-07-09T00:45:00.000-07:002015-04-13T03:05:51.188-07:00Madrid. Feria del Libro 2014.<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<br />
EL
PROPÓSITO (relato corto inspirado en mi último viaje a Madrid)<o:p></o:p><br />
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Se contaban por
miles los visitantes que ese segundo fin de semana de junio recorrían, afanosos,
el bochornoso a aquella hora de la tarde parque del Retiro. Sus razones para
peregrinar arriba y abajo como salmones en ese movedizo río de humanidad― bastante
apelotonados pero manteniendo casi unánimes una prudente distancia de seguridad
con las concatenadas casetas de aquella Feria del libro 2014― eran muchas y
variadas. Algunos habrían dejado para el final, pues aquello se acababa mañana,
la compra del ejemplar más deseado y hacia él se dirigirían ahora, anhelantes,
otros quizá confiaban en toparse “in extremis” con aquel escritor famoso que
aún no se había dejado ver a pesar de estar anunciado y otros, en fin, puede
que solo deambularan sin rumbo por no tener otra cosa mejor que hacer ese
sábado a la tarde. Pero la Feria concluiría muy pronto,<span style="color: red;">
</span>la<span style="color: red;"> </span>Oportunidad se acababa y, por ello, en
muchos corazones rebullía un propósito secreto. No, «un» no, mejor sería decir
El propósito. Muy pocos eran conscientes de él, pero ahí estaba. Está. En
muchos corazones. En muchos corazones rotos.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br />
………………………..<o:p></o:p><br />
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
El
empellón la hace parpadear, desconcertada. Un joven con una chupa negra, sus
ojos aún demasiado cerca de los de ella, masculla huraño una disculpa mientras
se frota el hombro izquierdo, no lejos del corazón, al tiempo que la corriente
de caminantes no cesa de fluir en sentido contrario y va alejándolo, implacable, de su posición.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Ella
es una mujer de esas que decían antaño “de bandera”. Hermosa, de cuerpo
atlético pero al mismo tiempo grácil, con una larga y brillante cabellera negra
y ojos dulces y azules como el cielo de verano. Viste con elegancia y sus
movimientos son delicados pero también imbuidos de la seguridad que dan los
años de saberse cómoda en cualquier lugar o situación. Toda ella irradia éxito.
Y sin embargo… Y sin embargo ella ha llegado esa tarde al parque del Retiro en
busca de refugio, para “desaparecer” entre la multitud. Esa misma mañana le han
dado la noticia: tiene una extraña variante de Alzheimer y pronto lo olvidará
todo: Que un día fue hermosa, que fue empresaria de éxito, que amó a su pareja
y a sus hijos, que tuvo amigos. Todo. Al parecer, el proceso ya está muy
avanzado, se resistió demasiado a ir al médico la que nunca enfermaba y, por si
todo eso fuera poco, le han dicho que la velocidad del mal será exponencial, o
sea, que las cosas se esfumarán cada vez más y más rápido.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
El
joven de la chupa, todavía con una cierta molestia en el hombro izquierdo, se
sigue dejando llevar por el flujo de gente mientras piensa en lo guapa que era
aquella mujer de la melena azabache con la que se acaba de cruzar y esa
tristeza que le ha parecido leer en su clara mirada le lleva a pensar en su
madre, una mujer que según dicen también fue muy bella. Ahora ya no es ni la
sombra de lo que fue y la culpa no solo es del tiempo… Los pensamientos saltan
de su madre a su padre y la cólera, esa vieja amiga que le ha acompañado desde
que tiene memoria, se reaviva en su interior. «El viejo torturador…» no es lo
que más duele el maltrato físico, a eso tanto su madre como él han tenido una
vida entera para acostumbrarse, no, lo que más duele es el menosprecio, la
humillación latente en cada gesto, la anulación de cualquier atisbo de autoestima,
ese «machaque» diario que les ha convertido en fantasmas en una casa en la que
solo parece existir Él, señor de la vida y la muerte… El joven sabe que lo peor
de todo es que un monstruo gemelo al primero ha ido creciendo en su interior,
que es incapaz de pararle los pies pues «habita en sus zapatos», y que ese ogro
infame que encima se las da de buen hijo también menosprecia en secreto a su
madre no menos que a sí mismo, a pesar de lo mucho que la quiere, que la adora.
A veces piensa que se lo merece, que ambos se lo merecen. Y jamás, ni por un
segundo, se siente en paz ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué?.... Podría ser el
estribillo de la canción de su vida. Se lo cuestiona todo, como paso previo
para echarlo todo a perder; amigos, parejas, proyectos…, casi con saña
fanática, y la conclusión es siempre que la vida es un sinsentido. Y entonces
viene, se diría que como una consecuencia lógica, la tentación de acabar
con todo, de castigarle a él, y a ella… y a sí mismo, sobre todo a sí mismo,
por no haber sabido jamás protegerla y protegerse. Porque la otra opción sería
matarle a él, destruirle por completo de una vez por todas ¿Y luego qué?<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
―
¿Sabes a qué hora cierran las puertas?<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
La
juvenil voz corta de cuajo esa perturbadora línea de pensamiento. Una
adolescente pelirroja, con sus largos rizos apenas disciplinados dentro de una
torpe coleta, le mira con las manos metidas en los vaqueros y un leve balanceo
adelante y atrás mientras sigue escuchando música por uno de sus auriculares.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
―No…
no lo sé… Creo que a las diez. Pero mejor pregunta a otro ― responde aquel
joven de alborotado pelo castaño, bruscamente, sin poder disimular del todo la
conmoción que siente en esos oscuros momentos.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Quién
sabe cuánto de todo ello capta la chica, pero el caso es que no le sale ni
siquiera un «gracias» y con un simple gesto de cabeza, como dando por buena la
sugerencia, se aleja precipitadamente. Por un instante, el joven piensa que la
actitud desenvuelta de la chica es todo fachada y que en realidad ella está
profundamente asustada. Sabe que nada de ello tiene que ver con él pero esa
intuición le hace titubear, desear haber sido un poco más amable… pero, al
perderla de vista, pronto acaba relegándola a un segundo plano en su mente para
volver a seguir rumiando su rencor.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
En
realidad la joven pelirroja no anda lejos. Se ha dejado caer con la espalda
apoyada en el lateral de una de esas casetas que rematan cada grupo de doce o
quince, permitiendo un breve pasillo entre grupo y grupo.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
«A
las diez. Aún faltan horas…», piensa sin poder creer del todo lo que se ha
propuesto hacer y notando cómo esa incredulidad acelera más y más los latidos
de su corazón. Obliga a este último a aplacarse mientras concluye: «No importa.
Esperaré. Pero no volveré con ellos. Nunca más. No lo haré». Imagina que
todavía no habrán comenzado a inquietarse; los unos pensarán que está con los
otros y los otros con los unos. Sabe que a nadie, ni entre los profesores ni
entre los alumnos, su ausencia le importará en el fondo un comino pues no
ignora que, lo pinte como lo pinte, nadie la quiere lo suficiente. No, “lo
suficiente” sobra. Nadie la quiere y punto. ¿Por qué iban a hacerlo? Esas
instituciones como en la que ella está ingresada desde que era un bebé ni dan
ni esperan amor. Quien piense lo contrario es un cursi patético y un cretino. Y
en realidad ella tampoco lo necesita; se las apañará muy bien sola. Lo único
que quiere ahora, ahora que ya tiene quince años, es ser dueña de su destino, y
Madrid, por poco pesquis que se tenga, seguro que le podrá proporcionar esa
libertad fácilmente. Fingirá tener tres o cuatro años más y se convertirá en
una hija de la calle como hay tantos, sí señor, pero por lo menos será libre… y
sin tener que depender de nadie. Se dice a sí misma que el miedo que siente es
solo a que la encuentren y la obliguen a meterse en el autobús de vuelta (de
vuelta al orfanato, al<span style="color: red;"> </span>maldito antro…) y que por
ello tendrá que estar muy atenta y esconderse bien hasta que pase la hora de
cierre. Supone que, por cubrir el expediente, al menos denunciarán su
desaparición, pero ahí se<span style="color: red;"> </span>quedará todo y los dos
años y pico que faltan para su mayoría de edad pasarán pronto. Solo su
terquedad le impide ver lo grande que es su miedo, las otras razones mucho más
oscuras y evidentes y, en definitiva, lo indefensa e inexperta que aún es ante
el mundo. Solo su corazón sin duda lo sabe con certeza y late alocado como si fuera
el de un pequeño gorrión caído del nido.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br />
………………………….<o:p></o:p><br />
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Ha
transcurrido un rato difícil de precisar desde que un campanario lejano dio la
medianoche. Hace tiempo que la oscuridad es densa y las ordenadas casetas, en
su disciplinada formación, parecen dormitar con las persianas echadas como
blancos párpados de improbables cíclopes, bajo los pocos rayos de luna que
consiguen escapar al abrazo del verdor. El silencio es, obviando el suave rumor
del incesante tráfico nocturno circundante, casi total.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Bastante
más hacia el interior del parque en dirección al estanque, junto a un sendero jalonado por bancos, la muchacha
adolescente de roja y desgreñada coleta sale torpemente del tupido arbusto que
le ha servido de escondite, sintiendo como un millón de agujillas el despertar
de sus músculos entumecidos. Su cabello escarlata se ha vuelto ahora
discretamente pardo en la penumbra que la envuelve pero el que su pelo llame o
no la atención es lo de menos ya que, por fin, parece no haber nadie por los
alrededores. El chico de la chupa de cuero debía haber hablado por no callar
cuando dijo que cerraban a las diez… dos incómodas y largas horas más ha tenido
que pasar agazapada hasta que el parque ha quedado definitivamente desierto y
ha podido salir de su escondite. Pero apenas le ha dado tiempo a hacerse, ya
erguida, una breve composición de lugar antes de que unos ahogados sollozos le
sobresalten, descarnadamente magnificados en el silencio de la noche.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Después
de escuchar, petrificada y atenta, mientras la circulación de sus piernas cesa
poco a poco en su hormigueo, la chica consigue calmarse lo suficiente como para
que una urgente necesidad de saber qué significan esos lloros, tome las riendas.
Intentando mantener el sigilo, la chica se dirige hacia donde parece proceder
el sonido. Su origen no está lejos, apenas unos cuantos bancos más allá, pero
ha sido la total quietud hasta entonces de aquella que acaba de romper a llorar
la que le ha hecho fundirse, durante varias horas de alelada “ausencia”, con la
oscuridad del parque. Y así hubiera seguido, completamente desapercibida, si ese
llanto brotando sin anunciarse no la hubiera sacado de golpe de su perfecta
invisibilidad.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Quien
sabe qué truculenta escena espera encontrar la joven pero, ahora que está a su
altura, simplemente ve sentada en ese banco en sombras a alguien llorando, a una
solitaria mujer de larga melena con el rostro escondido entre las manos, y a
pesar de ser exactamente lo que prometían aquellos sollozos, ni más ni menos, es
algo que de algún modo tranquiliza a la joven. No parece haber nadie más por
los alrededores que le haya molestado o agredido y, sin saber muy bien el
porqué de su audacia se acerca despacio al banco, confiando en no sobresaltar a
su ocupante pero sin atreverse aún a alzar la voz para anunciar su presencia.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Tampoco
sabe explicarse a sí misma lo que la empuja a apoyar su mano en el brazo de la
mujer que solloza pero, aunque el gesto induce a esta a asomar su rostro
lloroso y mirar hacia arriba, ni antes ni ahora que está constatando la
presencia de una extraña frente a sí, parece la mujer sobresaltarse demasiado.
Lo que refleja su hermoso rostro es más bien desconcierto, una mezcla extraña
de despiste y ensoñación pero sobre todo, como no deja de pensar la joven
mientras la mira en silencio fijamente, una hondísima tristeza.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Unos
segundos después, la mujer manifiesta aceptar lo que ocurre sin querer hacerse
demasiadas preguntas y se limita a dar unos golpecitos a su lado en el banco,
en un gesto claro de invitar a la joven a sentarse junto a ella. Sin romper el
silencio, tras unos instantes de desconcierto, la joven decide complacerla y se
coloca a su lado en el banco. Ya no hay llantos que rompan el silencio y los
sutiles sonidos de la noche en el solitario parque parecen querer arrullar a
ambas mientras, sin cruzar palabra alguna, sin ni siquiera mirarse la una a la
otra, fijos los ojos ante sí, se diría que ambas aguardan quién sabe qué. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Una alegre
música de organillo comienza de pronto a escucharse muy cerca como si se tratara
de otra hora completamente distinta y, en realidad, incluso de otra época en
que aún hubiera organilleros en el parque del Retiro. Las dos ocupantes del
banco, ahora sí, se miran la una a la otra, sorprendidas, pero enseguida la de
mayor edad parece perder el interés y vuelve su rostro al frente, indiferente.
Por su parte, la otra se ha levantado de un brinco y desea ir a investigar pero
antes mira a la mujer pensativa, y descubre que no solo no le produce ningún
temor o extrañeza su compañía sino que todo en su solitaria persona le
transmite algo muy intenso, una rara mezcla de confianza y compasión difícil de
ignorar. Sin haberlo planeado previamente, le tiende la mano y espera una
respuesta. Al poco la mujer vuelve la mirada y parece sorprenderse de encontrar
a la chica todavía allí pero también alegrarse por ello y, con una sonrisa casi
de niña grande, con ojos un noventa por ciento tristes pero un diez
incongruentemente risueños, toma la mano de la joven y se deja llevar en
silencio. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Caminan
lentamente por el sendero y no tardan en llegar a una de las muchas
encrucijadas del parque. El sonido persiste, alegre e invitador, y a él se suma
ahora una luz, se diría que de camping gas, procedente del ramal de la derecha.
Tomando esa nueva vereda, pronto llegan a la zona de las dormidas casetas de la
Feria, en concreto a aquella área central en la que la línea algo sinuosa que
parte de la puerta de la calle O´Donell parece enderezarse y ensancharse antes de seguir atravesando el
parque en esa agrandada dimensión, ahora convertida en doblemente rectilínea,
separada en el medio por los distintos stands de empresas e instituciones. En
el lugar al que ahora se aproximan, durante el día también suele haber pequeños
tenderetes ambulantes, así que si no fuera por lo impropio de las horas y por
ser ellas dos las únicas clientes potenciales que acuden al reclamo de esa
pasada de moda melodía, la presencia del musical puestecillo no sería algo tan
insólito. Una figura corpulenta sentada en una silla baja aguarda de espaldas a
ellas pero, al parecer, ha debido de detectar su llegada porque, aunque no se
gira, de pronto empieza a pregonar su mercancía al ritmo del organillo:<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
―
¡<i>Souvenirs</i> de la Tierra Hueca! ¡<i>Souvenirs</i> para pobres almas huecas
directamente traídos de la Tierra Hueca! ¡Vengan, vengan a ver! ¡Seguro que
encuentran algo a propósito para la ocasión! ¡Vengan a ver los<span style="color: red;"> </span><i>souvenirs</i><span style="color: red;"> </span>de la Tierra Hueca!<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Las
palabras que escuchan no parecen tener mucho sentido para ninguna de las dos,
pero la masculina voz que las profiere es tan hermosa y llena de matices que se
sienten impelidas a acercarse al fulgor de aquella susurrante luz de gas. No
obstante, alguien se les adelanta; seguramente procedente de otro de los
senderos que allí convergen, diríase que este otro personaje aparece de la nada
en el escueto perímetro iluminado. Las dos podrían haberle reconocido, ya que
ambas han cruzado sus caminos con el recién llegado horas atrás―una por medio
de un involuntario choque y otra a través de una pregunta cuya respuesta no
sirvió de mucho― pero ni ellas lo recuerdan a él ni él a ellas y aunque alguno lo
hubiera hecho, ninguno está en esos instantes pendiente de otra cosa que no sea
el pregonero y su pequeño puesto.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
―Ah,
ya estáis aquí. Habéis venido los tres. Perfecto. Acercaos, acercaos, por
favor.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
La
más joven de las dos mujeres mira al chico con recelo tras su repentina
aparición y ve un hilillo de sangre caer por su pómulo izquierdo, algo hinchado
con respecto al derecho. Súbitamente se asusta no tanto por el desconocido en
sí ―cuya atención, por su parte, sigue completamente focalizada en el individuo
que les ha congregado en derredor― sino porque es ahora cuando comprende que ha
sido una ingenua al pensar que el parque se quedaría desierto al caer la noche.
Quizá el joven haya tenido un encontronazo con uno o varios guardias nocturnos
o quizá con gente aún más siniestra pero lo que sí tiene claro ahora es que
sola en aquella oscuridad ha corrido un peligro en el que en su inconsciencia
no había pensado. También ella se acerca ahora a la luz con renovadas ganas,
pues se suma la necesidad de rodearse de otras personas y escudarse en ellas,
con lo que la mujer que sigue dócilmente sin soltarse de su mano, se acerca
también situándose todos frente al hombre sentado, pero por más que lo intentan
no son capaces de verle el rostro, las sombras parecen hacerse más densas en
torno a su rasgos y solo su voz sigue invitándoles a que se acerquen, franca y
acogedora.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
―A
estas horas, mis tarifas se vuelven de lo más competitivo―anuncia antes de
soltar una risita, tras la que luego masculla: «ay, pero qué payaso soy… Pero,
no, seamos serios». Vuelve a centrar su atención en los tres visitantes
mientras retoma su saludo― Era una broma. En realidad, os ofrezco uno de ellos
sin pediros nada a cambio. Digamos que son una especie de… talismán. Elegid el
que más os guste― concluye, esperando su reacción con sumo interés.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Los
aludidos miran el contenido de la destartalada mesita y sobre un oscuro mantel aparecen
desperdigadas muchas pequeñas figuritas antropomórficas de artesanía, como de
hadas o duendes, con un cordel en la parte superior que indica a las claras su
finalidad de ser colgadas al cuello. Mientras que los dos más jóvenes parecen
no saber muy bien qué hacer, la mujer se suelta sin previo aviso de la mano a
la que se sujetaba y toma una de las figuritas para luego mostrársela al
vendedor como queriendo confirmar que puede quedársela.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
―Sí,
sí, póntela, ahora es tuya. Bueno, supongo que siempre ha sido tuya…― contempla
compasivo a la mujer pasarse el cordel por la cabeza mientras comenta: ―Así que
en tu caso se trata del miedo; estás llena de temor. Debe ser duro saber que
poco a poco lo irás perdiendo todo, que irás perdiéndote a ti misma mientras
vas hundiéndote en el olvido… Supongo que por eso has elegido a una diosa, y a
una diosa guerrera más concretamente, porque quieres luchar contra esa pena y
contra ese olvido. Sí, me parece perfecto, probablemente esa diosa incluso
comience habiéndolo olvidado todo y luego, poco a poco… sí, definitivamente
creo que has hecho una buena elección…<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
―
¿Pero qué significa todo esto? ¿Es que te estás queriendo quedar con nosotros?―
le espeta, manifiestamente colérico, el chico. Tiene ya una de las figuritas dentro
del puño, pues el cordel cuelga por debajo, y acompaña la pregunta de un
agresivo gesto con dicho puño. Pero el hombre calla, ignorándolo y volviendo su
atención hacia la más joven de los tres, la chiquilla pelirroja que ahora,
inquieta, intenta ver con más detalle los rasgos de su figurita.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
―Querida
muchacha, tu elección también estaba bastante clara…― afirma, alegremente,
ignorando aquellas últimas palabras y dirigiéndose a la chica―. Lo tuyo es un
caso muy claro de soledad, desamor y, por consiguiente, de la profunda tristeza
que eso acarrea. Tu figurita, al igual que la otra, es también bastante peleona
y aventurera pero no se trata de una diosa ni falta que hace. Solo es una niña,
como todavía lo eres tú también aunque te empeñes en negarlo, una niña que encuentra
su hogar, un hogar grande, maravilloso y, sobre todo, lleno de seres que la
quieren de corazón y a la que ella aprenderá a amar del mismo modo. Es una niña
que un día será una mujer pero que antes habrá vencido a la tristeza y que, por
lo tanto, vivirá una vida larga y feliz, sabiéndose dichosa y compartiendo esa
dicha. Un destino verdaderamente hermoso, sí. Y en cuanto a ti, jovencito…<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Un
estridente silbato hace callar al hombre cuando se dispone a hablar con el
muchacho. Eso, sumado al atropellado correr de varios pares de botas en su
dirección les informa que un grupo, previsiblemente de guardias nocturnos, se
dirige veloz hacia ellos. Puede que la causa sea alguno de los allí reunidos y
su extemporánea presencia en el parque o puede que no y que estén persiguiendo
a otros intrusos pero en realidad da igual, el hombre del tenderete no parece
querer quedarse a averiguarlo y sin mediar palabra, sin un gesto ni un saludo,
pliega sus cosas y se pierde en las sombras en un visto no visto. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
El joven
vestido de oscuro, puede que escarmentado por algún encontronazo previo similar
―como bien podría dar fe, quién sabe, el rasguño del pómulo― no lo duda
demasiado:<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
―Vamos,
seguidme, tenemos que salir de esta zona sin árboles y meternos por los senderos
pequeños hacia la parte más intrincada del parque. Corred.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br />
………………………….<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br />
Al
poco rato están los tres sentados en un banco, jadeantes, y por el sonido cada
vez más alejado del silbato parece que han conseguido dar esquinazo a aquellos
que lo están usando. Es el joven el que vuelve a tomar la palabra.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
―No
sé qué opinaréis vosotras pero a mí me parece que ese tipo era un quincallero
pernoctando en el parque y que, aprovechando nuestra presencia, ha querido
exprimir a fondo el reclamo de la Feria incluso a estas horas, vendiéndonos algunas
de sus baratijas. Cuando nos hubiéramos encaprichado lo suficiente con la de
cada cual, hubiera venido lo de «soltar la mosca»… Bueno, pues lo que es yo, al
menos, me pienso quedar con la mía. Por las molestias― concluye, colgándose
también él la figurita del cuello. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Después
de un prolongado silencio en la que probablemente todos caen en la cuenta de que,
en realidad, se acaban de juntar con dos absolutos desconocidos, parece que el
joven, ya que es el que ha tomado la iniciativa a la hora de dirigirse a ellas,
se siente en la obligación de dar un paso más.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
―No
penséis que yo suelo estar en el parque a estas horas ―dice, comprendiendo que
ellas hasta podrían estar pensando perfectamente que es un delincuente o un pervertido―.
De hecho, es la primera vez… lo que pasa es que me encontré con un par de tíos
en una zona algo solitaria cuando ya oscurecía y precisamente estaba a punto de
marcharme. Supongo que pretendían atracarme, así que yo intenté defenderme lo
mejor que pude y, bueno… debí perder el conocimiento porque de lo siguiente que
me acuerdo es de despertarme junto a un árbol cuando ya era de noche y el
parque estaba cerrado.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
La
penumbra reinante disipa en el chico la preocupación de que puedan observar su
sonrojo. Pero qué mentiroso puede llegar a ser… La historia que les ha contado
es casi verdad, pero no del todo; esos tipos no habían querido atracarle ni
mucho menos, fue él el que eligió, más o menos conscientemente, a los que le
pareció que podían dar el «perfil» y les provocó hasta conseguir la pelea que
necesitaba para aplacar su cólera. Sí, le habían dejado algo machacado pero él
también había repartido leña y ahora se sentía bastante mejor. Hasta que la
presión volviera a ser insoportable… No era la primera vez que se<span style="color: red;"> </span>metía<span style="color: red;"> </span>en líos para
sacar a flote su ira, pero sí la primera que no regresaba a casa por la noche y
no serían un puñado de guardias jurados los que lo echaran de allí. Al pensar
de nuevo en los guardias nocturnos comprende que ninguna de las dos va a
creerse ni por un segundo que una pobre víctima de un atraco iba a optar por huir
de la autoridad competente al oírla llegar y está por volver a tomar la palabra
para decorar un poco mejor su mentira y, de paso, presentarse formalmente a
ellas al tiempo que les pregunta sus nombres, cuando pasa algo sorprendente.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Es
una niña como de unos seis años con el pelo crespo más enredado que ninguno ha
visto nunca y con unos ropajes demasiado grandes y de un aspecto extrañamente «vegetal».
Viene corriendo por el sendero y, en principio les pasa de largo pero luego recula
un poco y acaba plantándose ante ellos con una enorme sonrisa. Luego se lleva
el dedo índice de la mano derecha a los labios pidiéndoles silencio en una
prolongada “s” para luego decir en un susurro:<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
―Venid,
deprisa, que no os vea.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Y
entre resoplidos de risas mal contenidas les insta, hecha un manojo de nervios,
a que la sigan. Es tan exagerada en su caricaturesco sigilo y en sus
incontrolables brincos de impaciencia, tal el encanto de su infantil desparpajo,
que a ninguno de los tres les cuesta mucho acabar siguiéndola a la carrera
hacia un grupo de árboles que conforman una especie de calvero. No tarda en
aparecer aquella de la que se esconden los cuatro, bastante mal por cierto, ya
que no les ha dado apenas tiempo de buscar un buen escondite y, si la primera
les ha dejado sorprendidos, esta segunda les deja atónitos: es,
incuestionablemente, de color verde.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
―
¡Ah, te encontré, Ippuk! ¡Estás ahí! Sal ahora mismo, que te veo perfectamente.
Y tráete a tus nuevos amigos contigo que los quiero conocer. <o:p></o:p><br />
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
………………………….<o:p></o:p><br />
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Al
poco se encuentran los cinco sentados en círculo en ese mismo calvero,
iluminados bastante intensamente por la luz de la luna. La mujer de piel verde
y fieros ojos amarillos se dispone a hablar.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
―Mi
nombre es Gálora, ojos de fuego. Y ella―dice señalando a la niña, sentada junto
a la chica pelirroja que no deja de
mirarla de hito en hito mientras estruja en su mano la figurita que cuelga de
su cuello―, ella es Ippuk, moradora de los legendarios bosques cántabros. Las
dos tenemos vínculos profundos con los árboles… quizá por ello nos gusta salir
de aventura juntas― concluye sonriendo a la niña que le devuelve la sonrisa con
entusiasmo.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
―Pero
la niña, Ippuk…―balbucea la muchacha que sigue aferrándose al colgante―… se
parece muchísimo a la muñequita que me dio aquel hombre, pero muchísimo,
muchísimo ¿cómo es posible…?<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
―A
sí, el señor Piedra Palo, eso es porque yo seré tu madrina. Si tú quieres,
claro…―dice la aludida mientras descansa unos segundos su manita sobre la
rodilla doblada de la que está sentada a su lado, sonriendo―. Tu historia ha
debido ser muy triste… y muy solitaria. Como la mía. Pero otra historia está
aguardándote aquí, esta noche, en el parque del Retiro…<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
―Sí,
aunque no será igual a la tuya; será otra― responde la mujer de la piel del
color de las hojas, dirigiéndose a la tal Ippuk.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Luego
se vuelve hacia aquellos tres que tienen todos sus sentidos volcados en ella.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
―Ha
llegado el momento en que sepáis toda la verdad. Habéis de saber que todos los
años, en este parque del Retiro, al terminar la Feria del libro es tal la
acumulación de fantasía que se trasforma en verdadera magia. Es una magia muy
poderosa que durante una sola noche, la última noche de feria, consigue que lo
imposible se haga realidad. Las líneas que separan realidad y ficción pueden
entonces llegar a hacerse tan finas que, por un breve instante, casi se puede
decir que desaparecen. Si en ese momento existe un candidato idóneo y una
persona que antes haya pasado por lo mismo le tiende la mano desde el “otro
lado” y le ayuda a pasar a una nueva historia vital, quién sabe… Este año
parece que de nuestra caseta sois tres, así que tres deberán ser también, por
nuestra parte, los ayudantes. Y sí, en efecto, tu figurita se parece a Ippuk porque
ella será la que amadrine tu tránsito al «otro lado», si así lo deseas.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
―
¿Y entonces? ¿Tú…? ¿Yo…? En fin, ¿qué se supone que va a ocurrir ahora?―
pregunta, trémula, la bella mujer de cabellos negros como quien despierta de un
largo letargo mirando alternativamente su propia figura y los rasgos de la
mujer de piel verde una y otra vez. En su mirada sigue habiendo mucho dolor
pero también un nuevo brillo de algo parecido a la ilusión.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
―Sí,
como veo que intuyes, en efecto en tu caso yo voy a ser la que te conduzca
hacia el umbral, si esa es tu voluntad. Tampoco yo me llamé Gálora en otro
tiempo, ni ella Ippuk… Tuvimos vidas que ya no queríamos vivir y alguien, como
ahora nosotras a vosotras, nos dio en una
feria del libro la oportunidad de vivir otra vida. Yo me convertí entonces en
una poderosa hechicera… y, en cuanto a ti, el viento me ha contado que tu destino
es convertirte en diosa, en una muy especial que empieza no sabiendo nada,
habiendo olvidado todo lo que conocía y que, al explorar y, sobre todo, al amar,
va recordando más y más hasta rescatarse a sí misma. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
―Pero,
¿y yo? A mí nadie me ha dicho aún cómo sería esa otra vida que se me ofrece ―
interviene de nuevo la chica más joven, insatisfecha de la explicación que se
le ha dado.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Ippuk
se ríe con ganas mientras la intenta tranquilizar diciendo:<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
―A
cada uno solo se le dice aquello que debe saber. La mayoría es sorpresa― otra
carcajada vuelve a brotarle antes de seguir―. Tú harás un gran viaje, el más
bonito y cautivador que puedas imaginar y en él no solo descubrirás tu hogar,
sino un destino singular y hermoso y, por encima de todo, el amor compartido,
grande y fuerte, los amores sería mejor decir, que hasta ahora te han sido
negados.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
El
chico de cabello castaño, que hasta entonces ha permanecido callado, deja por
fin brotar su enojo sobre todo para ocultar al resto el miedo que siente de
quedar excluido de todo aquello, de quedar al otro lado de esa puerta de
salvación que parece abrirse ante las dos mujeres. Su tono es una extraña mezcla
de burla y fingido desdén.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
―Al
parecer, a mi rescate no quiere acudir ningún hada madrina, así que toca
fastidiarse y seguir aguantando esta miserable vida ¿verdad?― para su
frustración, unas lágrimas inoportunas comienzan a rodar por sus mejillas
pugnando por desbaratar su actitud―. Y eso que el tal señor Piedra Palo también
dijo que yo cogiera una. Y la cogí. Con sus alitas y todo…<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
―
¿Con alas? A ver… déjame ver tu talismán, muchacho―dice Gálora con un tono tan
autoritario que para en seco el derrotado llanto del chico y le induce a
mostrar dócilmente su colgante ―Ah, claro, por supuesto…―murmura ella mientras
cruza una inteligente mirada con Ippuk que se limita a asentir con entusiasmo.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
―
¿Qué es lo que pasa? ¿Es que vuestra colega Campanilla ha cogido vacaciones o
algo así?―dice el chico, haciendo a la desesperada una última intentona de
mantener su tonta pantomima.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
―Te
estás colando, chaval, pues ni Gálora ni yo somos en realidad seres feéricos
―interviene de pronto Ippuk―, y te puedo asegurar que de todo eso yo sé un rato
largo ―presume, pícara, con una mueca traviesa―, aunque has de saber que tu
figurita en realidad tampoco representa a un hada… es un ángel y eso explica a
la perfección porqué aún no ha acudido a ofrecerse como padrino de tu tránsito.
Se habrá entretenido en la fuente ¿verdad, Gálora?<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
―Muy
probablemente―reconoce la aludida―, pero el tiempo corre, así que quizá fuera
mejor que acudiéramos a su encuentro. Vamos; acompañadme.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
No
tiene que repetirlo una segunda vez y encabezados por un joven muchacho de
profundos ojos castaños que no disimula demasiado bien su impaciencia, todos
siguen presurosos a la verde hechicera por los senderos del parque del Retiro.<o:p></o:p><br />
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
……………………<o:p></o:p><br />
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
No
tardan en llegar a la fuente del ángel caído, famosa por ser una de las pocas
dedicadas a Satán, y sentado en el borde de la misma un hombre, tan hermoso
como sombrío, y tan rudo y viril en realidad que es francamente la antítesis de
Campanilla o cualquier otra hada, se mesa los cabellos con la cabeza hundida
entre los hombros mientras murmura: <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
―Yo
soy Uriel, la luz de Dios, los ojos del Creador… y, en cierto modo, cómplice de
que tú, hermano, volvieras tu mirada hacia esta pobre Tierra…<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Al
percibir que no está solo, calla en su soliloquio y poniéndose en pie se dirige
hacia el grupo y tras echarle un rápido vistazo en su conjunto, centra su
interés en el muchacho al que, sujetándole por los hombros, engarza fieramente en
su mirada mientras le dice:<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
―Sí,
indudablemente solo alguien como yo puede ayudarte a pasar al “otro lado”, si
es que es tu deseo; eso lo veo claro. Hay mucha cólera en ti. Ambos conocemos
demasiado bien el Lado Oscuro… Perdona mi tardanza, me he dejado llevar por los
recuerdos… y por el remordimiento… y he desatendido mi tarea. Discúlpame.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
En
el rostro del chico no hay en absoluto resquemor alguno sino solo un intenso
anhelo. Al igual que les ocurre a sus dos recientes compañeras, sabe desde lo
más profundo de su corazón que está en juego algo crucial, y ahora sigue como
ellas en silencio, aguardando expectante más explicaciones. Aunque no ve el
menor atisbo de plumosas alas<span style="color: red;"> </span>que asomen<span style="color: red;"> </span>por la
chamarra de cuero, bastante similar a la suya propia, que luce el hombre de la
fuente, descubre una majestad en su interlocutor que le hace tener la seguridad
de que, por increíble que sea todo en aquella alucinante noche, está cara a cara
frente a un ángel, y uno de muy alto rango además. Este, ajeno a los pensamientos
del chico y a la sorpresa que acarrean al que siempre ha sido tan desconfiado y
suspicaz como el que más, sigue hablando casi como para sí.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
―En
la nueva historia que se ofrece ante ti, muchacho, podrás llegar a ser nada más
y nada menos que un rey, un rey muy joven pero sin embargo muy sabio que tras
sufrir bajo el yugo de un padre tan poderoso como cruel y ver padecer
igualmente a su querida madre, aceptará el reto de tomar las riendas de su
destino renunciando a la ira en favor de la paz, y se gobernará a sí mismo con
sabiduría creciente como requisito previo para gobernar algún día a todo un
reino… <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
―Acepto―
se oye el muchacho exclamar a sí mismo para su propio asombro, para su propia
incredulidad. Jamás hubiera creído que pudiera anidar en su corazón tal anhelo,
tal sed, aguardando precisamente aquel momento, y que ni más ni menos que esas
feroces ganas hayan sido las causantes de creer ahora sin condiciones, de un
modo tan acrítico e incondicional.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Curiosamente,
es ese fervor, esa fe, lo que acaba de disipar en las otras dos mujeres los
últimos atisbos de suspicacia y les hace secundar confiadas al muchacho en su
ferviente deseo por completar cuanto antes el proceso que les otorgará la
oportunidad de una nueva vida. <o:p></o:p><br />
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
………………….<o:p></o:p><br />
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
―Si
no he entendido mal, lo que nos queréis decir es que, solo por esta noche,
existe la posibilidad de pasar a vivir en un libro, por muy disparatado que eso
suene…―dice la mujer que camina por el sendero del brazo de la hechicera de
ojos de fuego.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
―…
y que a vosotros os pasó igual, que también se os dio esa oportunidad y que por
ello seréis los que nos mostréis la forma de hacerlo― le toma el testigo el
muchacho que, caminando hombro con hombro con Uriel, parece una versión más
juvenil de este; el parecido es innegable. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
―
¿Significa eso que yo me adentraré en tu libro, que me iré a vivir contigo y
con el rabadan, el pataricu, el gusapín… y todas las demás criaturas mágicas
que me acabas de contar que pueblan los bosques cántabros? ¿Y ella también se
irá con Gálora a Cirax? ¿Y él… y él irá al cielo, que es donde supongo que viven
los ángeles?― concluye la joven pelirroja que camina de la mano de Ippuk como
si fuera su querida hermanita pequeña, para mayor regocijo de ésta que se
muestra feliz como unas castañuelas y que al oírla no puede evitar soltar una
carcajada.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Gálora
también se sonríe pero es Uriel el que, con todo lo contrario a la alegría en
los ojos, también se permite un atisbo de sonrisa antes de aclarar:<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
―
¿Al Cielo…? No, Neo-Babylon no es lo que se dice el cielo, preciosa―musita
mirando a la joven fijamente. Luego se esfuerza por dulcificar el tono antes de
proseguir, dirigiéndose ahora a los tres―. Ninguno iréis a los mundos a los que
pertenecemos nosotros… Tendréis el vuestro, el que encaje en vuestro propósito.
Lo que si os puedo decir es que, siendo el señor Piedra Palo la encarnación del
espíritu de todos los escritores y escritoras de nuestra caseta (hay muchos
otros, unos años más, otros menos, pero cada uno se encuentra con el que se
debe de encontrar… este año habéis sido nada menos que tres los de la nuestra.
El viejo maestro estará satisfecho con la cosecha, seguro…)<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Las
carcajadas de Ippuk no han cesado del todo sino que más bien se han ido
haciendo más y más ruidosas y cuando el ángel le mira levemente irritado ella
se disculpa diciendo:<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
―Perdona,
Uriel, mi muy querido Uriel… pero es que estaba pensado en «mi chica» y en lo
que acaba de preguntar― aclara mirando con cariño a la joven pelirroja―. Si los
signos no se equivocan, y jamás lo hacen, está claro que su historia, aunque
también estará llena de personajes extraordinarios, tendrá un escenario del
todo contrario a lo que es mi querido bosque…
Más todavía; podría decirse que le espera un escenario muchísimo más
húmedo que el más húmedo de los bosques ¿no os parece?―termina, soltando otro
resoplido de hilaridad.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Como
respuesta, las sonrisas del ángel y la maga brillan deslumbrantes a la luz de
la luna pero en ese momento, al girar el grupo el último recodo que les vuelve
a llevar a la zona de las casetas, más o menos al lugar donde encontraron al
señor Piedra Palo, otras luces acaparan toda su atención.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Tanto
a la derecha como a la izquierda, brillando con una luz indudablemente mágica,
algunas casetas se muestran abiertas junto a otras que continúan tan oscuras y
con la persiana tan echada como era de esperar. Y sin embargo, algo en la mente
de los tres elegidos les dice que para alguien de fuera del asunto, como por
ejemplo los eventuales guardias nocturnos que pasen en su ronda por allí, todo
se presentará a la vista igual de hermético y silencioso.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
―Como
veis hay más afortunados, además de vosotros tres… cada año pasa lo mismo; la
última noche de Feria todos van quedándose rezagados en el parque por uno u
otro motivo y acaban contactando con algún espíritu de alguna de las casetas,
que a su vez les impondrá alguna señal para que sean identificados por alguno
de nosotros: aquellos personajes de las novelas que un día también fuimos
viajeros en tierra extraña y que, cuando casi habíamos perdido la esperanza,
tuvimos también esta oportunidad que ahora se os brinda. Nuestro destino en
concreto está en la caseta 299, en ella está el esfuerzo y el talento concretos
de muchos que encarna el señor Piedra Palo, en especial el de una colección de
narrativa que incluye fantasía, ciencia ficción y terror (aunque para este último
es obvio que nunca ha habido demasiados candidatos…).<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
―Sí,
este año nos ha tocado la 299, más o
menos enfrente del stand de la Real Fábrica de Moneda, no está lejos. ¡Vamos!―
exclama, jubilosa, Ippuk, echando a correr hacia adelante sin esperar a nadie
más.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
La
chica pelirroja con la que ha hecho tan buenas migas y, tras ella, todos los
demás, se apresuran a seguirla y no tardan en estar frente a una de esas
casetas iluminadas desde dentro. Los últimos pasos los tres detienen el avance
y acaban dando dichos pasos de un modo contenido, deliberadamente pausado, como
si una parte de ellos recelara de pronto de lo que se fueran a encontrar allí. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Los
libros se muestran en ordenadas filas y brillan envueltos en una maravillosa
luz dorada. La mujer, el joven y la muchacha los miran arrobados y, tras unos
momentos de exploración visual, toman sin titubeos, casi en trance, uno de
ellos y comienzan a hojearlo con avidez. No ven pues las sonrisas de satisfacción
y complicidad que se cruzan los tres veteranos, veteranía que también queda
confirmada con el mensaje inequívoco que se dicen sin palabras, solo con la mirada:
«Todos, como siempre, han estado certeros en su elección. Que así sea».<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Tras
un tiempo, imposible decir de cuánto tiempo se trata, minutos o horas da igual,
en el que los tres permanecen imbuidos en sus respectivas lecturas, Gálora toma
la palabra.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
―El
amanecer no tardará en llegar y a las seis se volverá a abrir el parque. Hay
que darse prisa y tomar una decisión. Seguir con vuestras vidas o vivir otra…
la de aquel que os aguarda en la portada del libro que ahora tenéis en las
manos. Si decidís seguir hacia adelante, no recordaréis nada de vuestra vida
pasada y formaréis parte de una nueva historia, es más, seréis su protagonista
de un modo pleno.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
―Bueno,
Gálora, eso de olvidar para siempre no es del todo cierto―interviene Uriel, con
una sonrisa de complicidad―. Tal noche como hoy, año tras año, podréis de nuevo
recordarlo todo, pasado y presente… entonces, cuando salgáis a este parque a
ayudar a otros como vosotros, rememoraréis vuestra vida anterior y tendréis la
opción de volver a elegir…<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
―Sí,
así es―le interrumpe Ippuk, con un libro de tapa amarilla titulado “El jardín
de la duermevela” ya en sus manos―. Tal día como hoy tendréis siempre la
oportunidad de volver a la vida “real”, en concreto al punto donde lo dejasteis
y, si así lo deseáis, amaneceréis en este parque la última mañana de Feria como
si nada hubiera pasado, allí donde lo dejasteis. Aunque os adelanto que jamás nunca
nadie ha hecho uso del privilegio de «regresar» ―susurra, divertida―. En mi
caso, acepto que hubo un día en que fui otra niña, una niña casi tan triste
como tú―dice mirando a su nueva amiga―, pero cada vez que me acuerdo, cada vez
que salgo a buscar a gente desgraciada que necesita otra oportunidad, sé que
quiero ser Ippuk… y que siempre lo seré. Confío en veros el año que viene, y
veros como ayudantes y ya no como meros visitantes; nos daremos un buen paseo
por el parque a la luz de la luna. Adiós―dice, alzando la voz a modo de
despedida. Luego abraza con todas sus fuerzas “El jardín de la duermevela” en
el que su rostro reluce como el sol y mientras esa luz dorada se intensifica,
la niña se va diluyendo en ella hasta acabar desapareciendo. Gálora recoge el
libro, tirado ahora en el suelo, lo deja en la fila correspondiente y toma otro
diferente, uno que lleva su nombre como título y en el que ella misma le
devuelve la sonrisa, con su rostro verde y sus ojos de fuego.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
―Adiós,
amigos. Yo también espero veros el año que viene por estas fechas… Me muero de
ganas de volver a Cirax. Adiós, Uriel, hasta la próxima vez, mi querido ángel.
Neo-Babylon es un mundo difícil pero recuerda que siempre, tanto a ti como a
mí, nos quedará la esperanza…<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
La
hechicera acompaña esas palabras con una sonrisa de despedida y, procediendo de
un modo semejante a Ippuk, no tarda en dejar caer su libro en el montón del
mostrador al tiempo que desaparece en las entrañas del mismo.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Por
su parte Uriel, así mismo impaciente por partir, sujetando un libro en tonos
azules y negros llamado “EL ocaso de los ángeles” en el que se le ve de perfil,
serio y cabizbajo, también les quiere dirigir su particular adiós.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
―Poco
queda por decir… pero los arcángeles siempre hemos sido los más formalistas del
coro angelical, así que me vais a permitir una licencia. Habéis elegido los
libros que todos esperábamos, así que si os decidís a dar el paso, está claro
cuáles serán vuestros nuevos nombres. No sé, ni en realidad me importa, cuáles
son los antiguos (yo también tuve uno, y tampoco me importa en lo más mínimo…),
pero permitidme que me despida llamándoos
por estos otros por primera vez. Quizá os suene algo extraño, pero esa
extrañeza no durará mucho. En el momento que entréis en «vuestra historia»,
toda vuestra vida será esa y nada más que esa.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Permanece
unos segundos en silencio y luego va posando la mano en el hombro de cada cual.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
―Adiós,
Rielar. Tu vida en los Reinos del mar será gloriosa… y sobre todo estará llena
de amor. Más amor del que te atreviste a soñar en tus más locos sueños. Te lo
puedo asegurar.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
―Adiós,
Maltés. Serás un gran rey; rey de tu reino, rey de tu propia existencia… e
incluso rey de tu propia ira y tus conflictos. De ellos está hecha la vida. Te
lo puedo asegurar.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Solo
queda la mujer de cabellos negros pero aquí Uriel titubea un poco antes de
proseguir.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
―Tú
también tendrás un nuevo nombre… pero no lo puedes saber aún. En este mundo
hubieras ido perdiéndolo todo pero en la Tierra incontable, pues es allá a dónde
vas, lo irás recuperando todo… incluido tu nombre, claro. Puede que al
principio tu ignorancia te asuste un poco, pero solo será al principio. Luego
todo irá a mejor… hasta hacerse magnífico. Te lo puedo asegurar.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Y,
diciendo esto, se aparta un poco, estrecha entre sus brazos “El ocaso de los
ángeles” y, al igual que en los dos casos anteriores, se hace uno con la luz
intensa y el libro cae al suelo, sin nadie que lo sostenga.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Tras
recogerlo, los tres que aún permanecen allí y que no han soltado su libro en
ningún momento, se quedan mirando sus respectivas portadas y a aquellos que
aparecen en ellas como en un espejo, en solemne silencio, bajo el fulgor de esa
mágica claridad que sigue brotando desde el interior de la caseta 299.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
―”La
marca del guerrero”―lee el chico―. Sí, supongo que todos estamos marcados de
una u otra manera… Él… Yo… bueno, él y yo… su nombre al parecer es Maltés…
tiene en su cabeza una corona… pero también una lágrima en la cara…<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
―Siento
la certeza de que mi historia será muy, muy larga―murmura mientras tanto la
mujer morena―, que en realidad esta es solo la primera de muchas más… “El
despertar”, ¡qué hermoso título! Sí, yo quiero realmente despertar. Eso es todo
lo que quiero.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
La
joven pelirroja no dice nada, se limita a mirar a esa otra chica tan igual a
ella que le devuelve desde la portada su inquisitiva y bella mirada «Rielar…»…
esa seré yo, esa ya soy yo… «… y los Reinos del mar», e, igualmente, ese será
mi verdadero hogar, piensa. Y, sin más, sonríe con una gratitud y una alegría tan
grandes que casi no se cree capaz de sentirlas y procede con determinación a
abrazar con todas sus fuerzas el grueso volumen que tiene en las manos. La
caseta se ilumina entonces aún más y la chica también desaparece sin dejar
rastro. Bueno, puede que uno muy pequeño sí, un sutil olor a mar que desaparece
pronto con la brisa.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Apenas
un puñado de segundos después, tras cruzar una cómplice y jubilosa mirada de
anticipación, la mujer y el joven hombre abrazan sus libros y también
desaparecen. Entonces la luz de la caseta se apaga y las primeras luces del
amanecer revelan que dicha caseta siempre ha tenido, como ahora mismo tiene, la
persiana bajada.<o:p></o:p><br />
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
……………………….<o:p></o:p><br />
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Al día
siguiente, domingo, quedando un par de horas para que se dé por concluida la
feria del libro de Madrid 2014, en la caseta 299, tres autores, dos mujeres y
un hombre, hacen las últimas ventas e intercambian pareceres con los últimos
lectores. Pero, a ratos, también encuentran hueco para charlar entre ellos y conocerse un poco
mejor. En uno de esos huecos, alguien comenta:<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
―Y,
bueno, ahora que esto se acaba hasta el año que viene, me surge una pregunta:
¿vosotros cuál creéis que es el propósito último de todo esto?― inquiere,
señalando hacia adelante mientras hace un gesto con el brazo que parece querer
abarcarlo todo.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Los
demás, que siempre han tenido varias explicaciones en la punta de la lengua
preparadas para dicha cuestión, esta vez quizá porque el cansancio acumulado
aquellas tres semanas les contiene, guardan silencio meditando su respuesta. Y,
poco a poco, los tres van volviendo su mirada hacia su respectiva obra, mirando
con ternura a aquel que aparece en la portada―en esta ocasión, a saber, un
joven rey luciendo lágrima y corona, una hermosa diosa escoltada por un
unicornio y un enorme gato y una muchacha pelirroja convertida en lo más
parecido a una sirena bajo los Reinos del mar―.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
No
hace falta que nadie diga nada. Si te paras a pensarlo, sólo existe un
propósito.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<o:p></o:p></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<o:p></o:p></div>
Guadalupe Oteo Iturmendihttp://www.blogger.com/profile/02291059099249425676noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3166516680462054499.post-28195877947010717272014-05-14T08:29:00.000-07:002014-05-15T00:45:46.000-07:00Ilustraciones de los Reinos del Mar II. Un "gracias" tan grande como el mar<div style="text-align: justify;">
Hace diez días tuvimos una segunda presentación de El sexto océano, en esta ocasión en la librería La Gusana de mi pueblo, Getxo, y volví a constatar lo mismo que en La Casa del Libro, cara a mostrar las ilustraciones de Xavier Fora Soriano; el formato en papel (tamaño libro) no permitía captar todos sus matices y, por ello, aquí y en la entrada anterior me he propuesto ofreceros el total de sus ilustraciones para que las "exploréis" a gusto. El mes pasado ya os presenté las cinco primeras y hoy haré algo semejante con las otras seis que ilustran propiamente El sexto océano. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Aquí las tenéis:</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
1.- <b>Rielar y Élias</b>. Como creo que ya os he comentado con anterioridad, esta ilustración de Élias y Rielar con el Tridente de Paracas (Perú) de telón de fondo se la pedí yo expresamente a Xavi antes de haber redactado siquiera El sexto océano (y, de hecho, fue su contemplación la que, en parte, guió luego mi pluma al abordar el pasaje en cuestión). Pero lo que ya tenía claro entonces es que el lector debía poder observar este inmenso geoglifo para entender cabalmente la resolución del enigma central de la trama y no se me ocurría un dibujante mejor que Xavier para reproducirlo. Sin embargo, es obvio que Xavi no me ha enviado nunca meros dibujos sino verdaderas obras de arte y, en este caso, el resultado fue tan logrado que pensé que no merecía perder nada de su complejidad y pasar a las páginas interiores en blanco y negro como unos simples trazos destinados a entender un razonamiento. Por ello, terminó encabezando la solapa delantera del libro y otro dibujo de última hora muchísimo más esquemático, también del propio Xavi, acabó aclarando las cosas sin más en la página 313. </div>
<div style="text-align: justify;">
Por si quedaba alguna duda, debo deciros que a esta ilustración le tengo un cariño muy especial (desde que lo recibí, figura en mi ordenador de fondo de pantalla, no os digo más) pero la razón no es solo el que me acompañara desde el prácticamente el minuto cero de la creación de El sexto océano sino que se trata de un dibujo, en cierto modo, mágico. Y es que Xavi, aunque luego sí acabó leyendo en primicia el manuscrito de El sexto océano, en el momento de dibujar esta ilustración no sabía nada en absoluto del argumento de la novela... lo que hizo que a mi deslumbrada admiración por ese magnífico juego de colores ocres y diferentes texturas se le uniera el mayor de los asombros al ver cómo "lo había clavado" al plasmar el estado de ánimo de los dos protagonistas en ese momento preciso de la aventura; preocupados y cavilosos pero, a la vez, firmes y resolutivos en su empeño. Y, además, Élias especialmente guapo pero con una especie de anhelo melancólico en el semblante que también le cuadraba como anillo al dedo... En definitiva: Que yo aún no había escrito ni una sola palabra del libro, pero Xavi ya sabía que todo debía ser así. (pido a los/las que hayan leído El Sexto océano que observen detenidamente a Rielar y a Élias aquí, sentados a la orilla del Pacífico peruano, y hagan un ejercicio de imaginación para conjeturar cómo me sentí al verlos así de bien retratados). <i>(emplazamiento: solapa delantera-cara externa)</i></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj4yn_gw4a4dM1tk2w8ywE97qaAIOA7FBKYnR6X6b3DE6t6A7hfXt5hwxnvKuFzmavLsq_sZmKSjkeGA1DGK88XhtOB_Mu_cXfebAqtjO0iMgzNykwF7Kc7NdCDwA8NEIkBgVHJTZ6wD_c/s1600/TRIDENTE.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj4yn_gw4a4dM1tk2w8ywE97qaAIOA7FBKYnR6X6b3DE6t6A7hfXt5hwxnvKuFzmavLsq_sZmKSjkeGA1DGK88XhtOB_Mu_cXfebAqtjO0iMgzNykwF7Kc7NdCDwA8NEIkBgVHJTZ6wD_c/s1600/TRIDENTE.jpg" height="320" width="226" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
2.- <b>Élias y las pastoras</b>. Aunque todos los dibujos de Xavi me encantan, ya os he dado algunas pistas de cuales son mis predilectos por una u otra razón. Este también me parece precioso pero, en este caso, al que creo que le gusta especialmente aunque nunca me lo haya dicho expresamente, es al propio autor. Y lo creo porque de lo que sí me ha hablado Xavi es de la fascinación que siente por esas bellas mujeres que ya aparecieron en un par de momentos en Rielar y que reaparecen ahora en El sexto océano cuando el grupo de viajeros, bastante al principio de la historia, pasa por las inmediaciones de la gran Barrera de Coral: las pastoras de dugongos y manatíes. Si alguno de vosotros sigue mi blog, sabrá que Xavi, tras leer el manuscrito, incluso me confesó haber echado en falta más datos sobre las pastoras de sirénidos, sobre su origen y su misteriosa existencia. Pensé en complacerle pero luego preferí dejar las cosas como estaban por las razones que ya esgrimí en la entrada que versaba sobre estas enigmáticas mujeres y los apacibles animales que pastorean. En cualquier caso, tengo que hacer una aclaración sobre la escena que aparece representada para aquellos que aún no han leído El sexto océano... Aunque Élias aparece bastante asustado y hasta un punto desmadejado, las pastoras puede que se parezcan a mitológicas sirenas en sus adornos y hermosura (ya sabéis que en todas las imágenes sugiero ampliar pero, en este caso, sería más bien para ver el talento de Xavi como diseñador de moda en los encantadores "complementos" que lucen las tres muchachas) pero "estas sirenas" no tienen nada que ver con las que engatusaron a Ulises con sus cánticos en lo que respecta a sus, tradicionalmente, perversas intenciones; no, ellas no son malas, son simplemente curiosas, independientes y, sobre todo, muy libres. Así que para saber el por qué del malestar de Élias deberemos buscar solo en su propio corazón... <i>(emplazamiento: solapa delantera-cara interna)</i></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj5wY_X6YDb2rxctCKqoaFXp5EOR1rCvLiqxBbvUakZeoueLZxMrdrDQdTAOnlskfZL8QsX-b7TzleB6LJ5cZeX09dnVjlhoLxsDJlnmRwaDTDPXgTeDQiHEOa9dGZan2CVXR8d2As8uFA/s1600/pastoras2.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj5wY_X6YDb2rxctCKqoaFXp5EOR1rCvLiqxBbvUakZeoueLZxMrdrDQdTAOnlskfZL8QsX-b7TzleB6LJ5cZeX09dnVjlhoLxsDJlnmRwaDTDPXgTeDQiHEOa9dGZan2CVXR8d2As8uFA/s1600/pastoras2.jpg" height="320" width="226" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
3.- <b>El hombre manglar</b>. Al igual que ocurría con las pastoras, Gualberto Da Silva Segundo, también llamado el Trovador del agua o el hombre manglar, es una personaje al que ya conocimos durante las aventuras de Rielar en los reinos del Mar y que ahora, en El sexto océano, vuelve a aparecer y, tanto muy al principio como muy al final, con un significativo papel. No puedo negar que este enteco hombrecillo, el único superficial apreciado y admirado entre los profundos de los Reinos del mar, siempre me ha caído particularmente bien y, por ello, no quería que abandonara la historia sin más ni más. La escena que nos presenta Xavi ocurre cuatro años antes de la principal línea argumental, por lo tanto muchísimo antes que la escena de las pastoras, pero coincide con esta en que en ella también aparece Élias, y tampoco lo está pasando nada bien; de hecho, lo está pasando terriblemente mal, mucho peor que en cualquier otro momento de su vida... Por ello, lo que más llama la atención (y a mí más me gusta) de esta ilustración, aunque suene aparentemente incongruente, es la expresión beatífica del hombre manglar, aun teniendo no muy lejos a un Élias roto de dolor. Esa serena sonrisa, esos ojos sabios, ya saben, incluso en ese momento de cruel sufrimiento, que todo será para bien. Merece la pena que os detengáis en su mirada, ampliadla si queréis, pues más allá de cómo hace honor a su nombre y aparece fusionado con la vegetación del manglar, lo que más me fascina de esta ilustración es precisamente ese par de ojos... ojos que parecen estar mirando una realidad oculta a cualquier otro, una realidad sin duda hermosa y cargada de esperanza. <i>(portada-cara interna)</i></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiSS8wpECn_AYjfJzPAPa0vfjvl538Pp0Ifi-iaNLTjpzDOmHVbJjjC0UOY2EV4S2Exq70KMFDf_bDgobyAhdjnBpFnHdW0H0vc9svEu1mraeQSzUHfSzuA5ZyE0TyOkTGp_pYqxdfgzX0/s1600/manglar2.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiSS8wpECn_AYjfJzPAPa0vfjvl538Pp0Ifi-iaNLTjpzDOmHVbJjjC0UOY2EV4S2Exq70KMFDf_bDgobyAhdjnBpFnHdW0H0vc9svEu1mraeQSzUHfSzuA5ZyE0TyOkTGp_pYqxdfgzX0/s1600/manglar2.jpg" height="226" width="320" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
4.- <b>Nictálope</b>. Las dos ilustraciones anteriores y esta (junto con la última, de la que ya os hablaré cuando llegue su turno) fueron las cuatro que Xavi hizo de motu proprio y, por ello, toda una gran sorpresa para mí pero, a diferencia de las otras, aquí aparece un nuevo personaje del que no hay mención alguna en Rielar y los Reinos del mar. Se trata de un representante de una de las dos razas humanoides que habitan el sexto océano (la otra sería la de los lectores ciegos, en cierto modo el "negativo" de esta en más de un aspecto...) pero si, como yo creo, no es una imagen genérica sino que está representado un nictálope muy concreto, el candidato está muy claro y a ese ya le conocemos, aunque sea fugazmente de El destino de Élias, la segunda de mis novelas; se trataría de Gaarz, el nictálope con el que se encuentran Quimera y Shamal en los niveles más inferiores de Fortaleza Diamante. No hay nada que lo identifique como tal y en realidad podría ser cualquier otro pero a mí me gusta pensar que se trata de él pues la ayuda que les prestó a los dos diamantinos no fue pequeña y pienso que sería bonito que tuviera esa especie de reconocimiento pasando a la posteridad a través del arte de Xavi. Por otro lado, decir que el escenario es casi tan ambiguo como el personaje; en ocasiones, me da por pensar que la criatura está nadando en el océano Pacífico y que comienza un especial proceso de camuflaje con la pared submarina pero otras veces, las más, le imagino por el contrario en los dominios de el sexto océano, en la frontera entre claridad y oscuridad, siendo testigo de cómo los espeluznantes peces abisales de lo profundo ascienden hasta el anfiteatro del Amnios para dar comienzo una nueva Fiesta de la Luz en los dominios del dios de los ocho ojos. Por ello, dependiendo de cuál sea el caso, en esta imagen a veces me gusta recrearme en la familiaridad <i>versus</i> la extrañeza del aspecto del nictálope y otras veces lo que prefiero es ampliar la mitad izquierda para observar esas curiosas criaturas bioluminiscentes que confieren a la negrura de las aguas abisales un aura como de fantasmal "galaxia" invertida. Tenéis donde elegir. <i>(contraportada-cara interna)</i></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh3Tr7wNq-fU1y0EWc2oFGXtDAqfPmp8B1cCpuFN_c7TjUk8VahttHr3Yp97sv8iu41kOkzDTuFUhT7xJWO1OTB-X1483FACz6Uk5PQWGNmhD0LErDk8AYV-lsoEYyXFIFvWnq3n8l5Pmw/s1600/nictalope.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh3Tr7wNq-fU1y0EWc2oFGXtDAqfPmp8B1cCpuFN_c7TjUk8VahttHr3Yp97sv8iu41kOkzDTuFUhT7xJWO1OTB-X1483FACz6Uk5PQWGNmhD0LErDk8AYV-lsoEYyXFIFvWnq3n8l5Pmw/s1600/nictalope.jpg" height="261" width="320" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
5.- <b>Áldero y Rielar</b>. Esta ilustración se la pedí expresamente a Xavier por una razón que quizá os sorprenda: hasta un determinado momento de la concepción de El sexto océano, no tenía del todo claro con cual de los dos hombres iba terminar acabando Rielar y, ya que Xavi había dibujado a la chica con Élias frente al tridente de Paracas me pareció conveniente que también existiera una ilustración "alternativa y equitativa" de Rielar y el guapo moreno de Pueblo Grana nadando juntos. Y esto es tan cierto que incluso luego, cuando ya lo tenía claro y la decisión estaba, digamos, tomada, he contemplado la imagen y me he dado cuenta de que puede remitir perfectamente a más de un momento, entre ellos a un punto muy temprano de la historia, primeros del año 2011, cuando todo estaba aún por escribir en la vida de los tres protagonistas... Si os fijáis en la esquina inferior izquierda veréis la insinuación bosquejada de una gran ostra pero en la novela, como saben bien las que ya la han leído, no es una sino que son dos las ostras, de especies, momentos y circunstancias muy diferentes, que juegan su papel en la historia. Dejando este cuasi-spoiler aparte y sin olvidar mencionar lo que me agrada ampliar y luego recrearme en los bellísimos tatuajes de Áldero, esta ilustración me gusta especialmente por una razón inversa a aquella en la que salía Rielar de jovencita, la primera que os presenté en la entrada anterior. Y es que esta me gusta porque se la ve convertida una joven mujer, con muchas vivencias ya a sus espaldas, y aquella mirada asombrada pero también un poco retraída ha cedido su puesto a una manifestación franca de alegría y confianza. Reconozco que para mí es una maravilla verla reír de esa manera, así de sencillo. <i>(solapa trasera-cara interna)</i></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiSYiIT6WpVHXvHkLqZOtKX3nRNvVC0ojbrsY_fiNeXN1-pA0uwTzmQ97n5wClkDiDIiR-zX8RcLICSu9AqXlwGz_HuzjSSqyjb6_kQH5xsUREjmJ6CfbhbbOK1neVZZQKt-suyschwPeM/s1600/AlderoyRielar2+copia.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiSYiIT6WpVHXvHkLqZOtKX3nRNvVC0ojbrsY_fiNeXN1-pA0uwTzmQ97n5wClkDiDIiR-zX8RcLICSu9AqXlwGz_HuzjSSqyjb6_kQH5xsUREjmJ6CfbhbbOK1neVZZQKt-suyschwPeM/s1600/AlderoyRielar2+copia.jpg" height="320" width="229" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
6.- <b>Áldero, Rielar y Élias</b>. Y por último pero no por ello menos importante, mi favorita de entre las once que Xavier Fora Soriano ha tenido la gentileza de entregarme. Esta es, a falta de un calificativo que le haga justicia, espectacular como ninguna. Resulta, sin duda, una ilustración-resumen que sirve de hermosísimo colofón a la historia que se narra, a la de El sexto océano en particular e incluso a la saga al completo en su conjunto, y no solo porque los tres protagonistas, por fin reunidos en esta imagen, están especialmente atractivos sino porque en sus expresiones se puede leer muchas de las pruebas por las que han tenido que pasar, tanto espirituales como físicas, durante sus diferentes vivencias en los Reinos del mar. Por otro lado, la composición es, a nivel artístico, casi apabullantemente buena: Con exquisito acierto a la hora de equilibrar los ocres más cálidos (melena, pulpo) con los más fríos (zona central) que le hace emparejarse con la otra en tonos ocre, la de Paracas, Xavi nos regala ahora un fondo asombroso que no desvelaré aquí pero que merece la pena que ampliéis todo lo que haga falta hasta que reconozcáis por vosotros mismos las "líneas" y dibujos que aparecen en la imagen representados, ya que son mundialmente conocidos (pista clave: Nazca). Pero lo que para mí me resultó en su día aún más cautivador fue lo que aparece escondido en la flamígera melena de la propia Rielar: Rodeadas por cardúmenes de pececillos y otras criaturas marinas y escoltadas por dos casi traslúcidos moais aparecen, nada más y nada menos, que las tres representaciones de la Diosa del triple rostro, aquella que buscó sin descanso el trovador del agua y que, de un modo u otro, ha estado presidiendo (quiero creer que bendiciendo) todas las aventuras de los Reinos del mar desde sus orígenes. Ahí están, para quien aguza la vista, la Doncella, La Madre y La Anciana y cuando por fin se descubren, cuando por fin las descubrí, se sabe que el círculo se ha cerrado y que por tanto se ha llegado, un buen día, al final del camino. <i>(solapa trasera-cara externa)</i></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhVLLrdwlFlBNp6I0XFinHFxPy5927Vg0bGJIQlILAR9Fa4hApA4fCtD49rTCbNih-wrQ_TmKjbCgi3GDyy0gnc1ZHZfIphvIgUYpAENkApux5yYapLpeSeWTEJ1ThIG3m-bxTSqEuSp78/s1600/compo3.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhVLLrdwlFlBNp6I0XFinHFxPy5927Vg0bGJIQlILAR9Fa4hApA4fCtD49rTCbNih-wrQ_TmKjbCgi3GDyy0gnc1ZHZfIphvIgUYpAENkApux5yYapLpeSeWTEJ1ThIG3m-bxTSqEuSp78/s1600/compo3.jpg" height="320" width="226" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
En fin, ¿qué puedo decir como conclusión? Siento que, por muy maximalista que me pusiera, mis palabras siempre se quedarían cortas, así que solo se me ocurre decir esto, pero decirlo de todo corazón:<br />
Gracias, Xavi... Un "gracias" tan grande como el mar.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
Guadalupe Oteo Iturmendihttp://www.blogger.com/profile/02291059099249425676noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3166516680462054499.post-59549112434119750592014-04-26T11:20:00.002-07:002014-04-26T11:20:33.047-07:00Ilustraciones de Los Reinos del Mar I. Un regalo... para los ojos<div style="text-align: justify;">
Antes de ayer fue la presentación oficial de <b>El sexto océano. El Juicio final de la marea</b> en La Casa el libro. Salió todo de maravilla y me sentí muy arropada por la gente que me quiere. Hasta ahí todo perfecto. Pero ocurrió algo que me condujo a volver a plantearme el hacer otra excepción (como la de aquella del día de la poesía...) a esa especie de consigna auto-impuesta de una sola entrada al mes en el blog. </div>
<div style="text-align: justify;">
El caso es que cuando llegó el momento de pasar a presentar las seis preciosas ilustraciones de Xavier Fora Soriano que se esconden en la cara interna de portada y contraportada de mi tercera novela me sentí frustrada. No es que hubiera mucha distancia entre mi mesa y las sillas del público pero solo entonces me percaté de que incluso teniendo el volumen entre las manos, toda la riqueza de matices de cada composición pasaba en buena parte desapercibida debido al, lógicamente, limitado tamaño del libro. Cuando yo en su día recibí de Xavi esas seis ilustraciones y las de las novelas anteriores por correo electrónico, de inmediato dispuse de todas las ventajas del soporte informático y sin pararme a pensar en ello demasiado comencé a manipular dichas imágenes, ampliando y reduciendo a placer, para poder embelesarme en algún detalle o, por el contrario, recrearme más bien en la visión de conjunto... Algo que, como caí en la cuenta hace tan solo dos días, está vedado a aquel que solo dispone del libro en papel. Por eso, he pensado que sería buena idea presentaros en estas Crónicas de los Reinos del Mar todas y cada una de las ilustraciones que ha hecho Xavier para mis tres libros con el fin de que, si os apetece, podáis descargar aquellas que más os gusten y, una vez guardadas, ampliarlas convenientemente o "jugar" con ellas como mejor os plazca para que no se os escape ni una pizca de su gran belleza.</div>
<div style="text-align: justify;">
Su número total es once (nunca se lo he dicho, pero sueño con que, algún día, cuando le apetezca, cree la que complete la docena, aquella en la que se vea a "una pareja que volvió a serlo cuando eso ya era un imposible"...). Me parece que son muchas imágenes para una sola entrada, así que he pensado repartirlas entre esta y la próxima que calculo que colgaré a primeros de mayo. Las seis que se esconden en los entresijos internos de la cubierta de El sexto océano serán las que deje para más tarde y ahora os presentaré solo las cinco primeras: las tres de Rielar, aquellas tres que me deslumbraron en su origen, así como la de Élias y la que se muestra en la portada del El sexto océano. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Vamos a ello.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>1.- La joven Rielar.</b> Aunque las tres ilustraciones con las que Xavi "se arrancó" las recibí al mismo tiempo, para mí esta siempre será la primera, la primera de todas, al igual que Rielar también será en mi corazón la primera como "hija" literaria. Las once ilustraciones tienen algo que las hace especiales pero en esta veo, además, especialmente reflejado el recuerdo de la admiración que sentí cuando, a la vuelta de aquel primer verano tras la publicación del libro, encontré esperándome en el ordenador aquellos tres maravillosos dibujos. Luego vendrían más representaciones de Rielar pero es en esta en la que ella aparece más joven, prácticamente con aquellos quince años primeros con los que empieza la aventura, y esa admiración mía parece serme devuelta en ese encantador rostro cuyos ojos, mitad inquisitivos y mitad deslumbrados, siempre me roban el corazón cuando los miro.</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjxtc4MUhGTXYxefi3DLfVqZW9_PUHLXjURcCGtkkxe2M50i3OclbhpOLlmtHA0ITYTz_4GJ-kN4Ck5_4qCrGPoQSFYKmTUin9co4PvCKqNJx3-j3Tmrn3mit-RKilhVK3JIVOpUYNLSNE/s1600/La+joven+Rielar.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjxtc4MUhGTXYxefi3DLfVqZW9_PUHLXjURcCGtkkxe2M50i3OclbhpOLlmtHA0ITYTz_4GJ-kN4Ck5_4qCrGPoQSFYKmTUin9co4PvCKqNJx3-j3Tmrn3mit-RKilhVK3JIVOpUYNLSNE/s1600/La+joven+Rielar.jpg" height="320" width="225" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>2.- Irisar y Tinglar.</b> Me alegró mucho que Xavi eligiera a la joven recolectora nur Irisar como protagonista de uno de sus tres primeros dibujos... y para aquellos que hayan leído Rielar y los Reinos del Mar creo que no es necesario decir porqué. Pero es que, además, la escena de ella buceando junto a una tan grande como misteriosa tortuga laúd me hace evocar aquel viaje tan especial por el Pacífico norte en el que ellas dos, junto a dos cachalotes y una sabia recolectora hecha de acero templado, siguieron la costa oeste de Norteamérica mientras descendían desde el mar de Bering hasta el de Cortés. Documentarme primero y compartir aquel viaje con los cinco después, fue algo muy hermoso en el que, por otro lado, se establecieron vínculos y se produjeron acontecimientos que más tarde se revelarían cruciales para la trama.</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhgqWQ1dZhWzdMNNkQ7frm8rY0HEgfPHpTWgM1r8gGgGndBz25Twt2I7PehNZVeiuicyIjR_0NtT1M-BjU1-V1EQg2ew_phZwKWbXfKedZEY9VBTo_EKgPeaXLqIZIvW62N6O9RqLTMYYU/s1600/Irisar.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhgqWQ1dZhWzdMNNkQ7frm8rY0HEgfPHpTWgM1r8gGgGndBz25Twt2I7PehNZVeiuicyIjR_0NtT1M-BjU1-V1EQg2ew_phZwKWbXfKedZEY9VBTo_EKgPeaXLqIZIvW62N6O9RqLTMYYU/s1600/Irisar.jpg" height="320" width="223" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>3.- Hidra y Menguele.</b> Así como la elección de Irisar por parte de Xavi me resultó muy satisfactoria desde el principio, confieso que la de la mala malísima de la historia me dejó en un primer momento algo desconcertada. Rielar es una novela muy coral, con infinidad de personajes y optar precisamente por Hidra y su venenoso amiguito era algo que no acababa de entender. Más tarde me enteré que a Xavi era un personaje femenino que le fascinaba de un modo especial pero, independientemente de sus gustos, con el tiempo yo también he acabado pensando que la elección fue igual de acertada que las otras, por no decir que más. Y eso por una doble razón. En primer lugar, con la inclusión de Hidra en el elenco se hace presente, ya desde el principio, en esos <u>tres</u> precisos primeros dibujos, un concepto que es clave en toda la trilogía, el de <i>La Diosa de los tres rostros</i>: El rostro de la doncella (que aquí sería el dibujo de la joven Rielar), el de la madre (que sería el de Irisar) y el de la anciana, que aquí vendría a ser el de Hidra, no porque sea vieja en absoluto sino por sus connotaciones brujeriles en cuanto a mala pero, a la vez, en cuanto a poseedora de un secreto saber. Y la segunda razón es, sencillamente, que Xavi jamás ha dibujado a Mistral, no sé porqué, y, para mí, contemplar a Hidra me ayuda a imaginarla... en mi mente las veo muy semejantes a ambas, pero Mistral en una versión más juveníl, con el pelo más corto y con los rasgos más dulcificados (sobre todo, tras su paso por el Mediterráneo). En conclusión, que viendo a la una, se me representa perfectamente la otra.</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiShZZ-4U0wKYSrurF3fgNJhdReKs3eVq58Xra3ijxsRwuuEGmu2PlWgJmLYBGsg7JwrC01qB_T42WscWdy2kQgXVlgljlu28-fCX3KZL7YgL0sMRjBi5Eh52BkCHjo2Foip-hMQ6rjQtg/s1600/Hidra+y+Mengele.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiShZZ-4U0wKYSrurF3fgNJhdReKs3eVq58Xra3ijxsRwuuEGmu2PlWgJmLYBGsg7JwrC01qB_T42WscWdy2kQgXVlgljlu28-fCX3KZL7YgL0sMRjBi5Eh52BkCHjo2Foip-hMQ6rjQtg/s1600/Hidra+y+Mengele.jpg" height="320" width="225" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>4.- Élias y Dicayos.</b> Curiosamente, de la segunda de las novelas de Los reinos del Mar, <i>El destino de Élias. Un mar diferente</i> solo existe una ilustración; esta. Conociendo la inmensa generosidad de Xavi, estoy segura de que si yo le hubiera pedido alguna más, ahora las tendría aquí para ofrecéroslas y todas serían igual de talentosas que las existentes pero, sencillamente, yo no se lo pedí. Evidentemente, eso hace que este dibujo tenga un significado muy especial para mí pero, independientemente de su carácter único, creo que refleja muy certeramente el eje principal de la novela, aquel más importante aún que la historia de amor. Ese eje no es otro que la relación de amistad entre un hombre y un delfín, entre alguien muy reprimido y alguien muy libre, entre alguien bastante infantiloide y alguien sanamente maduro... en definitiva, entre un discípulo y un maestro de la vida, un maestro que enseñará al primero con su propio ejemplo vital y le ayudará a superarse y convertirse en alguien mucho mejor de lo que parecía estar abocado a ser.</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjlOy9lsWfLy8npZ9lUsoOuMSTg5AINOZz7xLJW75J4wWB43-3eiO9_n0q8kL9iKgqj5EJi2pCBZ3stqm4bw7ymL3CvRuM814cpmZSPyVofJENqmskSnOCMnIhKXVoe3czLriaA4Fykd0s/s1600/elias.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjlOy9lsWfLy8npZ9lUsoOuMSTg5AINOZz7xLJW75J4wWB43-3eiO9_n0q8kL9iKgqj5EJi2pCBZ3stqm4bw7ymL3CvRuM814cpmZSPyVofJENqmskSnOCMnIhKXVoe3czLriaA4Fykd0s/s1600/elias.jpg" height="320" width="234" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>5.- El grupo de buscadores (portada de El sexto océano).</b> Aunque en esta primera entrada, solo os voy a presentar una ilustración de la tercera novela, en este tercer caso pasó prácticamente lo contrario que en el de El destino de Élias: en un abuso de confianza sin paliativos, le pedí primero un dibujo (el del tridente, que ya os mostraré), luego otro (este mismo que hace de portada) y, por si eso fuera poco, otro más (el de Áldero y Rielar, que también dejo para más adelante)... Y no solo los hizo gustoso sino que incluyó por sorpresa nada menos que cuatro más, y todos increíbles... Así es Xavier Fora Soriano; qué más os puedo decir... Volviendo a esta última ilustración, reconozco que es idónea para la portada puesto que refleja una escena que se repite en incontables ocasiones en toda la parte central de la novela: los tres buscadores y sus tres compañeros marinos buceando por aguas del Pacífico sur en busca de la clave para dar con la Última Puerta Bajo el Mar. Pero si esta ilustración me gusta tanto es por algo más, y ese algo más es porque hasta ahora faltaban dos animales marinos muy queridos de los reinos del Mar por aparecer y ambos tienen su lugar de honor aquí. Ellos son Romm, el cachalote, y Unauán, la tortuga, y me hace muy feliz "verles por fin las caras" y, como os dije en el caso de Irisar, para aquellos que hayan leído la saga de Los Reinos del Mar creo que no es necesario decir porqué.</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgHLCubIQHgI6PIj69H9iVk8CT7wtrDngriFTBjpeJH7_a5ggmbEiK9gZvktxLadeolLTG-VqUVW1wG7PGHCXRvx5bD-YW2X-25gOjo__8_apXR2CvfBWUqDUK_1saM0fvV9nQ9NZhMyxI/s1600/travel.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgHLCubIQHgI6PIj69H9iVk8CT7wtrDngriFTBjpeJH7_a5ggmbEiK9gZvktxLadeolLTG-VqUVW1wG7PGHCXRvx5bD-YW2X-25gOjo__8_apXR2CvfBWUqDUK_1saM0fvV9nQ9NZhMyxI/s1600/travel.jpg" height="226" width="320" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Bueno, pues esto es todo de momento. dentro de unos días, más y mejor. La próxima vez os comentaré las seis ilustraciones que se ocultaban tras las tapas de ese libro, aquellas que, tan solo hace un par de días, tanto me frustró no poder mostrar debidamente. Tranquilos, no volverá a ocurrir.</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
Guadalupe Oteo Iturmendihttp://www.blogger.com/profile/02291059099249425676noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-3166516680462054499.post-67057121933315612832014-04-12T09:59:00.000-07:002014-04-13T03:51:53.444-07:00Un zifio en el mar Tirreno. Su cruda verdad.<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;">
</div>
<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhmgfIOf-jftdwp_X0isGKHfYO2-P6jDv84WxkI26jxSbiK3_Q2Ow8O_Gt0XpWFLy-5VBkHRqoNHF9vsMFSictPFe8z1hyphenhyphenROse6dID79FuVK2LlXdtNW8cqNPBXMy-segb_UHQ9orNo9vc/s1600/Zifio+de+Cuvier.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhmgfIOf-jftdwp_X0isGKHfYO2-P6jDv84WxkI26jxSbiK3_Q2Ow8O_Gt0XpWFLy-5VBkHRqoNHF9vsMFSictPFe8z1hyphenhyphenROse6dID79FuVK2LlXdtNW8cqNPBXMy-segb_UHQ9orNo9vc/s1600/Zifio+de+Cuvier.jpg" height="320" width="311" /></a></div>
<br />
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Ya ha pasado más o menos un mes desde que os presente a aquella famélica y enferma hembra de delfín listado que, en aguas baleares, entregó al grupo la virtud de la solidaridad. Élias y sus amigos han seguido viaje y ahora nos los encontramos nadando por aguas del Tirreno, al este de la isla de Cerdeña, donde acaban de toparse con otro mamífero marino, en este caso, con un viejo zifio, solo y bastante desubicado. No emite sonido de ecolocación alguno y no porque sea mudo sino porque se ha quedado irremisiblemente sordo. El fragmento que esta vez he elegido comienza cuando el desgraciado animal se aviene por fin a relatarles cómo ha desembocado en esa situación. Espero que os "llegue" toda su triste verdad...</span><br />
<br />
<img src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjbwgRvTo6bYFD3Uj3xZtOxkdJqh5Y4yQuXZhwt2aVBIumlyVVssJOEH-nqgee4hsPfihnsGdtYj_TuKC4jAcGKCrGwltEaxRfl2DAGT0xZiqJz11cHTJNlgdZEEHiZJ3pGZk_Ca7-u/s400/Zifio+de+Cuvier_2665.jpg" height="228" width="400" /><br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<br />
<br />
—De acuerdo. No perdamos el tiempo con presentaciones. Sé cuál es mi cometido y lo cumpliré —dijo el zifio con determinación, yendo directamente al grano—. Os contaré mi verdad. Y también arrojaré algo de luz sobre las Piedras de Ceto. Pero primero mi historia, que, como ya habréis adivinado, es una historia triste. Aunque no siempre lo fue. De hecho, durante medio siglo me consideré un zifio feliz. No os aburriré con detalles de una vida en armonía rodeado de mi pequeña familia. Ya se sabe: los hogares felices son siempre iguales, son los infelices los que se distinguen cada uno por su propia infelicidad.<br />
<br />
»Vivía mucho más al este, junto a un rincón de aguas profundas entre Italia y Grecia, y a ese mismo lugar fueron a parar un día un grupo numeroso de hombres de la superficie. Entre ellos, la mayoría se movía por mi mar dentro de grandes ingenios preparados para la guerra que no paraban de emitir ruidos semejantes a los que usamos en nuestra ecolocación, pero ellos estaban a sus cosas. Solo unos pocos, al parecer coordinados con los primeros, parecían interesados en nosotros, los zifios. Grababan nuestros pulsos y luego pretendían reproducirlos con aparatos parecidos a los que iban en el interior de sus grandes ingenios marinos. Nosotros estamos preparados fisiológicamente mejor que cualquier otro para la ecolocación, quizá por eso les resultábamos interesantes, pero os aseguro que, cuando de hombres negros se trata, destacar en algo es siempre garantía de perdición. Fue terrible sentir aquellas vibraciones en la cavidades de mi cráneo, en mi sensible mandíbula, en los pulmones, en la tráquea, en todos y cada uno de mis órganos internos...<br />
<br />
El zifio no pudo seguir y calló acongojado. En el compungido silencio que los envolvía Élias detectó el recuerdo de Dicayos de aquel día lejano en el Atlántico en el que dos submarinos casi le hacen «zozobrar». Entre todos los silencios, el del delfín era un fuego frío que helaba y quemaba a la vez con reconcentrada intensidad.<br />
<br />
El viejo cetáceo recuperó las fuerzas para continuar, pero lo hizo abruptamente, casi con desapego, en un desesperado intento de que los recuerdos no dolieran tanto.<br />
<br />
—Mi familia sufrió entonces un varamiento en masa. Así de sencillo. No sé si alguno pudo ser rescatado más tarde porque jamás he vuelto a saber de ellos. Probablemente yo habría seguido su misma suerte, pero ocurrió algo. No sé si procedente de los que hacían maniobras o de los que nos investigaban, se les escapó un golpe de onda de varios cientos de hertzios. Los zifios somos especialmente sensibles a las frecuencias intermedias, y aunque yo estaba a unas quince millas de la fuente, el sonido hizo su labor: me reventó el oído interno, perforándome los tímpanos.<br />
»Había oído hablar a algunos de los míos de sonares de la gente de la superficie que trabajaban con media y baja frecuencia (como los que llaman LFAS, que son de alta intensidad pero trabajan con ese tipo de frecuencias, ampliando su radio de acción y mejorando su precisión) y no desconocía que habían hecho mucho daño a otros cetáceos. No sé si se trataría de uno de esos o simplemente cometieron un fallo... El shock que me supuso evitó que me encaminara obstinadamente hacia tierra y acabara varado..., pero para mí también fue el final. Desde entonces llevo años intentando sobrevivir a duras penas y confiando mi vida a la suerte. Busco un lugar que algunas criaturas llaman El Santuario, donde también hay profundas simas en las que residen zifios como yo, y donde mi sordera no sería tan gravosa, ya que la comida es fácil y abundante y, lo que es más importante, dicen que está bajo la protección de los propios hombres negros. Pero, como comprenderéis, sin mi ecolocación es difícil saber siquiera por dónde voy, así que dudo mucho que consiga llegar algún día.<br />
<br />
<img src="http://api.ning.com/files/-41cvWIs1TrzinLYFiTWiLQ2bbuLF*gFQIbSocQTPF9vfgGvDUludZEYDpfmj1f5BjdSuPdv3OtYUbO*IdVbUU2hCYMPXYzL/PICT1217.JPG?width=540" /><br />
<br />
<br />
Si en algún momento de toda la aventura por el Mediterráneo Dicayos tuvo tentaciones de abandonar fue entonces. Todos sabían a qué lugar se refería el zifio, no en vano lo acababan de dejar a sus espaldas no hacía mucho, y la urgencia por ayudar al anciano fue tan poderosa en el corazón del delfín que todos pudieron captar su deseo de llevarlo allí, dándose con ello perfecta cuenta también del dilema al que Dicayos se estaba enfrentando en esos instantes. La respetuosa espera de Toniña, Mistral y Élias, trasmitiéndole su apoyo fuera cual fuese la decisión que acabara tomando, lo mismo si decidía acompañar al zifio hacia el norte como si optaba por quedarse con ellos, hizo que Dicayos se lo replanteara de nuevo y comprendiera que, por compromiso y voluntad, se seguía debiendo a sus amigos.<br />
<br />
Pero eso no significaba que fuera a consentir que el zifio se marchara de vacío.<br />
<br />
—Sabemos dónde queda ese lugar, pues acabamos de pasar por su extremo más meridional. No estás lejos. Deja que te lo muestre mentalmente. Y tranquilo, me lo tomaré con calma y te daré tal lujo de detalles que te juro por mi sangre mestiza que, con o sin ecolocación, llegarás sano y salvo a Pelagos. Verás, lo que tienes que hacer es...<br />
<br />
Los demás esperaron pacientemente mientras Dicayos se empleaba a fondo en orientar al zifio. Le habló de las corrientes, de los relieves, de los vientos, de las distintas salinidades y hasta de las fuerzas magnéticas de cada punto del camino. No tendría nunca la certeza de que el animal lo había logrado, pero pondría absolutamente todo de su parte y más para que así fuera.<br />
<br />
Al zifio, cada vez más optimista a medida que iba recibiendo más y más referencias en las que basarse para alcanzar su destino, se le notaba impaciente por poner rumbo al norte lo antes posible. Y esa misma impaciencia fue la que casi le hace olvidar que quedaba otro tipo de verdad por descubrir.<br />
<br />
—Ah, las Piedras de Ceto. Sospecho que la verdad que os trasmita os resultará insuficiente, pero solo puedo contaros lo que yo sé. Captando el contenido de la bolsa que ella porta no hay duda de que las piedras ya han sido cargadas tres veces: con el amor, la humildad y la solidaridad. Desconozco con quiénes os habréis encontrado en vuestro viaje, pero, sean quienes sean, han cumplido su misión. Ahora yo os entrego la cuarta virtud: la verdad. Ya habéis hecho más o menos la mitad del camino, y aún os quedan más encuentros antes de que termine el forjado. También hay otras piedras que no competen a los míos, pero que creo que también están ahí por una razón. Aunque sé el espíritu que empujó a su creación, no puedo deciros su propósito concreto cara al futuro, ya que depende de acontecimientos que están por venir y que nadie puede afirmar que llegarán a cumplirse, pero sí os pido que las cuidéis bien, pues en ellas quedan depositadas muchas esperanzas. Y eso es todo lo que puedo revelaros.<br />
<br />
Sin nada más por decir, se despidió de todos dejando a Mistral para el final. Apoyó su cabeza en la bolsa que colgaba de su cadera y murmuró:<br />
<br />
—Piedra de forja.<br />
<br />
Luego, sencillamente, se marchó.<br />
<br />
No es que las revelaciones del zifio hubieran servido para tener las cosas mucho más claras, pero, como poco había que pudieran hacer al respecto, no perdieron tiempo en elucubraciones y retomaron su viaje hacia el sur.<br />
<br />
<img src="http://blog-italia.com/wp-content/uploads/2010/06/mar_tirreno2.jpg" height="300" width="400" /><br />
<br />Guadalupe Oteo Iturmendihttp://www.blogger.com/profile/02291059099249425676noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3166516680462054499.post-677609308968355512014-03-22T02:13:00.000-07:002014-08-26T03:34:52.067-07:00´La mujer-río (en honor del día mundial de la poesía)Me proponía hacer solo una entrada al mes coincidiendo con los "encuentros" con mamíferos marinos que tienen Élias y su grupo en su viaje por el mediterráneo, como una llamada de atención sobre ellos y sus difíciles circunstancias. Y aún es mi propósito. Pero ayer fue el día mundial de la poesía y me gustaría hacer una excepción. Os presento un cuento-poema que escribí hace ya algún tiempo y, como no es raro en mí, acaba, digamos, <i>mirando al mar</i>...Esa es una buena razón para que acabe en este blog. Espero que os guste.<br />
Se trata de la voz de un hombre "conversando" con su hija, reflejando cuatro momentos vitales, y dice así:<br />
<br />
<br />
<div class="MsoBodyTextIndent2" style="line-height: 150%; text-indent: 0cm;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-family: "Times New Roman";">Mira, ya hemos llegado... ¿No merecía
la pena? Además, tú no te quejes que venías en mis hombros, que yo he hecho todo
el trabajo. Me estás mirando risueña, sabes que me estoy riendo y aún sin saber
el porqué te gusta verme contento. ¡Cómo te ha puesto tu madre! ¡Si pareces una
bola de ropa con niña dentro! Solo se te ven los ojos... es cierto, estoy
contento.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoBodyTextIndent2" style="line-height: 150%;">
<br /></div>
<div class="MsoBodyTextIndent2" style="line-height: 150%;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-family: "Times New Roman";">Desde que viniste al mundo soñaba con
mostrarte esto. Aunque ella tiene muchos años aquí nace en primavera... Si
ella, porque aunque sean masculinos todos los nombre que lleva, tu y yo sabemos
que es ella... ¿Cómo iba a ser de otra manera?...<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoBodyTextIndent2" style="line-height: 150%;">
<br /></div>
<div class="MsoBodyTextIndent2" style="line-height: 150%;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-family: "Times New Roman";">Siéntate aquí, al socaire. Aún hace
bastante frío. Será porqué estamos altos. Será porque aún no es marzo. Ella
gusta de empezar lo más cerquita del cielo, entre las cumbres más blancas donde
todo es puro y nuevo. Cómo tú, vaguita mía, apenas quiere moverse y se
entretiene jugando a derretirse y filtrarse...
Mira hacia aquellos neveros, ya los últimos que quedan, ¿Ves como se
vuelven poza? ¿Ves como se vuelven charca? ¿Ves como se vuelven ella?<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoBodyText" style="line-height: 150%;">
<br /></div>
<div class="MsoBodyText" style="line-height: 150%; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Arial","sans-serif"; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">¿No te movías decía? Pero serás sinvergüenza... si hasta en eso eres
como ella, que cuando te das la vuelta ya se ha vuelto torrentera... ven
conmigo, ten cuidado, que aquí hay mucha piedra suelta. Mete la mano en el
agua. ¡Qué fría está todavía!... Esas son lentejas de agua y si apartamos un
poco estos mantos esmeralda verás ranas y tritones escondiendo perlas blancas.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoBodyText" style="line-height: 150%;">
<br /></div>
<div class="MsoBodyText" style="line-height: 150%; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Arial","sans-serif"; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">¡Está tan guapa mi niña chapoteando en el agua! ¿Tienes frío,
ratoncito? Tus mofletes están rosas y tu nariz colorada. Cómo nos viera tu
madre seguro nos regañaba... Mira, en
ese otro laguillo, donde crece la espadaña, la pata edredón esconde, precavida,
su nidada. Ven a esconder tus manitas en su plumosa maraña. Ves qué rico
calorcito... pero no toques los huevos o no vendrá mamá pata.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoBodyText" style="line-height: 150%;">
<br /></div>
<div class="MsoBodyText" style="line-height: 150%; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Arial","sans-serif"; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">¿Escuchas? Por allá abajo, descendiendo la montaña ella se ha vuelto
cascada. Pero aquí habla muy bajito, deshelándose en hilachas, o simplemente se
calla... Como tú, cariño mío, que sólo hablas con miradas y sonrisas
desdentadas. ¡Qué bueno es este silencio que nos acaricia el alma! Silencio que
sólo rompe el silbo del mirlo acuático o algún croar de las ranas...<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoBodyText" style="line-height: 150%; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoBodyText" style="line-height: 150%; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Arial","sans-serif"; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Pero, ¿en qué estaría pensando? Si aún no os he presentado: “niña río,
ésta es mi niña; mi niña, ella es el río...” Las dos sois nuevas y bellas, aún
estáis comenzando, sois tan solo una ilusión de promesas y de hallazgos.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoBodyText" style="line-height: 150%;">
<br /></div>
<div class="MsoBodyText" style="line-height: 150%; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Arial","sans-serif"; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Y es que sois tan parecidas... esos rizos que se escapan de tu gorrito
de lana son sus flores de ranúnculo, amarillas y tempranas; tus labios su flor
del berro, tan rosada y delicada y tus tupidas pestañas, musgo de fuente en
montaña. Sois curiosas, y obstinadas... y nunca seréis más sabias.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoBodyText" style="line-height: 150%;">
<br /></div>
<div class="MsoBodyText" style="line-height: 150%; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Arial","sans-serif"; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">¿Qué te pasa, mi princesa? Te estás frotando los ojos, tienes cara de
cansada... Los días aún son muy cortos y nos queda la bajada... Ven a mis
brazos, gordita, que ya volvemos a casa. Dejamos el nacedero, nos despedimos de
ella, seguimos nuestro camino, volveremos a encontrarla, mañana, quizás mañana.
Vámonos, tu madre aguarda...<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoBodyText" style="line-height: 150%; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Arial","sans-serif"; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><br /></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgmk5jb03lwP98njP5lm_7ySpgPlueV2IrWi3P3rs-ylQRzV8AUXNV6M4YDQw0ZZYgn432i9UrSIAjxJLV4U3wq5i5TwNrSgTPAX6FIEUBqU-TaxiEg_l_N656yWGJd1gqN-CIIXGugyXw/s1600/rio-de-montana-arroyo_19-140862.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgmk5jb03lwP98njP5lm_7ySpgPlueV2IrWi3P3rs-ylQRzV8AUXNV6M4YDQw0ZZYgn432i9UrSIAjxJLV4U3wq5i5TwNrSgTPAX6FIEUBqU-TaxiEg_l_N656yWGJd1gqN-CIIXGugyXw/s1600/rio-de-montana-arroyo_19-140862.jpg" height="239" width="320" /></a></div>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="MsoBodyText" style="line-height: 150%; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Arial","sans-serif"; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoBodyText" style="line-height: 150%; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Arial","sans-serif"; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoBodyText" style="line-height: 150%;">
<br /></div>
<div class="MsoBodyText" style="line-height: 150%;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif;">*****************</span></div>
<div class="MsoBodyText" style="line-height: 150%;">
<br /></div>
<div class="MsoBodyText" style="line-height: 150%;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Arial","sans-serif"; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">¿Y protesta
porque no pescamos ninguno?... Si es que esta niña no calla. Que si Laura me ha
hecho aquello, que si el cole es un plomazo, que si esas hojas de sauce dan en
el agua arañazos, que si mira aquel pinzón presumiendo en el ribazo...<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoBodyText" style="line-height: 150%;">
<br /></div>
<div class="MsoBodyText" style="line-height: 150%; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Arial","sans-serif"; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Calla un poco, por favor. Y estate más quietecita... como si fueras un
junco o un carrizo de la orilla. Mira cuantos peces nadan en el agua
cristalina: tencas, percas y escardinios; rutilos, bremas y truchas; y allá
arriba en el torrente, algún salmón y algún coto, luchando contracorriente.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoBodyText" style="line-height: 150%;">
<br /></div>
<div class="MsoBodyText" style="line-height: 150%; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Arial","sans-serif"; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Nada, que esto es imposible... No me extraña que tu piel luzca tantos
cardenales. Hala, yo también dejo la caña y te acompaño a bañarte, pero ten
mucho cuidado que aún es fuerte la corriente, que ella baja desbordada,
atrevida y prepotente.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoBodyText" style="line-height: 150%;">
<br /></div>
<div class="MsoBodyText" style="line-height: 150%; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Arial","sans-serif"; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">¿Te acuerdas de aquella vez que la viste entre las nieves? Ha crecido,
como tú, y ahora es más independiente. Ahora ella corre mucho, está hecha una
atolondrada, se pelea con las piedras, se columpia entre las ramas...<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoBodyText" style="line-height: 150%;">
<br /></div>
<div class="MsoBodyText" style="line-height: 150%; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Arial","sans-serif"; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">También ha hecho, como tú, muchísimas amistades. Mira aquella
musaraña, bajo la flor de cuclillo... se divierte salpicándola. Con la nutria
chapotea fabricando remolinos... allí retozan traviesas, junto a los lirios
floridos. Y, si esperas un poquito, verás un relámpago azul salir con algo en
el pico... es el martín pescador que va de regreso al nido.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoBodyText" style="line-height: 150%; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Arial","sans-serif"; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Ya que habéis vuelto a encontraros, ¿por qué no habláis un ratito?
Ella dirá que ya es río, aunque todavía es torrente, tú le dirás que ya bajas
con la bici las pendientes; ella dirá que le dicen que es bravía y que es
rugiente, tú le dirás que en tu clase eres la más inteligente...<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoBodyText" style="line-height: 150%;">
<br /></div>
<div class="MsoBodyText" style="line-height: 150%; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Arial","sans-serif"; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Seguís siendo tan iguales... En este mayo de Pascua de tibio sol y
lluvia mansa sólo os veo como una, mitad alocada niña mitad mujer que aún
aguarda. Quebradas y piernas largas, pecas y mucha rocalla, espuma e
inconformismo, mucho oxigeno en el alma...<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoBodyText" style="line-height: 150%;">
<br /></div>
<div class="MsoBodyText" style="line-height: 150%; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Arial","sans-serif"; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Ven a secarte a mi lado, siéntate sobre esta toalla. Come toda la
merienda que tienes en esa cesta, que lo del pescado a la brasa es casi cosa de
guasa. Que no hemos pescado nada con tu charla que te charla... Bueno, en fin,
no pasa nada, que mamá ya iba avisada.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoBodyText" style="line-height: 150%;">
<br /></div>
<div class="MsoBodyText" style="line-height: 150%; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Arial","sans-serif"; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Vuelvo a mirarte a hurtadillas devorando tu bocata, con las piernas
encogidas, masticando ensimismada. De tus cabellos mojados corren por toda tu
espalda riachuelos revoltosos, hermanillos de tu hermana. Contemplas el agua
rauda que devuelve tu mirada mientras ríe a carcajadas, pues una culebra de
agua serpentea por su panza.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoBodyText" style="line-height: 150%; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoBodyText" style="line-height: 150%; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Arial","sans-serif"; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">¿En que piensas, hija mía, que ahora ya no dices nada? ¿En que se
acerca el verano?... Todavía falta un poco. ¿En qué harán ahora tus amigas?
Cuándo llegues, al teléfono... ¿En qué el sábado, en el partido, Pablo no
estaba mirando? Será que no pudo, cielo. Pensar que hace poco tiempo él era un
tonto y un memo y ahora cada dos por tres, Pablo esto y Pablo aquello...<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoBodyText" style="line-height: 150%;">
<br /></div>
<div class="MsoBodyText" style="line-height: 150%; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Arial","sans-serif"; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Bueno, si has acabado, mejor ya nos vamos yendo. Que mañana es día de
cole y ya está anocheciendo. Coge las toallas, las cañas y la cesta y ven corriendo,
a despedirte de ella que aunque se cree muy mayor aún es solo un arroyuelo.
Pronto creceréis las dos y volveremos a vernos.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoBodyText" style="line-height: 150%; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Arial","sans-serif"; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><br /></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgkacHCFxJX0M6zhjSS3h-lU58UB27stLNyo42hXC8zyk_jTADE00jW5WcX3Gxwz8gbOWWI9BKLiKJiWuGeXvPn7_FqJR9L8lXsg3q-QB27UBJGrEM_oHIii82kYYY7bCzA8xANHXQEONQ/s1600/meandros1.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgkacHCFxJX0M6zhjSS3h-lU58UB27stLNyo42hXC8zyk_jTADE00jW5WcX3Gxwz8gbOWWI9BKLiKJiWuGeXvPn7_FqJR9L8lXsg3q-QB27UBJGrEM_oHIii82kYYY7bCzA8xANHXQEONQ/s1600/meandros1.jpg" height="208" width="320" /></a></div>
<div class="MsoBodyText" style="line-height: 150%; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Arial","sans-serif"; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif;">****************</span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoBodyText" style="line-height: 150%; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Arial","sans-serif"; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">¡Que buena idea has tenido con lo del paseo en barca! Es siempre tan
apacible este recodo del río... Bueno, esta curva de ella, tú me entiendes...
¿verdad, hija? Qué bien el poder aislarnos por un rato de los otros; de los
niños, de mamá, de Pablo, de la ciudad...<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoBodyText" style="line-height: 150%;">
<br /></div>
<div class="MsoBodyText" style="line-height: 150%; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Arial","sans-serif"; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Mira hacia aquellos nenúfares que resisten la corriente. Es que ahora,
en este tramo, ella ya es más reposada, desplegando en sus meandros una serena
elegancia mientras sigue nuestro bote, desde los ojos del puente, con reflexiva
mirada. ¿Ves la garza que rebusca en el fango con su pico? Ay, la hemos
asustado... ya se aleja en la distancia.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoBodyText" style="line-height: 150%;">
<br /></div>
<div class="MsoBodyText" style="line-height: 150%; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Arial","sans-serif"; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Bueno, en fin, sigue remando. Y cuéntame de tu vida... ¿Vas a cambiar
de trabajo? Pablo me ha estado contando que te exigen demasiado... Te veo un
poco más llena, como ella, con más curvas... ¿Estás de nuevo esperando? Tú bien
sabes que me encanta ejercer como abuelazo, pero tres, según se mire, pueden ya
ser demasiados.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoBodyText" style="line-height: 150%;">
<br /></div>
<div class="MsoBodyText" style="line-height: 150%; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Arial","sans-serif"; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">¿Te acuerdas cuando, de niña, te traía hasta la orilla y te decía, a
menudo, que ella y tú sois parecidas? Pues aún sigo pensándolo, más si cabe
todavía; ella también ha cambiado, le ha trasformado la vida. Se ha vuelto más
sinuosa, más pausada y comedida. La experiencia deja poso, erosiona el día a
día... Además, y como tú, no para de parir vida; mira qué verde está todo
aunque estemos en agosto y hasta el hablar dé fatiga...<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoBodyText" style="line-height: 150%;">
<br /></div>
<div class="MsoBodyText" style="line-height: 150%; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Arial","sans-serif"; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Sonríes; estás pensando “Vaya loco charlatán, con sus tercos
parecidos...” pues si, porque son verdad. Y si no mira adelante, hacia aquel
llantén de agua, como alborotan sus hijos entre las inflorescencias; esa
libélula es María, siempre la llevas tan guapa..., esa efémera, Rebeca,
danzando sin ton ni son... y el caballito del diablo… pues Pablito, el cabezón.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoBodyText" style="line-height: 150%;">
<br /></div>
<div class="MsoBodyText" style="line-height: 150%; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Arial","sans-serif"; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Ahora te ríes... y bueno, así es como lo veo yo. Deja que reme yo un
rato y sujeta tú el timón. O mejor suelto los remos y nos dejamos llevar, no es
que me canse, que conste, es sólo para variar. Te confesaré una cosa; a veces
creo que ella sabe que la quiero mucho, casi tanto como a ti... que sois mis
niñas del alma y creo que ella también me quiere un poquito a mí. Vamos a
cerrar los ojos... ¿Sientes como nos acuna, como nos mece en su abrazo? Si es que está hecha una madraza, que ya te
lo digo yo... Cuanto más mayor se hace ella, más niño me vuelvo yo.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoBodyText" style="line-height: 150%;">
<br /></div>
<div class="MsoBodyText" style="line-height: 150%; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Arial","sans-serif"; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">¿Oyes? Nos están llamando... Que esperen un poco más. Ahora estás tan
ocupada y te tengo, para mí solo, tan poco... Sigue cerrando los ojos y escucha
el campo al pasar... Ah, que paz... Serán pesados ¡YA VAMOOS! Tenemos que
regresar... No sabes cuanto agradezco
estos ratos que me das. Ayúdame a dar la vuelta y en el viaje de regreso mete
la mano en el agua y dile que volverás.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoBodyText" style="line-height: 150%; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Arial","sans-serif"; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><br /></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhlrgWebBcqfk7J6HVR4iCSqzpvzyxO5nX9LDoGCjO7lqDmQaZh0zBhaJG65wdrNpeGXzxx-1x0TUiQRxfBmEeX_8izCIweHEHvAnSNGMnSgtshCM-5TglMqwRakdHF0A7WMmHu7dmUaKI/s1600/desembocadura+rio+mino+a+guarda.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhlrgWebBcqfk7J6HVR4iCSqzpvzyxO5nX9LDoGCjO7lqDmQaZh0zBhaJG65wdrNpeGXzxx-1x0TUiQRxfBmEeX_8izCIweHEHvAnSNGMnSgtshCM-5TglMqwRakdHF0A7WMmHu7dmUaKI/s1600/desembocadura+rio+mino+a+guarda.jpg" height="240" width="320" /></a></div>
<div class="MsoBodyText" style="line-height: 150%; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Arial","sans-serif"; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif;">*******************</span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoBodyText" style="line-height: 150%; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Arial","sans-serif"; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">¿Notas el olor a mar? Cada vez estamos más cerca, pero aún no quiero
llegar. Deja que agarre tu brazo, que con el bastón y todo me cuesta un poco
avanzar... Hoy llevo tu camiseta, sabiendo que íbamos andar, que este frío de
noviembre cala mucho... ya sabes, aquella que me pusiste de regalo en Navidad. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoBodyText" style="line-height: 150%;">
<br /></div>
<div class="MsoBodyText" style="line-height: 150%; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Arial","sans-serif"; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">¡Qué bonita es la marisma! Te agradezco que me saques a menudo a
pasear. Y es que ahora esta es la parte que más me gusta mirar. Ya sabes, la
parte de ella... no me vayas a regañar. Es que, desde que no está tu madre,
habló con ella mucho más. Sé que lo tomas a broma, pero me cuenta su historia y
yo le cuento la mía. Ésta tú ya te la sabes porque también es la tuya, y quizás
intuyas la suya, por esa misma razón:<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoBodyText" style="line-height: 150%;">
<br /></div>
<div class="MsoBodyText" style="line-height: 150%; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Arial","sans-serif"; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Me habla de un río subterráneo que le robó el corazón, que le embriagó
con sus aguas y se fundió con su amor, de los muchos afluentes que amamantó y
que crió y que se marcharon lejos para cumplir su misión, de la paz que siente
ahora cuando se acerca el final... ¿No te suena todo eso? Te dije que os
parecíais ¿Tengo o no tengo razón?<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoBodyText" style="line-height: 150%;">
<br /></div>
<div class="MsoBodyText" style="line-height: 150%; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Arial","sans-serif"; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Esta zona es más vacía, aquí ya no hay tanta vida... pero las aves y
plantas que la habitan son más fuertes. La gaviota, el tarro blanco, el
ostrero, la espartina. La vida nos hace fuertes, nos enseña a acomodarnos a la
sal o a la diabetes... o incluso a la soledad. Y aunque las aguas que bajan ya
no son tan cristalinas dejan limos empapados de paciencia y de piedad.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoBodyText" style="line-height: 150%;">
<br /></div>
<div class="MsoBodyText" style="line-height: 150%; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Arial","sans-serif"; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Vamos hasta aquella roca. Ya no quiero avanzar más. Y no es que esté
cansado es que no quiero ver el mar. Me gusta mirarle a ella antes de
desembocar. Sigue estando muy hermosa, igual que tú, mi tesoro. Y aunque ahora
estés más sola, no debes sentirte inútil, aún tienes mucho por dar.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoBodyText" style="line-height: 150%;">
<br /></div>
<div class="MsoBodyText" style="line-height: 150%; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Arial","sans-serif"; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Mira hacia arriba; son ánades, que regresan de ultramar. Antes pasaron
las ocas y los cisnes, faltan pocos por llegar. El invierno se aproxima. ¿Sabes
dónde acabarán? Pues donde mi niña-río, que nunca envejecerá. Ella curará su
cansancio, a sus crías nutrirá y por los siglos de los siglos, de la montaña al
estuario, con las hijas de tus hijas su destino trenzará.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoBodyTextIndent" style="line-height: 150%;">
<br /></div>
<div class="MsoBodyTextIndent" style="line-height: 150%;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-family: "Times New Roman";">Vámonos, que tengo frío; me apetece regresar.
Deja que coja tu brazo. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoBodyText" style="line-height: 150%;">
<br /></div>
<div class="MsoBodyText" style="line-height: 150%; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Arial","sans-serif"; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Adiós, mujer-río, adiós. Que te vas y no te vas. Que cambias y eres la
misma, que siempre estarás naciendo y te mueres sin cesar. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoBodyTextIndent" style="line-height: 150%;">
<br /></div>
<br />
<div class="MsoBodyTextIndent" style="line-height: 150%;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-family: "Times New Roman";">Adiós, amiga querida, nos veremos en el
mar.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoBodyTextIndent" style="line-height: 150%;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-family: "Times New Roman";"><br /></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEionRpiskLNoV2A3K5LnldnQtfHxRn67NmUVicIrWgRMNG1Qevl0nDppIgtchiNAMnFOuGZmaqCiWtdtYiPzh3yU16P6Lqm_m20TcoD8mi2EnNP1uuXq_dZXy2_GmE0YcVLCTrABFDSm3w/s1600/27mar.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEionRpiskLNoV2A3K5LnldnQtfHxRn67NmUVicIrWgRMNG1Qevl0nDppIgtchiNAMnFOuGZmaqCiWtdtYiPzh3yU16P6Lqm_m20TcoD8mi2EnNP1uuXq_dZXy2_GmE0YcVLCTrABFDSm3w/s1600/27mar.jpg" height="233" width="320" /></a></div>
<div class="MsoBodyTextIndent" style="line-height: 150%;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-family: "Times New Roman";"><br /></span></div>
Guadalupe Oteo Iturmendihttp://www.blogger.com/profile/02291059099249425676noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3166516680462054499.post-66498589062651006952014-03-16T11:47:00.001-07:002014-03-16T11:47:38.452-07:00Delfines listados en el mar balear. Envenenamiento + Hambre = Inmunodepresión.<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgYRe0DDivCkXtIZ8V0QWoSC2Rqbxs3d24TPuARspDqznCKuDJ2t0h4GfpaVgZqzY0HS3kVwvaaXp5mvvmXdg8Sad9hE4CAIrgG7e4_gidgasoj4UuB0NzGvHiINuYoeWxESZNAYg4aKa8/s1600/delf%25C3%25ADn+listado.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgYRe0DDivCkXtIZ8V0QWoSC2Rqbxs3d24TPuARspDqznCKuDJ2t0h4GfpaVgZqzY0HS3kVwvaaXp5mvvmXdg8Sad9hE4CAIrgG7e4_gidgasoj4UuB0NzGvHiINuYoeWxESZNAYg4aKa8/s1600/delf%25C3%25ADn+listado.jpg" height="230" width="320" /></a></div>
<br />
<br />
Llevaban bastantes días de marcha cuando los tres coincidieron en el perímetro exterior con el delfín <i>coeruleoalba</i> que les había abordado en un principio. Aunque en la distancia las dos especies de delfines eran bastante semejantes, hacía tiempo que los amigos habían aprendido a reconocer el algo más robusto cuerpo de los listados, con sus tres características bandas oscuras laterales de distinta longitud que partían del ojo, frente al degradado verdoso-amarillento en forma de ocho sin banda alguna de sus hermanos más pequeños: los delfines comunes. En estos últimos era casi imposible distinguir entre machos y hembras, pero entre los delfines listados sí había una pequeña diferencia de tamaño, así que también sabían ya que aquel primer animal era una hembra.<br />
<br />
—¿Queda mucho para llegar a las Baleares? —inquirió Dicayos, haciéndose eco de una hambruna que no por intentar sobrellevarla estoicamente atormentaba menos el lento suceder de los días.<br />
<br />
—Tranquilo, no tardaremos en avistar la isla de Formentera —respondió ella intentando disimular su propia debilidad—. Ya falta poco.<br />
<br />
El mular, intentando que no se notara mucho, ayudaba a seguir el ritmo a un desfallecido Élias, así que Mistral se acercó más a la hembra para aprovechar su empuje. Fue entonces cuando se dio cuenta de su dificultosa respiración y su constante lagrimeo.<br />
<br />
—¿Te encuentras mal? —le preguntó preocupada.<br />
<br />
Por un instante pareció que el animal iba de nuevo a quitar importancia al asunto, pero un súbito abatimiento le hizo cambiar de parecer.<br />
<br />
—No muy bien... La verdad es que no muy bien. Llevo un tiempo que parece que lo cojo todo. Reconozco que los cetáceos en general, y los delfines en particular, somos de natural propensos a contraer parásitos y pequeñas infecciones, pero esto creo que ya no es normal. Si no son llagas en la boca son lesiones en el pliegue de las aletas o exceso de mucosidad o...<br />
<br />
—Inmunodepresión —murmuró Mistral para sí.<br />
<br />
La listado no pareció oírla porque siguió lamentándose.<br />
<br />
—Hace unos meses perdí al bebé que esperaba. Y no he sido la única a la que le ha ocurrido últimamente. Lo que más me preocupa es que ya han pasado varios años desde la última gran epidemia de morbilivirus, esa peste cetácea de carácter cíclico que suele golpearnos a los delfines con especial virulencia, y si volviera a producirse justo ahora, temo que, lejos de ser la habitual regulación interna de la especie, acabe siendo, dado lo bajísimas que parece que tenemos las defensas, una auténtica carnicería. Mis temores no deben impedirme seguir ayudando a los más débiles, pero me han llegado rumores de que se ha manifestado la enfermedad en algunos calderones y me angustia pensar que en vez de socorrer a otros, los listados, sin proponérnoslo, acabemos siendo los trasmisores del virus... Imagino que todo esto tiene que ver con una alimentación deficiente y con todas esas porquerías que envenenan el mar, pero ¿qué podemos hacer contra ello? —dijo la hembra, abatida.<br />
<br />
—Tranquila. Recientemente hemos estado nadando entre calderones y no parecían enfermos ni hemos oído nada al respecto. Quizás haya suerte y si de todos modos ese morbilivirus tiene que llegar lo hace el año que viene o más adelante, cuando ya estéis fuertes para combatirlo —dijo Élias, conmovido y a la vez admirado ante la entereza de la que hacía gala el animal.<br />
<br />
Tanto el chico como los demás eran conscientes de que, manteniéndose las condiciones ambientales del mar como hasta entonces, la demora de unos meses o unos años en la propagación de la epidemia no iba a significar en realidad ningún cambio a mejor, así que, aunque agradeciendo el gesto, el silencio en el que se sumió la hembra de delfín listado se revelaba vacío de esperanza.<br />
<br />
—De momento, aferrémonos a la ilusión —dijo Dicayos, intentando ahuyentar aquella terrible sensación de condena—. Si la vista no me engaña, aquello que se ve en lontananza es tierra, con lo que no debemos de estar lejos de la primera de las islas Baleares.<br />
<br />
Efectivamente, entre la neblina se podía distinguir ya el relieve de Formentera, así que, sabiendo que al menos su problema inmediato de alimentación estaría pronto subsanado, el grupo al completo se lanzó con nuevos bríos hacia aquellas aguas.<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhurbTiY6SwUQK19VADkIoVwgjh_yvhhNvtzakCEyyIvnI1w7agRroxAGZpdTMlGTR4VaRKa7bb8aUW7TchxbS2ZxY-vafMfNhBZneKkTXH1HGl0L2NGPCrbF8gMRHxHWFEuL583QPw7jo/s1600/Mar_Balear_-_BM_WMS_2004.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhurbTiY6SwUQK19VADkIoVwgjh_yvhhNvtzakCEyyIvnI1w7agRroxAGZpdTMlGTR4VaRKa7bb8aUW7TchxbS2ZxY-vafMfNhBZneKkTXH1HGl0L2NGPCrbF8gMRHxHWFEuL583QPw7jo/s1600/Mar_Balear_-_BM_WMS_2004.jpg" height="298" width="320" /></a></div>
<br />
*<br />
<br />
<br />
<br />
Los días que siguieron fueron toda una bendición después de unas jornadas tan difíciles. Primero sobre las magníficas praderas de posidonia oceánica de los fondos entre Formentera e Ibiza, y más tarde ya en el canal de Mallorca, explorando la montaña submarina de Ausias March y el menor y más profundo mont dels Oliva, descubrieron un rincón del Mediterráneo que por un tiempo pareció convertir la ingenua obcecación de los optimistas delfines comunes en una maravillosa realidad. Entre los campos verdes de los fondos blandos y las amplias extensiones de algas rojas o los longevos corales negros de los fondos rocosos, los viajeros pudieron por fin abastecerse del alimento que tanto necesitaban. Desde los pulpos blancos que hicieron las delicias de Pomodoro hasta los abundantes cabrachos, tres colas o papagayos nadando entre las rocas, así como gallos asomando sus colas arqueadas de la arena —repleta también esta de infinitas coquinas, berberechos y almejas—, ninguno de los viajeros se quedó con las ganas de darse un buen atracón.<br />
<br />
Sin embargo, tras una semana larga de reponer fuerzas, con los estómagos repletos regresó también la urgencia por ponerse de nuevo en camino. El grupo de listados y comunes aún tenía pendiente la volcánica elevación de Emile Baudot, una zona de vertiginosos desniveles donde también contaban con hacer suculentos descubrimientos, pero para Toniña y sus amigos eso suponía desviarse de su dirección noreste, con lo que tuvieron que despedirse agradecidos y disponerse a seguir ruta hacia la más septentrional de aquellas islas.<br />
<br />
Justo antes de la separación, la hembra enferma se dirigió a Mistral.<br />
<br />
—Creo que es a mí a quien corresponde... Me siento preparada —dijo mientras acercaba su cabeza a la bolsa que portaba la chica—. Piedra de forja —murmuró, y sin decir nada más se unió al grupo que ya se alejaba y se mezcló entre los demás.<br />
<br />
Como ya le ocurrió al despedirse del calderón negro, Mistral se sintió embargada de pronto por un honda emoción ante ese gesto final que no acertaba a entender, pero sus compañeros parecían impacientes por proseguir la marcha, así que dejó su desconcierto para mejor ocasión.<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh6kw3LZYa-NIGnXefn2ZQ2YivIfXYeCL7cwqQmneV6NHz0z6NL1a2F5pH6DIuUnuTWNnIXLzJcZW41Nf8u7kG3SQJb2g4TMT7R0JL3Mbz_XnMZF_m_WPFaLcOZAlkd_eFTmMssiy4K07Q/s1600/25mar.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh6kw3LZYa-NIGnXefn2ZQ2YivIfXYeCL7cwqQmneV6NHz0z6NL1a2F5pH6DIuUnuTWNnIXLzJcZW41Nf8u7kG3SQJb2g4TMT7R0JL3Mbz_XnMZF_m_WPFaLcOZAlkd_eFTmMssiy4K07Q/s1600/25mar.jpg" height="234" width="320" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<br />Guadalupe Oteo Iturmendihttp://www.blogger.com/profile/02291059099249425676noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3166516680462054499.post-71387825544871236152014-02-16T02:14:00.000-08:002014-02-16T02:14:06.561-08:00Calderones junto al mar de Alborán. Pseudo-ecoturismo y otras hierbas.Mientras avanzaban por los golfos de Vera y de Mazarrón fueron comprobando una abundancia creciente de calamares que aportó a todos, desde el delfín a la foca monje, una dosis extra de reservas y de optimismo.<br />
<br />
—Probablemente se dirigen a la puesta de sus huevos —comentó Pomodoro—. Conque apostaría que estamos cerca de una siempre interesante montaña submarina. No es que haga ascos a los calamares, pero donde esté uno de sus exquisitos hermanos pulpos... Por no hablar de los meros y los congrios, que también se suelen esconder entre las paredes rocosas de estas montañas. Ummm... Sugiero que les sigamos. Ya veréis como no nos decepcionan.<br />
<br />
Pomodoro tenía toda la razón. Siguiendo la migración de los calamares no tardaron en llegar a las inmediaciones de la montaña del Seco de Palos, a poco más de veinte millas del cabo del mismo nombre. Y allí se encontraron con una cuantiosa congregación de cetáceos que, sin ser tan exclusivos en la dieta como sus homónimos grises, también se pirraban por los calamares: casi un centenar de calderones negros o comunes. Aunque en ese momento ninguno de ellos estaba pensando precisamente en comer.<br />
<br />
Ya podían haberse hecho una pequeña idea de lo que se iban a encontrar interpretando el despliegue de regalos con los que se habían topado desde que comenzaron a bucear por aquellos fondos. Pero, por desgracia, ni el mismo mar de Alborán estaba libre de ellos, así que su vista se había en parte acostumbrado. Restos de artes de pesca como boyas rotas, redes o cabos, aparejos perdidos dañando las colonias de esponjas y gorgonias y, ahora que se acercaban más, plásticos, botellas de vidrio y hasta algún que otro bañador. Pero fue el estridente ruido de un motor acelerando el que les empujó a la superficie para darse de bruces con los calderones.<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhyqBzyvpNiYtn_hjtnQiGAnzb9bK1uk-ncQ9e9JXSEQBh_dwxv46_B1y5t43pse2qhyphenhyphentfOlAPNOKLVFVUsYwCBRAVAodJHSMxobssVMgDfQ7xGNkkxQMFUABjCXqlWiTGezeqIMXpqFn8/s1600/calder%C3%B3n+negro.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhyqBzyvpNiYtn_hjtnQiGAnzb9bK1uk-ncQ9e9JXSEQBh_dwxv46_B1y5t43pse2qhyphenhyphentfOlAPNOKLVFVUsYwCBRAVAodJHSMxobssVMgDfQ7xGNkkxQMFUABjCXqlWiTGezeqIMXpqFn8/s1600/calder%C3%B3n+negro.jpg" height="301" width="320" /></a></div>
<br />
<br />
Estaban, según su costumbre, en pequeños grupos de ocho a quince individuos que se disgregaban y se volvían a juntar constantemente formando nuevas agrupaciones, pero, mientras nadaban por entre las distintas vainas o grupos familiares, todos permanecían atentos a lo que sin lugar a dudas era el alma de la fiesta: un barco de recreo que, a ratos a la deriva y a ratos desplazándose por entre los grupos, parecía estar ofreciendo a sus pasajeros toneladas de diversión. Los silbidos de los calderones quedaban ahogados por los chillidos de emoción y las risotadas de aquellos individuos que, entre copa y copa, aprovechaban el todavía benigno mar de otoño para darse un chapuzón entre delfines. Entre estos últimos, algunos se mostraban claramente esquivos, otros se limitaban a permanecer flotando en silencio, como durmientes, pero también había algunos que, haciendo honor a la gran sociabilidad de la especie, se acercaban continuamente a alguno de los dos extremos del barco, e incluso a los eufóricos nadadores, con la intención de jugar.<br />
<br />
Un hermoso macho, tan azabache como el resto, pero con un giboso melón y un peso cercano a las tres toneladas que demostraban que ya había entrado en la edad adulta, insistía en acercarse a la popa del barco, ahora parado, donde unas tres o cuatro personas voceaban y golpeaban el agua en un afán de atraerlo hacia allí. Un par de ellas trastabillaban forcejeando con una cámara de fotos, muertas de risa, mientras otras, cada vez que el calderón se aproximaba a la borda, parecían empeñadas en encasquetar una vistosa gorra de capitán en la cabeza del macho, al tiempo que pugnaban por abrazarlo uno por cada lado, con la intención de posar también para la foto.<br />
<br />
En el otro extremo de aquel circo, y en el otro extremo también en lo que a cordialidad se refiere, una docena de calderones observaba la escena. Había alguna cría, pero en su mayoría eran hembras muy mayores.<br />
<br />
—¡Son abuelas! —dijo Dicayos, alegre, dirigiéndose hacia ese grupo—. Tanto por mi parte mular como por mi parte Risso, hago buenas migas con los calderones negros. Venid, nos camuflaremos entre ellas y, de paso, seguro que aprendemos algo.<br />
<br />
—¿Qué quieres decir con abuelas? —preguntó Mistral, siguiéndole.<br />
—Entre las humanas creo que también es normal vivir un largo periodo posreproductivo, pero te aseguro que en el resto del reino animal se trata de algo absolutamente excepcional. En esta gran familia que vemos ahí, en la que todos están emparentados, lo bueno que comporta seguir trayendo crías al grupo hasta el final no es nada comparado con la labor que hacen las hembras durante el cuarto de siglo que pueden llegar a vivir, no digo sin aparearse, por supuesto, pero sí sin tener ya más descendencia. La sociedad de los calderones es muy estable, con fuertes lazos familiares y sin las luchas entre machos tan frecuentes en otros grupos de cetáceos. Pero aunque será uno de estos machos el que pilotará la navegación del grupo, que siempre lo seguirá como una piña y sin titubeos, la cohesión de la familia y, lo que es más importante, su memoria cultural y su escuela de vida la llevan siempre consigo gracias a la presencia de las abuelas.<br />
<br />
Los cinco viajeros se habían incorporado al grupo a tiempo de participar de la conversación que allí tenía lugar.<br />
<br />
—Este nieto mío es tonto —estaba diciendo, sentenciosa, una de las hembras.<br />
<br />
—No digas eso —le reprendía otra—. Está demostrando tener todo lo necesario para ser un buen guía. Es una ballena piloto muy bien educada. Algún día seguro que será un gran líder.<br />
<br />
Ninguna de las presentes debió de ver nada desagradable en los recién llegados, porque continuaron hablando como si tal cosa.<br />
<br />
—A mí me lo vas a decir. Yo le he enseñado todo lo que sabe —respondió la primera—. Pero en estos momentos casi preferiría que mis lecciones no hubieran dado tan buen resultado. Reconozco que es modesto y humilde de espíritu, alegre y generoso, que sabe escuchar y que sabe aprender, y que está contento con lo que tiene y con lo que es. Yo personalmente le he recomendado siempre que practique la mansedumbre y que ame, por encima de todo, la paz. Siguiendo mis consejos, cuando tenga el poder de dirigir a la familia y el prestigio de ser la primera entre las ballenas piloto, seguro que lo hará con modestia, ecuanimidad y justicia, y será un buen guía. No habrá varamiento que pueda con él. Todo eso lo sé muy bien... Por eso me da tanta rabia que se deje escarnecer por esos indeseables.<br />
<br />
—No deberías pagarla con él por ser una criatura noble, abuela —intervino Dicayos, conocedor de que ese título era el más honorable entre los calderones—. Deberías enfadarte con aquellos que no saben tratarlo con respeto.<br />
<br />
—Tienes razón, hijo de Risso, tienes razón —respondió la anciana—, pero me duele tanto... Y me siento tan impotente. Durante toda su vida nuestros machos trabajan mucho por todos los demás, no solo como guías, sino también vigilando el perímetro mientras los demás duermen sobre las olas, buceando a las cotas más profundas para dejar la comida fácil a esos otros o ahuyentando orcas y tiburones con un valor suicida. Solo te diré una cosa: mientras nosotras tenemos una esperanza de vida de sesenta años, ellos habrán tenido mucha suerte si pasan de los cuarenta y cinco. Y ¿crees que toda esta patochada y otras muchas parecidas que incluso se las dan de serias y ecológicas son un reconocimiento a su coherencia y a su humildad?<br />
<br />
Por su parte, el macho en cuestión, bastante desconcertado porque aquellos seres no parecían querer jugar, sino tapar a toda costa su espiráculo con aquel engorro blanco y dorado, se había apartado un poco. Luego, siempre amigable, quiso trasmitir a los del barco que todo iba bien, y aunque ya no era una cría para ponerse a dar saltos, sí les ofreció unos briosos saludos con la cola y unos cuantos cucus de travieso espionaje. Como estaba pendiente de los del barco no se dio cuenta de que uno de los que ya se habían atrevido a saltar al agua se le acercaba por detrás. Con ínfulas de gallardo cowboy, le agarró de pronto por la aleta dorsal y se puso a cabalgarlo mientras ofrecía a su público triunfales gritos de victoria. Sobresaltado, el calderón intentó zafarse de su jinete sin comprender, perplejo, por qué sus amables gestos empujaban a aquellos seres a violentarle una y otra vez.<br />
<br />
Después de unas cuantas sacudidas, pudo al fin liberarse, y una extraña congoja le inundó el alma cuando aceptó por fin que los visitantes no acudían a él para mostrarle sus simpatías y socializar de igual a igual, sino para divertirse a su costa y alardear más tarde de ello.<br />
<br />
No parecía sentirse con fuerzas para darles otra oportunidad, así que buscó entre los distintos grupos de calderones aquel en el que siempre había encontrado consejo y amparo. En un instante, Élias y sus amigos tenían al formidable animal junto a ellos, apoyando dolido su cabeza en el cuello de su abuela.<br />
<br />
—Tranquilo, tranquilo, ya pasó —le dijo esta, acariciándole con sus esbeltísimas aletas—. Es esta maldita afabilidad nuestra, que a veces no nos permite discernir al que no es merecedor de ella. No te preocupes, todo está bien. Tienes en tu temple todo lo que distingue a un buen calderón.<br />
<br />
Acto seguido, la anciana se dirigió a una de las crías.<br />
<br />
—Esta situación ya es intolerable. Encárgate de que los grupos se vayan enterando de que partiremos de inmediato hacia el interior del mar de Alborán. Nieto querido, tú nos guiarás esta vez, me parece muy necesario que recuerdes que la humildad de espíritu no está reñida ni mucho menos con la dignidad. Y tú tienes, con creces, de las dos.<br />
<br />
A medida que los calderones iban reuniéndose al llegar la orden a los distintos grupos, el macho comenzó a observar a Mistral con creciente interés. No fue tanto la expectativa de estar al mando como la misteriosa conclusión a la que llegó tras aquel silencioso escrutinio lo que le hizo recuperar rápidamente su habitual buen humor. Como quien hace entrega de un preciado tributo o simplemente rinde honores, el calderón apoyó su melón en la bolsa que la chica llevaba colgada a la cadera mientras murmuraba: «piedra de forja». Su actitud reflejaba ahora una gran satisfacción.<br />
<br />
Mistral y sus amigos no tuvieron apenas tiempo de mostrar su desconcierto cuando, obedeciendo un discreto gesto de la abuela, su nieto, decidido, se puso a la cabeza del ahora compacto grupo. Contrastando con su pausada forma de nadar anterior, todos a una, los negros calderones, con unos buenos siete nudos de velocidad e indiferentes ahora a los gritos de llamada de los contrariados humanos, enfilaron hacia aguas más meridionales.<br />
<br />
<img src="http://static.blogo.it/ecologiablog/Ecologiablog_maralboran.jpg" />Guadalupe Oteo Iturmendihttp://www.blogger.com/profile/02291059099249425676noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3166516680462054499.post-35880751278530120802014-02-12T06:55:00.001-08:002014-02-12T07:08:21.540-08:00Declaración de intenciones II<div style="text-align: justify;">
En las próximas entradas presenciaréis ocho encuentros en, también ocho, lugares muy concretos del mar Mediterráneo. En cada uno de ellos, una determinada especie de cetáceos será mostrada, encarnada en la existencia particular de alguno de ellos, existencia que se nos revelará marcada por cada una de las principales afrentas que el ser humano ha perpetrado a este mar <i>nuestro</i> de cada día y a sus criaturas.</div>
<div style="text-align: justify;">
He encontrado una imagen que puede ayudarnos a clarificar y resumir mis nuevos propósitos. Aquí la tenéis:</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj4j8wI4Q4kIkWwYhNPs1oXbFViBtzl8Hj5yWqGxo73bqCRf40WCqgaQcL8W4cPe-P3_H-vdCMvoIA7O80QSTpIFVc-WLcRMAsGmYbawpN9K0muyvHzw2-BCi99vpMaLUTGE8kesEwRHyA/s1600/especies+de+cet%C3%A1ceos+m%C3%A1s+comunes+en+el+Mediterr%C3%A1neo.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj4j8wI4Q4kIkWwYhNPs1oXbFViBtzl8Hj5yWqGxo73bqCRf40WCqgaQcL8W4cPe-P3_H-vdCMvoIA7O80QSTpIFVc-WLcRMAsGmYbawpN9K0muyvHzw2-BCi99vpMaLUTGE8kesEwRHyA/s1600/especies+de+cet%C3%A1ceos+m%C3%A1s+comunes+en+el+Mediterr%C3%A1neo.jpg" height="295" width="400" /></a></div>
<br />
<div style="text-align: justify;">
Como podéis ver, en la ilustración aparecen los cetáceos más emblemáticos del Mediterráneo pero, para que se ajuste correctamente a lo relatado en El destino de Élias (cuyas "ocho pequeñas historias" serán las que, sucesivamente, os vaya presentando), es preciso que haga algunas matizaciones. En primer lugar, el rorcual aliblanco es solo un visitante ocasional, así que en realidad no aparece en la novela al no ser, en puridad, un "habitante" del Mediterráneo. En segundo lugar, las orcas no se adentran más allá de las "puertas" de este mar, ciñéndose a las aguas del estrecho de Gibraltar. Además, con respecto al papel de Toniña y Dicayos, la cosa se torna un poco más complicada: Las marsopas, que también aparecen en el cuadro, no se encuentran actualmente en el Mediterráneo, quedando "arrinconadas" en algunos puntos del mar Negro y con respecto a mi querido Dicayos, se trata de un ejemplar mestizo por lo que, en relación a la imagen que os muestro, su aspecto sería más o menos el de una mezcla entre el delfín mular y el calderón gris o delfín de Risso. Pero no nos apresuremos; en la entrada anterior ya os decía que las escenas en las que también acaban entregando ambos su correspondiente virtud a las Piedras de Ceto ( la primera y la última en el argumento) las dejo para el final, así que no hay ninguna prisa por aclarar esto último...</div>
<div style="text-align: justify;">
Lo que si quiero adelantaros mínimamente son las circunstancias de los otros séis anónimos cetáceos que completan el octeto. Así, pronto conoceréis a un macho joven de calderón negro que el grupo encuentra en aguas aún próximas al mar de Alborán, a una hembra adulta de delfín listado en el mar Balear, a un anciano zifio en el mar Tirreno, a dos rorcuales gemelos en el límite entre la cuenca occidental y la oriental, entre Sicilia y Túnez, a un ejemplar infantil de delfín común en el mar Jónico y a una hembra madura de cachalote muy cerca ya del mar de Creta. Se trata pues de un recorrido bastante pormenorizado por toda la anchura del<i> mare nostrum, </i>desde el estrecho de Gibraltar en el oeste hasta las puertas del muy oriental mar Egeo.</div>
<div style="text-align: justify;">
Esto es todo en cuanto a declaración de intenciones. Muy pronto, empezaré con el primero de esos ocho encuentros, encuentros en los que, como os he dicho, se mostrará, a un tiempo, una determinada práctica destructiva por parte del ser humano y un determinada conducta animal, positiva y ejemplar, como respuesta. </div>
<div style="text-align: justify;">
Ese primer encuentro se producirá en los primeros días del 2006 con una apacible familia de calderones, no muy lejos del cabo de Palos...</div>
Guadalupe Oteo Iturmendihttp://www.blogger.com/profile/02291059099249425676noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3166516680462054499.post-63031213086262102872014-02-11T04:09:00.001-08:002014-02-11T04:11:56.363-08:00Nueva etapa. Declaración de intenciones.<div style="text-align: justify;">
Han pasado casi nueve meses sin asomar la nariz por aquí y reconozco que así hubiera seguido la cosa, dando vueltas y más vueltas a cómo retomar este blog, si no me hubiera topado con una noticia que me ha<i> revuelto</i> mucho por dentro... Se trata de la anual matanza de calderones negros en las costas de las islas Feroe, la misma matanza que denuncié hace casi exactamente un año y que, puntualmente, ha vuelto a teñir de rojo las aguas de ese rincón de la muy civilizada Dinamarca. Por ello, no sé qué pasará más adelante con este blog pero, por de pronto, he decidido emplear los meses siguientes en "volver" a la presentación de algunos animales marinos que salen en mis novelas, tomando como hilo conductor el mar Mediterráneo.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEitmpvDI53buBmEpaVwCtGm4fiCoC_yWyjbCO1FsjPvjobEKBsFywZphYT2qtl5HO7iGUG29t5MLC20yoL3FcHGqtF75zF4pEcKkGwEYDZmOcPc3MhRcOfkFA_Yp1x0m4JXXc2VvCYf7FU/s1600/image+mediterr.gif" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEitmpvDI53buBmEpaVwCtGm4fiCoC_yWyjbCO1FsjPvjobEKBsFywZphYT2qtl5HO7iGUG29t5MLC20yoL3FcHGqtF75zF4pEcKkGwEYDZmOcPc3MhRcOfkFA_Yp1x0m4JXXc2VvCYf7FU/s1600/image+mediterr.gif" height="226" width="320" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Pero no es mi intención ni repetirme ni probar vuestra paciencia por lo que no será, lógicamente, un mero insistir en lo mismo... Ahora cambiaré un poco el enfoque y, para ello, esta vez me ceñiré al argumento de la segunda de la trilogía, El destino de Élias. Así, me limitaré a los ocho cetáceos que sirven de hitos de la novela, pues a lo largo de la trama éstos, uno a uno, serán lo que bendigan cada una de las reliquias sagradas que portan los humanos protagonistas en su largo viaje por el Mediterráneo: Las piedras de Ceto. </div>
<div style="text-align: justify;">
Ahora, en esta especie de "segunda vuelta de tuerca" de un mismo tema, ya no habrá ni artículos de la wikipedia, ni reflexiones personales ni vídeos alusivos... No. Para acceder a esa información, podéis seguir acudiendo a las entradas sobre cada uno de esos cetáceos y sobre otros muchos animales marinos que hice durante el 2013. Ahora me limitaré a colgar (aún no sé con qué frecuencia) un mero fragmento de la novela, aquel en el que se produce el encuentro entre uno de esos ocho animales y el grupo de viajeros, así como la subsiguiente entrega de una determinada virtud en el momento del adiós. Serán ocho fragmentos, ocho encuentros; nada más. Y lo haré porque en todos hay un triste factor común, más allá de la concesión de aquella virtud que quedará custodiada en cada una de las Piedras de Ceto: Estos ocho encuentros en las vidas concretas de estas ocho criaturas marinas muestran los muchos daños que se les infringen en nuestros mares a los animales en general y a los mamíferos marinos en particular. Esos ocho precisamente han sufrido en sus propias carnes un abuso muy concreto y es por ello que han acabado siendo los elegidos para entregar una determinada virtud también muy concreta, "rescatada" como quien dice de ese mismo dolor. </div>
<div style="text-align: justify;">
Y, como supongo que habréis adivinado, empezaré esta nueva etapa del blog con el encuentro con un <u>calderón negro</u>, aunque en esta ocasión el sufrimiento que narro en el fragmento de la novela no será el que padecen estos pobres animales en las islas Feroe, año tras año, sino otro diferente y aunque muchísimo menos salvaje, igualmente cruel y abusivo. En cualquier caso, este será, de alguna manera, tanto ahora como en las entradas que vengan después, mi pésame y mi homenaje pero, sobre todo, mi reivindicación de unas vidas inocentes que lo único que esperan es poder completar en paz su existencia bajo las olas del mar.</div>
<div style="text-align: justify;">
Al primero y al último de estos ocho cetáceos, al alfa y al omega en la concesión de su correspondiente virtud, los reservo para el final por razones que también al final comprenderéis. Y como, dejando aparte ese animal primero, los calderones negros son los más tempranos en aparecer en la trama, nada más abandonar el grupo el mar de Alborán y comenzar su aventura por el Mediterráneo propiamente dicha, la aparición de los demás también irá a su debido tiempo a nivel argumental y en consonancia con el avance del grupo de oeste a este a lo largo de toda la anchura de este "mar de dolores".</div>
<div style="text-align: justify;">
Espero que las sucesivas entradas os sirvan para comprender mejor a todos estos animales marinos, para entender sus penurias y, por qué no, para encariñaros aún más con ellos, al igual que me ha ocurrido a mí. Porque, como ya he dicho en más de una ocasión, estoy convencida de que "solo se defiende lo que se ama, y solo se ama aquello que se conoce".</div>
<div style="text-align: justify;">
Ojalá el año que viene por estas fechas, haya tanta gente en defensa de los calderones de las islas Feroe y se consiga cambiar, por fin, tanto las cosas, que esas aguas permanezcan en todo momento azules. Maravillosa y serenamente azules.</div>
Guadalupe Oteo Iturmendihttp://www.blogger.com/profile/02291059099249425676noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3166516680462054499.post-6616826639016422142013-05-29T11:41:00.000-07:002013-05-30T03:27:57.044-07:00Sirénidos: El secreto de las pastoras.<div style="text-align: justify;">
<a data-ved="0CAUQjRw" href="http://www.google.es/url?sa=i&rct=j&q=&esrc=s&frm=1&source=images&cd=&cad=rja&docid=RxU45FdyoeiIaM&tbnid=LLmzPlgeXUWb3M:&ved=0CAUQjRw&url=http%3A%2F%2Ftiempodeexito.com%2Fbiologia2%2F84.html&ei=LEmmUea3DZSQ0QWvrYGABw&bvm=bv.47008514,d.ZG4&psig=AFQjCNFX1AUX6dsGguvCQLLRwN8L3WAwtA&ust=1369938527862622" id="irc_mil" style="border: 0px currentColor;"><img height="366" id="irc_mi" src="http://tiempodeexito.com/biologia2/images/animalia67.jpg" style="margin-top: 14px;" width="271" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<div style="text-align: justify;">
Cuando los viajeros europeos comenzaron a explorar los mares tropicales de África y de Asia, se toparon con animales reales que les recordaban en todos sentidos a las sirenas sobre las que habían escuchado en los relatos de la época. Se trataba de los dugongos de los océanos Índico y Pacífico (1) y de los manatíes del Atlántico africano (2). Estos mamíferos marinos son clasificados en el orden Sirenia, un nombre que hace alusión a su semejanza con las sirenas de las leyendas. Los sirenios tienen un cuerpo rechoncho de varios cientos de kilogramos, carecen de extremidades posteriores y su cola está transformada en una poderosa aleta. Se trata de mamíferos que se alimentan exclusivamente de pastos marinos, por lo que están restringidos a las aguas someras cercanas a los continentes en donde pueden encontrar alimento. No es difícil imaginar la sorpresa con la que los marinos del siglo XV habrían observado a estos dóciles animales, tomándolos sin la menor duda como auténticas sirenas.</div>
<div style="text-align: justify;">
Después del descubrimiento de América, los viajeros europeos se toparon con una tercera especie de sirenio, el manatí del Caribe (3), <span style="color: white;">que <span style="font-style: normal; line-height: 24px;">se distribuye en la costa atlántica de América, desde Brasil hasta el sur de los Estados Unidos</span></span>. De hecho, Cristóbal Colón observó tres de estos animales en enero de 1493 cuando navegaba en las cercanías de la isla Española. El almirante genovés describió los animales como sirenas, aunque comentó que “no eran ni la mitad de bellas de lo que las pintan.” Los exploradores portugueses descubrieron posteriormente otra especie de manatí habitando las aguas del río Amazonas (4).</div>
<div style="text-align: justify;">
En 1741, la expedición de Vitus Bering a los mares del Ártico descubrió –para la ciencia europea– un tipo de sirenio muy especial. La vaca marina de Steller (5), llamada así en honor del naturalista que acompañó a Bering en sus viajes, era un gigante entre los sirenios pues llegaba a medir hasta nueve metros y pesar más de seis toneladas. La docilidad de este animal y la ferocidad con la que fue cazado por los viajeros europeos llevaron a la especie a la extinción menos de 27 años después de su descubrimiento para la ciencia. (fragmento del post del 16/02/12 de Héctor T. Arita en su página "Mitología Natural". Me ha parecido muy bien resumido, así que yo solo he añadido los números de las cinco especies, una ya extinta)</div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<div style="text-align: justify;">
<img alt="[folkens6.jpg]" border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjGbKC6IKnTI1Znbsfb1AQJ50KUaqBq5w-XvMz9B7y04a-fXLtbamUDAb-FG13Gqb1PAsDUrv158PlA13kwaxc_IzQuvurR2qhIVAs97NvlPlVk9MIjZdLT4SAgVhtUqKri4GtKd1JFQJM/s1600/folkens6.jpg" /></div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<div style="text-align: justify;">
<em>Los sirenios, o cuanto menos sus pastoras, salen a escena en dos momentos muy diferentes de la aventura de Rielar.Y el caso es que ambas tienen mucho que ver con Áldero. Pero mientras la primera vez, en el profundo Lusca, son un grupo de pastoras de manatíes antillanos las que reciben los galanteos del muchacho, en la segunda, con muchos cambios de por medio, es él el que permanece a la defensiva de las atenciones de las chicas, que ahora son pastoras de dugongos a orillas de una playa en Nicobar, en el Índico. Sin embargo, aunque la actitud de Áldero ha cambiado radicalmente, los dos grupos de pastoras, aun siendo distintas en todo, responden a un mismo patrón: serían la imagen más cercana a lo que todos entendemos por SIRENAS. Jóvenes, hermosas, con la mitad inferior pintada de un extraño acuagel de color verdemar y la superior solo cubierta con escuetos adornos marinos... y tan silenciosas, esquivas pero a la vez coquetas, en definitiva, tan inalcanzables y enigmáticas como solo sabe serlo una auténtica sirena.</em></div>
<div style="text-align: justify;">
<em>¿Quiénes son realmente las pastoras? Ni los propios habitantes de los Reinos del Mar sabrían responder satisfactoriamente a esto. Recuerdo que Xavi Fora Soriano, uno de los pocos que ha leído de momento El Sexto Océano ya que, con una inmensa generosidad por su parte, se ha ofrecido a ilustrarlo (una maravilla, ya veréis...), me dijo que lo único que echaba de menos es más información sobre el reino de las pastoras. Y es que, aunque en Élias no se las menciona, si vuelven a aparecer en la tercera y última entrega de la saga, y nada menos que en la inmediaciones de su patria ancestral.</em></div>
<div style="text-align: justify;">
<em>Esta velada "petición" de mi amigo me ha dado muchos quebraderos de cabeza en estos meses. Se supone que aún estoy a tiempo de ahondar en el asunto y creed que tengo mucho que agradecer a Xavi y que me encantaría complacerle pero... Pero no sé si estaría haciendo lo correcto. Os lo explicaré.</em></div>
<div style="text-align: justify;">
<img height="136" src="http://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/c/ca/Mapa_distribuicao_Trichechus.png" width="200" />Distribución manatíes</div>
<div style="text-align: justify;">
<img height="134" src="http://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/4/46/Dugong-range.png" width="200" />Distribución dugongos</div>
<div style="text-align: justify;">
<em></em> </div>
<div style="text-align: justify;">
<em>Debo empezar diciendo que me he dado cuenta de que mis libros, más que de fantasía al uso son, vistos desde el punto de vista del saber oceanográfico, más cercanos a la ciencia-ficción. Esto es, aunque no me he privado de introducir determinados elementos legendarios o mitológicos y muchas de las premisas en las que me baso son claramente "acientíficas", en términos generales todo lo que sucede en mi universo submarino podría, en efecto, estar sucediendo de hecho en el aquí y en el ahora. Se trata de nuestro tiempo, nuestros mares, nuestro planeta... y no de la Tierra Media o el País de las Maravillas. Y, mucho menos, del reino de las sirenas.</em></div>
<div style="text-align: justify;">
<em>En ese contexto, podría explicar el origen y naturaleza de las pastoras de dugongos y manatíes del mismo modo que ya he hecho con otros profundos, sean recolectoras, eruditos, ingenieros o patrullas de uno u otro océano, por poner algunos ejemplos. Ignorando a los manatíes fluviales del Amazonas y de los ríos del Senegal, incluso sería fácil adscribirlas a alguno de los tres enclaves principales ya que, curiosamente, la distribución de los otros 3 grupos de sirénidos coincide con el Lusca, en el caso de los manatíes antillanos, con Pueblo Grana en el de los dugongos e incluso con Aureum, en el triste caso de la extinta vaca marina de Steller. Sí, sería realmente fácil. Pero, al final, me he negado por una sencilla razón. Y esa no es otra que porque me resisto a renunciar a la fantasía. Y tampoco quiero que el mundo que yo he creado, sus moradores, renuncie a ella.</em></div>
<div style="text-align: justify;">
<em>Prefiero imaginar unos Reinos del Mar en los que los humanos que los pueblan no lo sepan todo, que los niños y los no tan niños aún tengan leyendas, realidades que escapan a su razón, misterios sin explicación que alimenten sueños, historias maravillosas, cuentos por contar. Cuando estudié a los presocráticos, me enseñaron que "El logos destruye al mitos"; quizá ese momento siempre acaba llegando pero, en parte, es una lástima y antes de, digamos, destripar el cuento, está muy bien el poder disfrutar de la riqueza de esos mitos. </em></div>
<div style="text-align: justify;">
<em>Por eso, Xavi, no te contaré más de lo que ya narro en el Sexto Océano sobre las pastoras. No antes de haber abandonado el mundo real, el planeta Tierra tal como lo conoce la ciencia oceanográfica y habernos trasladado al mundo mágico de los océanos. No antes de haberte hablado de aquella niña que, siendo casi un bebé, fue salvada de morir ahogada en un recodo del río Amazonas, a pocos pasos de su aldea. De cómo sus salvadoras, pastoras de manatíes o náyades o nereidas ¡qué más da!, no la dejaron regresar a su hogar pero, a cambio, la aceptaron entre ellas como una más. Le enseñaron el lenguaje secreto de los animales acuáticos, a cabalgar sobre rosados delfines fluviales... y a apacentar los rebaños. Cuando creció, viajó con algunas de sus hermanas a la desembocadura del gran río y de ahí al mar, al encuentro de las otras pastoras. Primero hacia el norte, hacia el Caribe y, tras aprender de las bellas sirenas cobrizas de las Antillas nuevas artes mágicas, luego cruzó el Atlántico hasta África, al inmenso golfo de Guinea, donde conoció a otras sirenas diferentes, esta vez hermosas y oscuras como el ébano. Fueron éstas últimas las que le llevaron, de rebaño en rebaño, al corazón del continente negro, por secretos caminos de agua, preñados de magia y de milagros. Con los años, hizo más viajes, muchos más, convirtiéndose en una sirena tan bella como poderosa, y encontrándose con más hermanas, con las pastoras de dugongos de las inmediaciones de Madagascar y, más tarde, con las del Indopacífico, doradas como el sol, de India a Australia, de Malasia al sur de Japón. También tuvo tiempo de conocer a las siempre tristes blancas sirenas, las de los mares árticos, que no encuentran consuelo después de perder para siempre a sus rebaños. Y quizá también su vida se cruzó con la de un humano, un príncipe de Sri Lanka o un pirata de Borneo, al que amó hasta el fin aun sabiéndolo imposible, y con la de un perverso brujo que un mal día quiso encerrarla en una lámpara maravillosa (o en una gruta o en una madreperla, o en cualquier otro tipo de cárcel, por muy maravillosa que fuera). Pero, gracias al océano, jamás lo consiguió y aún fueron muchas más las aventuras, llenas de prodigios y sortilegios, que siguieron sucediéndole en "esos otros" Reinos del Mar...</em></div>
<div style="text-align: justify;">
<em>Puede que me argumentéis que las cosas no son exactamente así. Que, a la postre, en mis historias ellas son seres de carne y hueso. Frente a eso, os recuerdo a Bilbo Bolsón. Él soñó desde niño con conocer elfos y, en efecto, los conoció. Y se sintió feliz por ello. Pero, más allá de la renuncia al anillo único, fue en casa de Elrond, al retirarse a vivir el cotidiano día a día en Rivendel, rota la magia y el misterio que envolvía su fantasía, el momento en que comenzó realmente a envejecer...</em></div>
<div style="text-align: justify;">
<em>Reivindico los cuentos de hadas, y los cuentos de sirenas. Cuando sean contadas todas las historias de esta niña de la Amazonía y otras tantas niñas, por mí o por quien le plazca, sea en torno a una hoguera o al pie de una cama y, sobre todo, sea en cualquier habitáculo de Ciudad Alba, pequeña playa de Pueblo Grana, medusa gigante de Aureum, pasadizo de Alborán, pecio de Calypso... Entonces, solo entonces, quizá os cuente la verdad sobre las pastoras. Ahora no solo no la sé, es que no me interesa saberla. Y creo que, en el fondo, a Áldero y a los demás (incluso a Xavi), tampoco.</em></div>
<div style="text-align: justify;">
<em></em> </div>
<div style="text-align: justify;">
<em>Con respecto al vídeo, pido perdón a los más puristas pero ¡qué le vamos a hacer! Hoy me siento "heterodoxa"... Y, además, seamos sinceros; si no lo hago hoy, ¿cuándo podría?</em></div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<iframe allowfullscreen='allowfullscreen' webkitallowfullscreen='webkitallowfullscreen' mozallowfullscreen='mozallowfullscreen' width='320' height='266' src='https://www.youtube.com/embed/fqFp9ejUofs?feature=player_embedded' frameborder='0'></iframe></div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
Guadalupe Oteo Iturmendihttp://www.blogger.com/profile/02291059099249425676noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3166516680462054499.post-7444426663764984052013-05-20T10:23:00.000-07:002013-07-06T03:59:20.016-07:00Pinnípedos: Jamás hubo una foca en un circo<a data-ved="0CAgQjRwwAA" href="http://www.google.es/url?sa=i&source=images&cd=&cad=rja&docid=rhj4dIeaaqy6WM&tbnid=dTutDglTKF_4OM:&ved=0CAgQjRwwAA&url=http%3A%2F%2Fsetas-hongos.blogspot.com%2F2013%2F02%2Ffocas-peligro-de-extincion.html&ei=7jGaUfbnM8uKhQedxIDwCQ&psig=AFQjCNGb-mzABnBlNHOJgyDP6EJ8cRfasA&ust=1369146222935417" id="irc_mil" style="border: 0px currentColor;"><img height="239" id="irc_mi" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjA9JJbsVXi36E8Dmfi3A9I50QUvn4hnd2jKaUdWXdoScDDMB_AUo3CsVWRyPupTbu6UIuebqcdw8_diFwWiSB2xgEoLBNUtnCZzkib8nQ__AMoNPRo-TD4X-RTodk3wmLRMPP2HLAPDOKo/s320/1.jpg" style="margin-top: 0px;" width="320" /></a><br />
<br />
<span style="font-family: Calibri; font-size: x-small;"><span style="font-family: Calibri; font-size: x-small;"></span></span><br />
<div align="LEFT">
<span style="font-family: Calibri; font-size: x-small;"><span style="font-family: Calibri; font-size: x-small;"> </span></span></div>
<span style="font-family: Calibri; font-size: x-small;"><span style="font-family: Calibri; font-size: x-small;">
<span style="font-family: Calibri,Bold; font-size: x-small;"><span style="font-family: Calibri,Bold; font-size: x-small;"></span></span></span></span><br />
<div align="LEFT">
<span style="font-family: Calibri;"><span style="font-family: Calibri;"> <span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Los pinnípedos son un suborden de mamíferos placentarios del orden de los carnívoros, adaptados a la vida acuática y marina, con patas cortas y anchas, codo y rodilla envueltos en piel común, dirigidos hacia atrás y con los dedos unidos, el primero más largo, todo lo cual confiere a estos miembros el aspecto y las funciones de aletas. </span></span></span></div>
<span style="font-family: Calibri; font-size: x-small;"><span style="font-family: Calibri; font-size: x-small;"><span style="font-size: small;">
</span></span></span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 12pt; margin-bottom: 12px; margin-top: 12px; text-align: justify;">
<span style="font-family: Calibri; font-size: x-small;"><span style="font-family: Calibri; font-size: x-small;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Courier New;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: small;"> Su cuerpo es sensiblemente pisciforme, adelgazado por detrás y terminado en una cola muy corta y deprimida; sus molares no están diferenciados y su panículo adiposo, muy grueso, constituye una protección contra el frío de las altas latitudes que suelen frecuentar. Son torpes sobre tierra y muy ágiles en el agua. </span></span></span></span></div>
<span style="font-family: Calibri; font-size: x-small;"><span style="font-family: Calibri; font-size: x-small;">
<span style="font-size: small;">
</span></span></span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 12pt; margin-bottom: 12px; margin-top: 12px; text-align: justify;">
<span style="font-family: Calibri; font-size: x-small;"><span style="font-family: Calibri; font-size: x-small;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Courier New;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: small;"> Se reparten en tres familias, que son: los <strong>otáridos</strong>, lobos, osos y leones marinos; los <strong>odobénidos</strong> o morsas y los <strong>fócidos</strong>, focas y elefantes marinos. (EL web de Duiops) (Os he puesto menos información que en otras ocasiones. Si queréis saber más os sugiero la sección dedicada a los pinnípedos de la página El Hogar Natural; está muy bien resumido con fotos-ficha de cada una de las especies de las tres familias)</span></span></span></span><br />
<span style="font-family: Calibri; font-size: x-small;"><span style="font-family: Calibri; font-size: x-small;"><a data-ved="0CAgQjRwwAA" href="http://www.google.es/url?sa=i&source=images&cd=&cad=rja&docid=8nc_JHswkmQlBM&tbnid=Yidq39nAE97D5M:&ved=0CAgQjRwwAA&url=http%3A%2F%2Fanimals.nationalgeographic.com%2Fanimals%2Fmammals%2Fwalrus%2F&ei=Q1maUYL5F42M7AaQ34DYBg&psig=AFQjCNGvqtscuh5bLKiflun3vcCisa-e1g&ust=1369156291583793" id="irc_mil" style="border: 0px currentColor;"><img height="224" id="irc_mi" src="http://images.nationalgeographic.com/wpf/media-live/photos/000/007/cache/walrus_747_600x450.jpg" style="margin-top: 95px;" width="320" /></a></span></span></div>
<span style="font-family: Calibri; font-size: x-small;"><span style="font-family: Calibri; font-size: x-small;">
</span></span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 12pt; margin-bottom: 12px; margin-top: 12px; text-align: justify;">
<span style="font-family: Calibri; font-size: x-small;"><span style="font-family: Calibri; font-size: x-small;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Courier New;"><span style="font-family: Arial;"></span></span> </span></span></div>
<span style="font-family: Calibri; font-size: x-small;"><span style="font-family: Calibri; font-size: x-small;">
</span></span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 12pt; margin-bottom: 12px; margin-top: 12px; text-align: justify;">
<span style="font-family: Calibri; font-size: x-small;"><span style="font-family: Calibri; font-size: x-small;"><span lang="ES-TRAD"><span style="font-family: inherit; font-size: small;"><em>Al abordar esta entrada, lo primero que me ha venido a la mente es el recuerdo de lo poco que sabía sobre los océanos cuando decidí adentrarme en esta aventura de Los Reinos del Mar. No es que ahora sepa gran cosa, sigo sin saber casi nada... y realmente seguiría sin conocer ni una ínfima parte de lo que está por descubrir aunque dedicara mi vida entera al empeño puesto que, más allá del esfuerzo humano, el océano se revela como una realidad tan inmensa como inabarcable. La famosa frase socrática de "solo sé que no sé nada" jamás ha estado mejor empleada que cuando hablamos de la multidimensional e ingente masa de agua que ocupa la mayor parte de nuestro planeta.</em></span></span></span></span></div>
<span style="font-family: Calibri; font-size: x-small;"><span style="font-family: Calibri; font-size: x-small;">
<span style="font-size: small;">
<span style="font-family: inherit;"><em>
</em></span></span></span></span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 12pt; margin-bottom: 12px; margin-top: 12px; text-align: justify;">
<span style="font-family: Calibri; font-size: x-small;"><span style="font-family: Calibri; font-size: x-small;"><span lang="ES-TRAD"><span style="font-family: inherit; font-size: small;"><em>A este respecto, una de mis más flagrantes "lagunas" tiene mucho que ver con los pinnípedos. Hasta hace bien poco, yo llamaba focas a esos oscuros y lustrosos animales con rígido babero de volantes alrededor del cuello y pelota en equilibrio sobre la nariz que suele haber en los circos y cuya foto encabeza esta entrada. Nunca los vi actuar en persona (afortunadamente, pues la exhibición de sus domadas "habilidades" me parece un espectáculo cruel) pero siempre creí que se trataba de focas. Y en realidad no lo son.</em></span></span></span></span></div>
<span style="font-family: Calibri; font-size: x-small;"><span style="font-family: Calibri; font-size: x-small;">
<span style="font-size: small;">
<span style="font-family: inherit;"><em>
</em></span></span></span></span><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 12pt; margin-bottom: 12px; margin-top: 12px; text-align: justify;">
<span style="font-family: Calibri; font-size: x-small;"><span style="font-family: Calibri; font-size: x-small;"><em><span style="font-family: inherit;"><span style="font-size: small;"><span lang="ES-TRAD">Son otarias. Una verdadera foca, mientras está fuera del agua permanece siempre recostada, anatómicamente no es capaz de erguirse (los enormes elefantes marinos machos lo consiguen apenas en sus formidables peleas por las hembras, pero con muchísimo esfuerzo). Incluso la tercera familia, las morsas, solo lo logra merced a sus colmillos-bastones. No, los únicos que más o menos pueden alzarse del suelo y "andar" propiamente hablando son los otáridos. Pero todo queda compensado pues en el ranking de estos tres grupos los más torpes en tierra acaban siendo los más hábiles en el agua, y ese es a fin de cuentas el destino que eligieron todos</span><span lang="ES-TRAD"> cuando sus ancestros optaron por regresar al mar.</span></span></span></em></span></span></div>
<span style="font-family: Calibri; font-size: x-small;"><span style="font-family: Calibri; font-size: x-small;">
<span style="font-size: small;">
<span style="font-family: inherit;"><em>
</em></span></span></span></span><div class="MsoNormal" style="line-height: 12pt; margin-bottom: 12px; margin-top: 12px; text-align: justify;">
<span style="font-family: Calibri; font-size: x-small;"><span style="font-family: Calibri; font-size: x-small;"><span lang="ES-TRAD"><span style="font-family: inherit; font-size: small;"><em>En mis novelas, hay varias referencias más o menos directas a los pinnípedos. Focas franjeadas, morsas, focas leopardo... Pero hay dos, uno macho y otra hembra, una foca y otra otaria... y en ellos me detendré. Hoy hablaré de Dulce y de Pomodoro. Tan distintos como un día supe que eran los que yo, hasta entonces, tan erróneamente había creído iguales... bajo la carpa de un circo.</em></span></span><a data-ved="0CAgQjRwwAA" href="http://www.google.es/url?sa=i&source=images&cd=&cad=rja&docid=8hW1KnpbvWKBBM&tbnid=3HxnVzOhaj3jtM:&ved=0CAgQjRwwAA&url=http%3A%2F%2Felgranzoo.es%2Ftag%2Fpinnipedos%2F&ei=gFiaUZjBBYKChQe0joCQCQ&psig=AFQjCNG1I3jhlWscOlr70SgvQUhUSAfbAw&ust=1369156096162242" id="irc_mil" style="border: 0px currentColor;"><span style="font-family: inherit; font-size: small;"><em><img height="232" id="irc_mi" src="http://elgranzoo.es/wp-content/uploads/2012/01/La_20foca_small.jpg" style="margin-top: 124px;" width="320" /></em></span></a></span></span></div>
<span style="font-family: Calibri; font-size: x-small;"><span style="font-family: Calibri; font-size: x-small;">
<div class="MsoNormal" style="line-height: 12pt; margin-bottom: 12px; margin-top: 12px; text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-family: Courier New;"><em><span style="font-family: Times New Roman; font-size: small;"></span></em></span><br />
<span lang="ES-TRAD" style="font-family: Courier New;"><em><span style="font-family: Times New Roman; font-size: small;">Algunos ya sabréis algo que debo reconocer por adelantado: me gusta romper clichés. Fue huyendo de los estereotipos que procuré que fuera una mujer, Rielar, la protagonista de mi novela más épica y que, por su parte, se tratara de un hombre, Élias, el que llevara el peso de mi texto más romántico, más lírico si se quiere. No fue una decisión del todo consciente pero así acabó pasando. Pues algo parecido ocurrió también con los dos animales marinos de los que ahora toca hablar. Empecemos por el segundo...</span></em></span></div>
<span style="font-size: small;">
</span><div class="MsoNormal" style="line-height: 12pt; margin-bottom: 12px; margin-top: 12px; text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-family: Courier New;"><em><span style="font-family: Times New Roman; font-size: small;">Pomodoro es un macho de foca monje, uno de los pocos ejemplares de una especie casi extinta, antes abundante en el Mediterráneo. Cuando Élias y sus amigos lo conocen en Alborán es una criatura desubicada y solitaria, único en aquellas aguas y, por lo tanto, abocado a la desaparición, suya y de su linaje. Él anhela formar una familia, en su caso una colonia junto con algunas hembras reproductoras con las que perpetuar su moribunda especie. Parece una empresa quimérica, un sueño imposible, pero es su sueño y por él luchará. No se conforma con vivir solo, no le seduce eso de ser un macho libre e independiente... ni siquiera se conformaría, si tuviera tal opción, con dejar su simiente sin más y desentenderse de lo que venga después; es un macho... que quiere crear un hogar llenos de críos. Y es perfecto; es su opción.</span></em></span></div>
<span style="font-size: small;">
</span><div class="MsoNormal" style="line-height: 12pt; margin-bottom: 12px; margin-top: 12px; text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-family: Courier New;"><em><span style="font-family: Times New Roman; font-size: small;">Por el contrario, Dulce es una hembra de otaria, de lobo marino antártico para más señas, que ha encontrado en el humano Ezequiel su compañero y amigo para toda la vida. Frente al resto de sus iguales, que acabaron convirtiéndose en madres hace mucho tiempo, ella se siente realizada en su "soltería", sabe que no deviene ni menos ni más por haber elegido ese camino y es feliz viviendo su vida como mejor le place. Su historia se narra en la primera novela y, de hecho, jamás llegan a coincidir ni en el espacio ni en el tiempo pero tanto ella como Pomodoro rompen viejos arquetipos con su libre elección vital: luchar por tener su propia familia en tanto "comunidad de amor", sin coletillas ni aprioris, sea esta de dos o de veintidós, y entendiendo que sus frutos a veces pueden ser hijos pero otras también pueden ser vivencias, proyectos y sueños compartidos. Dulce es una hembra... que no quiere crear un hogar llenos de críos. Y también es igualmente perfecto; es su opción.</span></em></span></div>
<span style="font-size: small;">
</span><div class="MsoNormal" style="line-height: 12pt; margin-bottom: 12px; margin-top: 12px; text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-family: Courier New;"><em><span style="font-family: Times New Roman; font-size: small;">En fin, esto es lo que quería contaros hoy. Espero haberme expresado bien pues arrastro los últimos restos de un glorioso resfriado y aún no me siento bien al cien por cien. Confío en que mis limitaciones las supla vuestra sabiduría y, llegado el caso, vuestra benevolencia. Por último, comentaros que ante la disyuntiva de ofreceros un vídeo de sedentarias focas o de dinámicas otarias al uso he decidido "tirar por la calle del medio". Os presento una foca pero una foca muy especial... se trata de la fascinante foca leopardo, feroz como ninguna, un auténtico predador que ocupa en el cono sur el mismo nicho en la cadena alimentaria que el temible oso polar en el, nunca mejor dicho, polo opuesto (el vídeo está en portugués pero creo que se entiende bien y me ha parecido muy interesante. Digamos que, frente al dominio-doma sobre los animales circenses del que os hablaba al principio existe siempre la opción de la amistad... ya lo entenderéis al verlo).</span></em></span></div>
<span style="font-size: small;">
</span><div class="MsoNormal" style="line-height: 12pt; margin-bottom: 12px; margin-top: 12px; text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-family: Courier New;"><span style="font-size: small;"><em><span style="font-family: Times New Roman;">Ah, y la próxima entrada será, tras los cetáceos y los pinnípedos, sobre el tercer grupo de mamíferos adaptados plenamente a los océanos ¿Imagináis de quienes se trata?</span></em> </span></span><br />
<span style="font-family: Courier New;"></span><br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<iframe allowfullscreen='allowfullscreen' webkitallowfullscreen='webkitallowfullscreen' mozallowfullscreen='mozallowfullscreen' width='320' height='266' src='https://www.youtube.com/embed/ElkKgBWUivY?feature=player_embedded' frameborder='0'></iframe></div>
</div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 12pt; margin-bottom: 12px; margin-top: 12px; text-align: justify;">
<b><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Courier New;"><span style="font-family: Arial;"></span></span></b> </div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 12pt; margin-bottom: 12px; margin-top: 12px; text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-family: Courier New;"><span style="font-family: Arial;"></span></span> </div>
<span style="font-family: Calibri; font-size: x-small;"><div align="LEFT">
</div>
<span style="font-family: Calibri; font-size: x-small;"><div align="LEFT">
</div>
<span style="font-family: Calibri; font-size: x-small;"><div align="LEFT">
</div>
<span style="font-family: Calibri; font-size: x-small;"><div align="LEFT">
</div>
</span><div align="LEFT">
</div>
</span><div align="LEFT">
</div>
<span style="font-family: Calibri; font-size: x-small;"><span style="font-family: Calibri; font-size: x-small;"></span></span> </span><br />
</span><br />
<br />
</span><br />
</span><br />
<br />
<span style="font-family: Calibri; font-size: x-small;"><br />
<span style="font-family: Calibri; font-size: x-small;"><br />
</span></span><br />
<div align="LEFT">
<span style="font-family: Calibri; font-size: x-small;"><span style="font-family: Calibri; font-size: x-small;"> </span></span></div>
<span style="font-family: Calibri; font-size: x-small;"><span style="font-family: Calibri; font-size: x-small;">
</span></span><br />
<div align="LEFT">
<span style="font-family: Calibri; font-size: x-small;"> </span></div>
<span style="font-family: Calibri; font-size: x-small;">
</span><br />
<div align="LEFT">
</div>
<div align="LEFT">
</div>
<span style="font-family: Calibri; font-size: x-small;"></span><br />
<div align="LEFT">
<span style="font-family: Calibri; font-size: x-small;"> </span></div>
<span style="font-family: Calibri; font-size: x-small;">
<span style="font-family: Calibri; font-size: x-small;"></span></span><br />
<div align="LEFT">
<span style="font-family: Calibri; font-size: x-small;"><span style="font-family: Calibri; font-size: x-small;"> </span></span></div>
<span style="font-family: Calibri; font-size: x-small;"><span style="font-family: Calibri; font-size: x-small;">
.</span> </span>Guadalupe Oteo Iturmendihttp://www.blogger.com/profile/02291059099249425676noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3166516680462054499.post-26004872909418320312013-05-09T04:35:00.000-07:002013-05-09T04:46:47.519-07:00Narvales: Los "unicornios" del mar<a data-ved="0CAUQjRw" href="http://www.google.es/url?sa=i&rct=j&q=&esrc=s&frm=1&source=images&cd=&cad=rja&docid=glAi9cif1De9DM&tbnid=cko4ZrGl0nco_M:&ved=0CAUQjRw&url=http%3A%2F%2Fsosoceanos.blogspot.com%2F2010%2F10%2Flos-narvales-oceanografos-biologos.html&ei=mGuLUYLKC8Ob1AW0lYDADQ&bvm=bv.46226182,d.d2k&psig=AFQjCNFVzogAfmImRzYOivT6lHicf2BLWA&ust=1368177862563496" id="irc_mil" style="border: 0px currentColor;"><img height="213" id="irc_mi" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhvfB8DsQeb8r6PHhxi9ieVRcT_RhaZ9ANBmFApZhyJh1SGpJDPJMZQxfbfX-TmbCHEPjwEMe9UFw2ETL928UFry83M7RlBKXIo6A-H444oV5vB43Mu7dQTwtD7refXdDUFTmGTdb4bcIo/s320/Narval+2.jpg" style="margin-top: 0px;" width="320" /></a><br />
<br />
El <b>narval</b> (<i><b>Monodon monoceros</b></i>) es una <a href="http://es.wikipedia.org/wiki/Especie" title="Especie">especie</a> de <a href="http://es.wikipedia.org/wiki/Cetacea" title="Cetacea">cetáceo</a> <a href="http://es.wikipedia.org/wiki/Odontoceti" title="Odontoceti">odontoceto</a> de la <a href="http://es.wikipedia.org/wiki/Familia_(biolog%C3%ADa)" title="Familia (biología)">familia</a> <a href="http://es.wikipedia.org/wiki/Monodontidae" title="Monodontidae">Monodontidae</a> que habita los mares del <a href="http://es.wikipedia.org/wiki/%C3%81rtico" title="Ártico">Ártico</a> y el norte del <a href="http://es.wikipedia.org/wiki/Oc%C3%A9ano_Atl%C3%A1ntico" title="Océano Atlántico">Océano Atlántico</a>. Es el único integrante del género <i>Monodon</i> y una de las dos especies de la familia junto a la <a href="http://es.wikipedia.org/wiki/Delphinapterus_leucas" title="Delphinapterus leucas">beluga</a> (<i>Delphinapterus leucas</i>).<br />
Los machos de esta especie se caracterizan por presentar un <a href="http://es.wikipedia.org/wiki/Colmillo" title="Colmillo">colmillo</a> muy largo y retorcido de manera helicoidal que puede llegar a medir dos <a href="http://es.wikipedia.org/wiki/Metro" title="Metro">metros</a> y pesar hasta diez <a href="http://es.wikipedia.org/wiki/Kilogramo" title="Kilogramo">kilogramos</a>. Se cree que este diente especializado puede ser un receptor <a href="http://es.wikipedia.org/wiki/Sentido_(percepci%C3%B3n)" title="Sentido (percepción)">sensorial</a> o un carácter sexual secundario.<br />
Esta especie está adaptada a vivir en el Ártico y se alimenta de animales del fondo marino. Carece de aleta dorsal y tiene un tamaño mediano entre los cetáceos, con una longitud promedio en los adultos que oscila ente 4 y 4,5 metros y un peso de entre 1000 y 1600 <a href="http://es.wikipedia.org/wiki/Kilogramo" title="Kilogramo">kg</a>. Posee una dieta que se restringe únicamente a algunos <a href="http://es.wikipedia.org/wiki/Pisces" title="Pisces">peces</a> y <a href="http://es.wikipedia.org/wiki/Crustacea" title="Crustacea">crustáceos</a>, de los cuales se alimenta primordialmente durante los meses de <a href="http://es.wikipedia.org/wiki/Invierno" title="Invierno">invierno</a>, época en la cual consume un gran volumen de presas que captura en el fondo marino. Para ello debe realizar inmersiones que con mucha frecuencia superan los 800 m bajo la superficie, las cuales pueden durar hasta 30 minutos. Después del <a href="http://es.wikipedia.org/wiki/Physeter_macrocephalus" title="Physeter macrocephalus">cachalote</a>, <a href="http://es.wikipedia.org/wiki/Hyperoodon" title="Hyperoodon">zifio</a> y <a href="http://es.wikipedia.org/wiki/Mirounga" title="Mirounga">elefante marino</a> es el <a href="http://es.wikipedia.org/wiki/Mam%C3%ADferos_marinos" title="Mamíferos marinos">mamífero marino</a> que se sumerge a mayor profundidad.<br />
Se distribuye principalmente en aguas de la región ártica del norte de Canadá, los mares del lado <a href="http://es.wikipedia.org/wiki/Rusia" title="Rusia">ruso</a> del <a href="http://es.wikipedia.org/wiki/Oc%C3%A9ano_%C3%81rtico" title="Océano Ártico">océano Ártico</a> y al norte del <a href="http://es.wikipedia.org/wiki/Oc%C3%A9ano_Atl%C3%A1ntico" title="Océano Atlántico">océano Atlántico</a>. Habita principalmente en torno a los bloques de hielo que se forman durante los <a href="http://es.wikipedia.org/wiki/Invierno" title="Invierno">inviernos</a> prolongados del Ártico, migrando a las <a class="mw-redirect" href="http://es.wikipedia.org/wiki/Bah%C3%ADa_(geograf%C3%ADa)" title="Bahía (geografía)">bahías</a> y <a href="http://es.wikipedia.org/wiki/Fiordo" title="Fiordo">fiordos</a> circumpolares durante el <a href="http://es.wikipedia.org/wiki/Verano" title="Verano">verano</a>. Se cree que la población mundial es de algo más de 75 000 ejemplares. En 2008 fue catalogado en la <a href="http://es.wikipedia.org/wiki/Lista_Roja_de_la_UICN" title="Lista Roja de la UICN">Lista Roja de la UICN</a> como especie <a href="http://es.wikipedia.org/wiki/Especie_casi_amenazada" title="Especie casi amenazada">casi amenazada</a>, debido a que se mantiene una caza significativa, controlada, por parte del pueblo <a href="http://es.wikipedia.org/wiki/Esquimal" title="Esquimal">inuit</a> en <a href="http://es.wikipedia.org/wiki/Canad%C3%A1" title="Canadá">Canadá</a> y <a href="http://es.wikipedia.org/wiki/Groenlandia" title="Groenlandia">Groenlandia</a> (<a href="http://es.wikipedia.org/wiki/Dinamarca" title="Dinamarca">Dinamarca</a>), los cuales se benefician con su carne, grasa y el comercio del colmillo. También se ubicó en esta categoría por la evidente disminución en la población de algunos grupos, la falta de certeza sobre la cifra total de animales y el desconocimiento de las tendencias de crecimiento.<br />
Otras amenazas para la población de este cetáceo son: la depredación por parte de sus enemigos naturales (<a href="http://es.wikipedia.org/wiki/Somniosus_microcephalus" title="Somniosus microcephalus">tiburones</a>, <a href="http://es.wikipedia.org/wiki/Ursus_maritimus" title="Ursus maritimus">osos polares</a> y <a href="http://es.wikipedia.org/wiki/Orcinus_orca" title="Orcinus orca">orcas</a>), la contaminación por <a class="mw-redirect" href="http://es.wikipedia.org/wiki/Plaguicidas" title="Plaguicidas">plaguicidas</a> y <a href="http://es.wikipedia.org/wiki/Metal_pesado" title="Metal pesado">metales pesados</a>, los atrapamientos dentro de densas capas de hielo al inicio del invierno que les impide moverse a mar abierto muriendo de <a href="http://es.wikipedia.org/wiki/Inanici%C3%B3n" title="Inanición">inanición</a> y por ahogamiento, y la poca capacidad de adaptación ante los cambios climáticos. (Wikipedia)<br />
<br />
<em>Tras las blancas belugas que os presente dos entradas atrás, aquí tenemos al otro representante de la pequeña familia monodontidae, también de aguas boreales: El narval. Será este moteado y gris cetáceo, con su desmesurado colmillo, el que nos conduzca a un tema que hacía tiempo que me apetecía tocar y de el que él mismo (o mejor dicho su singular papel en Rielar) es un claro ejemplo: Cuando una novela aspira a ofrecer al lector un universo nuevo, antes inédito, la estructura del relato deviene inexorablemente como el de una muñeca rusa o matrioska, es decir, la trama central que la vertebra deja por el camino muchas otras historias, casi sugerencias de nuevos relatos que están ahí como "un cuento dentro de otro cuento" pero que, digamos, no es el momento de abordar... se diría que permanecen ahí, aguardando, y, quién sabe, puede que quizá merezcan la pena de ser contadas... por alguien... algún día.</em><br />
<em>Ese podía ser el caso, por ejemplo, de las andanzas de Ezequiel y Dulce por aguas antárticas, los remotos acontecimientos que dieron lugar al señero momento del Pacto y la Piedra y, en relación con ello, los primeros tiempos de las tres razas en su regreso a los Reinos del Mar... o incluso, los largos años de Iris y Rielar tierra adentro y los veranos de ésta última por los distintos puntos costeros de la península ibérica... Sí, podría ser cualquiera pero, para mí (y no solo para mí) "la historia dentro de la historia" que más se echa de menos es aquella relativa al vínculo de amor y amistad que se crea, contra todo pronóstico, entre un grupo de narvales machos y otro de mujeres doradas, muertas en vida como el resto de sus hermanas durante generaciones y generaciones dentro de los dominios de Aureum.</em><br />
<em></em><br />
<em>Fijémonos en el mito del <strong>unicornio</strong>. </em><br />
<em></em><br />
<span style="font-size: 10pt;"><span style="font-family: arial,helvetica,sans-serif;"><span style="color: black;"><img alt="Legend-Ridley-Scott" data-original="http://imagen.thecult.es/images/CELEBRITIES/Legend-Ridley-Scott.jpg" height="180" src="http://imagen.thecult.es/images/CELEBRITIES/Legend-Ridley-Scott.jpg" style="display: inline;" width="320" /></span></span></span><br />
<em><span style="font-size: 10pt;"><span style="font-family: arial,helvetica,sans-serif;"><span style="color: black;">"El unicornio –escribe <strong>Héctor T. Arita</strong>– es tal vez el animal mítico por excelencia. En los bestiarios de la Edad Media se le reconoce como un animal maravilloso con la habilidad suficiente para derrotar en combate a un elefante y capaz de purificar con su único cuerno las <u>aguas</u> contaminadas para volverlas potables para los demás animales".</span></span></span></em><br />
<em>Este formidable caballo blanco con su helicoidal "lanza" sobre la frente es el enemigo a abatir pero siempre invencible de los otros "portadores de lanzas" por antonomasia (las connotaciones fálicas son evidentes); los machotes y machistas caballeros andantes. Estos últimos no dudarán en usar el único método infalible para hacerse con el mágico cuerno anti-veneno, con el anhelada asta de la inmortalidad: conducir a una virgen a su encuentro, pues solo ante ella el unicornio renunciará a su fiereza y será así fácil de cazar.</em><br />
<em>La virginidad de las mujeres de Aureum no es una virginidad de cuerpo sino del alma. Es como si hubieran sido convertidas en unas niñas eternas, jamás dueñas de su destino, menospreciadas precisamente por aquellos que las han hecho lo que son... Nunca se les ha permitido (más que desflorarse) florecer y, en efecto, es eso precisamente lo que rinde la resistencia de hermanarse con profundo alguno, en el corazón de los unicornios, o sea, de los narvales macho: descubrir en aquel pequeño grupo de mujeres doradas ese maravilloso potencial de ser individuos plenos, plenas mujeres en todas su dimensiones, que siempre les ha sido negado y por el que, ellas y ellos juntos a medida que crecen sus mutuos vínculos de afecto, lucharán en secreto por alcanzar. Y lo lograrán.</em><br />
<em>Me da por pensar que quizá haya habido siempre dos tipos de caballeros andantes. El que nos cuentan las leyendas, imbuidos de arrogancia y cerrazón, vanidosamente fálicos, y encantados de poder reverenciar-manipular (en definitiva, usar y abusar de) la "virginidad" femenina en todas sus formas y otro tipo, muy diferente al primero. Uno, con una viril individualidad tan rotunda como el primero pero capaz de rendirse, de entregarse por entero, siempre desde la igualdad de dignidades, sabiendo que se debe y se puede crecer al unísono y florecer juntos en una eterna aventura de comunión y amor.</em><br />
<em>Sí, quizá siempre hayan existido dos tipos... escondidos en lo más profundo del alma de todo hombre, batallando en la floresta como se ve en los antiguos tapices. Quién de los dos gane esa contienda es responsabilidad de cada cual pero el resultado es crucial pues, como ya dijeron Los Inmortales, solo puede quedar uno.</em><br />
<em>Mi corazón, inmerso en esa historia de doradas y narvales, en esa historia aún por contar del todo, estará siempre con el noble unicornio. A él le entrego mi cinta en el combate, anhelando que venza en la batalla. Y deseando igualmente, con la rabia de los siglos, que del otro nunca se vuelva a saber nada...</em><br />
<em>Ah, ahora recuerdo que yo os quería hablar de las historias matrioska... Pues bien, ojalá alguien, no precisamente yo, escriba como se fraguó esa historia de amor entre un grupo de sojuzgadas mujeres doradas y un grupo de narvales, de unicornios del mar, hasta llegar a los acontecimientos que se relatan en Rielar y los Reinos del Mar... Seguro que es una historia digna de ser contada.</em><br />
<em></em><br />
<em><span style="font-family: inherit;"><span style="font-size: 10pt;"><span style="font-family: arial,helvetica,sans-serif;"><span style="color: black;"></span></span></span></span></em><br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<iframe allowfullscreen='allowfullscreen' webkitallowfullscreen='webkitallowfullscreen' mozallowfullscreen='mozallowfullscreen' width='320' height='266' src='https://www.youtube.com/embed/dozGw1vVfBw?feature=player_embedded' frameborder='0'></iframe></div>
<br />Guadalupe Oteo Iturmendihttp://www.blogger.com/profile/02291059099249425676noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3166516680462054499.post-59541657084441994132013-05-01T03:41:00.002-07:002013-05-01T03:41:54.556-07:00The Cove: Es tiempo de enmendarse.<a data-ved="0CAgQjRwwAA" href="http://www.google.es/url?sa=i&source=images&cd=&cad=rja&docid=PfASO27GmsDazM&tbnid=vovk_Bh2xj2FPM:&ved=0CAgQjRwwAA&url=http%3A%2F%2Fwww.bso365.com%2F2010%2F05%2Fdia-198-flipper-de-joel-mcneely-1996.html&ei=cOuAUei0GpPb7Abn24Eg&psig=AFQjCNF6HuoGjfMvq103PdDkzw2zt79CMw&ust=1367489776506618" id="irc_mil" style="border: 0px currentColor;"><img height="293" id="irc_mi" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgxcq-NFRIN9syqwjhI7Z2wXx_X9V-KoIs_VypChe9MINV4JSovcBbUoENgDyeckENAKzosGe7r0AXeXgr1jFVkve6mmMYN58eqZW64GqI8r6BIEvMhafiWs-dzegORFL5PXZrF-SoBd4nh/s400/Flipper_MCD11445.jpg" style="margin-top: 143px;" width="300" /></a><br />
<br />
<br />
<br />
Esta entrada es algo especial.<br />
Hoy, uno de mayo, con la placidez que da saber que tienes el regalo de un día festivo en mitad de la semana, he abierto el correo y me he dado de bruces con un mensaje de Clara Luengo Ramos desde mi cuenta en Facebook. ¿Y quién es Clara? Bueno, os podría decir que es una joven y guapa madrileña, amante como yo de los Reinos del Mar y fiel seguidora de las aventuras de Rielar y de Élias pero para mí, a pesar de que habernos visto apenas unos minutos, es mucho más; tiene el talento de haberse convertido nada menos que en dos ocasiones en mi "Pepito grillo", es decir, en algo así como la voz de mi (dormida) conciencia, sin ella pretenderlo y cuando yo más lo necesitaba.<br />
Recuerdo que, la primera vez fue hace ya casi un año, en la Feria del Libro de Madrid, cuando estuvimos hablando del, entonces aún en proyecto, desenlace de la trilogía de los Reinos del Mar, El Sexto Océano. Viendo su interés por mis historias, quise compartir algo del "futuro" que tenía previsto para los protagonistas, futuro en el que uno de ellos pasaba a un discreto segundo plano en la tercera y última novela, en favor de los otros dos a mi modo de ver más relevantes y complejos. En un principio, Clara no tuvo nada que decir y se fue a seguir disfrutando de la Feria pero, para mi sorpresa, al rato regresó visiblemente agitada. Venía a defender a ese personaje, a aquel al que yo no había sabido valorar en su justa medida... Había estado dándole vueltas y, quizá no era tan maduro y cabal como los otros dos protagonistas pero ella lo amaba y apostaba por él. Vino a decirme que en su imperfección residía parte de su encanto y que relegándolo estaba cometiendo un error garrafal: no darle la oportunidad en cierto modo de enmendarse, de mejorar sin dejar de conservar su esencia. En definitiva, estaba negándole la oportunidad de evolucionar.<br />
Como soy bastante dura de mollera, al principio no entendí nada de nada pero aquel verano, escribiendo el Sexto Océano, el relato fue desarrollándose como ella había "pronosticado": ese personaje que de alguna manera yo había menospreciado fue cobrando fuerza y protagonismo, pasando así a estar en plano de igualdad con los otros dos. Y la historia cambió, haciéndose mejor. Digamos que también ella evolucionó. Cuando la leáis, ya lo veréis por vosotros mismos.<br />
La segunda ocasión ha ocurrido esta misma mañana cuando Clara, junto con sus saludos, me ha enviado un vídeo muy especial. Supongo que todos recordaréis, ya que ha sido una de las más visitadas, una entrada que hice en este blog sobre los calderones y la terrible matanza que sufren cada año en aguas de las islas Feroe. Si sirvió para remover algunas conciencias la doy por más que buena pero, por segunda vez, fue entonces cuando volví a meter la pata. <br />
Como soy consciente que tiendo a enrollarme más de la cuenta y me pareció que ya era suficientemente extensa, en dicha entrada solo hice una mención de pasada sobre un documental que, por su gran relevancia, hubiera merecido una mucho mayor dedicación. Se trata de THE COVE, un estremecedor testimonio de las impunes matanzas de delfines que se cometen en el japonés pueblo de Taiji. Está muy bien hecho y creo que merece la pena que dediquemos un rato de este día festivo para verlo. Y, cómo no, para compartirlo. <br />
Éste es precisamente el vídeo que me mandó Clara y el que yo, arrepintiéndome ahora de haberme limitado a citarlo sin más en su momento, paso a ofreceros íntegro en esta nueva entrada. De nuevo, la intervención de Clara me ha hecho enmendarme y, al igual que le ha ocurrido en El Sexto Océano a mi personaje, creo que en el proceso yo misma he evolucionado y, con ello, mejorado.<br />
Pero es que ahí no acaba todo ya que, además de la titánica lucha por denunciar la atroz escabechina que se comete contra esas pobres criaturas, el vídeo encierra otra historia, ésta de cambio de rumbo de nuevo, que me ha impactado casi tanto como aquella. Es la confesión vital del propio Richard O´Barry, alma del proyecto. <br />
En su testimonio relata como pasó una década de su vida entrenando a delfines en la serie <strong>Flipper</strong> y, en consecuencia, ayudando a la proliferación de crueles delfinarios debido al interés que la exitosa serie despertó en la gente y como, cuando por fin abrió los ojos, realizó un giro de 180º y empeñó su vida en subsanar su error y entregarse de lleno a la causa de estos animales. De nuevo y por tercera vez, la misma lección: Conceder siempre la oportunidad, tanto a los demás como a nosotros mismos, de evolucionar, de cambiar a mejor. Porque, así lo creo, nunca es tarde.<br />
Gracias, Clara... mi Pepito grillo. Mil gracias. Y, hoy y siempre, espuma y sal en tus mañanas.<br />
<br />
<span id="goog_441949104"></span><a href="http://www.blogger.com/"></a>The Cove Documental (TRADUCCIÓN AL ESPAÑOL):<span id="goog_441949105"></span><br />
<a href="http://www.youtube.com/watch?v=C_3ibYzIejY">http://www.youtube.com/watch?v=C_3ibYzIejY</a><br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />Guadalupe Oteo Iturmendihttp://www.blogger.com/profile/02291059099249425676noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3166516680462054499.post-27022980045458214042013-04-21T02:25:00.001-07:002013-04-21T02:36:34.735-07:00Ballenas beluga: las blancas cantoras.<a data-ved="0CAgQjRwwAA" href="http://www.google.es/url?sa=i&source=images&cd=&cad=rja&docid=bGVcaTYvmMef5M&tbnid=YfkkKzIk47KVRM:&ved=0CAgQjRwwAA&url=http%3A%2F%2Fnoticias.latino.msn.com%2Feeuu%2FfotosBBC.aspx%3Fcp-documentid%3D29551994&ei=kJdzUYbUCcHKhAfkqYCoDQ&psig=AFQjCNHjrADR0U_G0QBJ8fgJkY2BbsWk6g&ust=1366616336240452" id="irc_mil" style="border: 0px currentColor;"><img height="276" id="irc_mi" src="http://blu.stb.s-msn.com/i/BC/0CDEED87A2A1B1316683FF780C2D6.jpg" style="margin-top: 151px;" width="490" /></a><br />
<br />
<strong>Las belugas</strong>, también llamadas ballenas blancas, tienen un color inusual, por lo que son una de las especies de ballena más conocidas y fáciles de identificar. Al nacer son grises o incluso marrones, y se van volviendo blancas conforme alcanzan la madurez sexual, hacia los cinco años de edad.<br />
Las ballenas blancas son bastante pequeñas y miden entre 4 y 6 metros. Tienen frentes redondeadas y carecen de aleta dorsal.<br />
Las belugas suelen vivir en pequeños grupos. Son animales sociales y comunicadores vocales muy activos que emplean un lenguaje variopinto de chasquidos, silbidos y repiqueteos. Además, pueden imitar diversos sonidos de otro tipo.<br />
Estas ballenas frecuentan habitualmente las aguas de las costas del océano Ártico, aunque también están presentes en regiones subárticas. Cuando el mar se congela, las belugas árticas migran hacia el sur en grandes grupos. Los animales atrapados en el hielo ártico suelen morir, víctimas de osos polares, ballenas asesinas e indígenas del Ártico. Las belugas son cazadas por los pueblos nativos del norte, y también por las pesquerías comerciales. Estas últimas casi acabaron con determinadas poblaciones, como la del Golfo de San Lorenzo. (National Geographic)<br />
<br />
<a data-ved="0CAgQjRwwAA" href="http://www.google.es/url?sa=i&source=images&cd=&cad=rja&docid=cc_ciolSFT4wKM&tbnid=UWAQgKT_su1W8M:&ved=0CAgQjRwwAA&url=http%3A%2F%2Fjk-animalsoftheworld.blogspot.com%2F2011%2F10%2Fbeluga-whale.html&ei=XbJzUeqwIKau7Aa-qYFQ&psig=AFQjCNGg14IzSwql8yE3yXVvqKSaH6BwHg&ust=1366623197619082" id="irc_mil" style="border: 0px currentColor;"><img height="239" id="irc_mi" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEheyKLP4HdG-0vjAvIrso9MinT0mxKw2K4EOSHUg05azNf4aoWX1GCEuSrFnLRXj1GgbVMMyRlmTCSjS2l160pUgtepxvC0r08SQEz6tUBKHPrkk1l-ax1l-ON_BqWTDvdPRalW3zUoyis/s320/beluga-whale-trio.jpg" style="margin-top: 0px;" width="320" /></a><br />
<br />
<em>Como ya os anuncié en mi anterior entrada, después de pasar varios meses centrada en los cetáceos con los que interactúa Élias en su viaje por el Mediterráneo, ahora os presentaré a dos especies de odontocetos, únicas integrantes de la familia de los monodóntidos, que hacen acto de presencia en Rielar y los Reinos del Mar, mi primera novela. He aquí a la primera de ellas.</em><br />
<em>Las belugas aparecen al principio de la tercera parte del libro, "Pacífico", cuando se narra como la joven recolectora Irisar, acompañada de su amiga Ulular y de su maestra Surcar, emprende viaje hacia el mayor de los océanos por la ruta del norte, esto es, a través del océano glaciar ártico. Ella será la encargada de dar con la piedra-corazón del propio Élias, todavía un bebé, y tanto porque es su debut como recolectora de piedras corazón como, sobre todo, porque ese primer bautizo trajo inquietantes revelaciones a nivel personal, el ánimo de Irisar está convulso y, por qué no decirlo, bastante amedrentado ante la gesta a la que se tiene que enfrentar.</em><br />
<em>Me gustaría que intentarais imaginar el encuentro entre las tres mujeres y el , también femenino, grupo de belugas. Se produce de improviso en la bahía de Baffin, relativamente cerca aún de Ciudad Alba, nada más dejar atrás el mar de Labrador y recién estrenado el océano Ártico propiamente dicho.</em><br />
<em>Al hacer de nuevo ese ejercicio de imaginación yo misma, mi mente es invadida por dos intensos colores, blanco y azul, y de un modo esplendoroso, deslumbrante. Frente al azul del límpido cielo norteño y del omnipresente mar, la blancura del resto de elementos destaca así de un modo casi hiriente: las interminables placas de hielo marino, los vagabundos icebergs, la nieve perpetua en las costas de las tierras circundantes... Y ellas, no solo las incoloras criaturas que salen al encuentro de las tres recolectoras sino éstas últimas, sus clarísimos cabellos (sobre todo, los de la propia Irisar que los lleva largos, como una ensortijada estela de espuma de mar tras de sí), así como sus buzos blancos y sus pálidas pieles, distintivos ambos de su pertenencia a la raza de los profundos de Ciudad Alba. Todo, en definitiva, es blancura; pujante y avasalladora blancura.</em><br />
<em>Pero si el color blanco suele ir asociado a la paz y al silencio, aunque lo primero se cumple puesto que Irisar, tras el encuentro, recupera buena parte de su serenidad perdida, lo hace a través de todo lo contrario a la ausencia de sonidos. Lo hace a través del canto... y del baile.</em><br />
<em>No soy muy dada a poner citas de mis libros en este blog, de hecho va a ser la primera vez, pero siento que debo hacerlo. No sé cantar, lo hago francamente mal, aunque puedo imaginar lo hermoso que es unir tu voz con la de tus iguales, en este caso hermanadas tanto en feminidad como en esbelta blancura, pero en cambio me gusta bailar y dicen que no lo hago del todo mal. En el baile también he aprendido (y disfrutado) de lo que es sentirse "en comunión", con la música misma y con las que la comparten contigo en un determinado instante. Un grupo de hembras bailando juntas, sintiéndose hermanas más allá de razas, idiomas, ideologías... e incluso especies, debe ser algo magnífico. No, no debe serlo; sé que lo es.</em><br />
<em>En fin... todo esto es algo tan atávico, siento que lo llevo tan dentro de mi condición femenina, en todas y cada una de mis células, que intentar explicároslo sin más se me queda corto. Por eso tengo que recurrir a "autocitarme". Para que simplemente contempléis la escena... y la sintáis. Entonces, seguro que lo entenderéis todo mucho mejor. Sobre todo, si sois del género femenino. Ahí va:</em><br />
<em>"Pronto las tres mujeres, disfrutando como niñas, se encontraban danzando con las juguetonas belugas mientras, casi sin darse cuenta, comenzaban a entonar antiguas melodías en armonioso contrapunto a las infinitas vocalizaciones de los llamados canarios del mar(...) Surcar había estado certera al intuir que eso era precisamente lo que necesita Irisar. A medida que ésta permitía que su cuerpo se hiciera uno con el agua y la espuma, notaba cómo su interior recuperaba la calma, cómo su antigua alegría volvía a hacerse presente. Y mientras se dejaba acariciar por los sedosos cuerpos de sus nuevas compañeras en ese trenzado de cruces y acrobacias, su voz dejaba escapar, a través del liberador canto, toda la tensión que la había atenazado desde antes de abandonar Ciudad Alba".</em><br />
<em></em><br />
<em>¿A qué ahora todo ha quedado mucho más claro? ¿Y a qué muchas (y muchos, ¿por qué no?) sabéis de lo que hablo por propia experiencia?... ¿No es maravilloso ese sentimiento de liberación/comunión que te ofrece la música en momentos así, momentos tan escasos como preciosos?</em><br />
<em></em><br />
La foto que encabeza la entrada es precisamente de una mujer que, a través del yoga, se ha atrevido con las bajas temperaturas de los mares árticos y que, de este modo, ha sido capaz de nadar entre belugas. La acabo de descubrir y no me resisto a colgarla ¡Si supierais la de veces que la realidad acaba, de un modo u otro, asemejándose a la ficción que yo misma he creado...!<br />
<br />
Como vídeo os propongo, en esta ocasión, otra curiosa "rareza". Las belugas tienen una capacidad de vocalización tan asombrosa que, recientemente, se ha logrado grabar a un ejemplar capaz de reproducir los sonidos de una lejana conversación ¡entre humanos! Oídlo porque, en serio, es impactante (¿y si en vez de estar imitándonos fuera que le han pillado "in fraganti" y en realidad está hablando con algún habitante de los Reinos del Mar?... Ay, ya está mi loca imaginación haciendo de las suyas... Bueno, lo dicho, juzgad por vosotros mismos).<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<object class="BLOGGER-youtube-video" classid="clsid:D27CDB6E-AE6D-11cf-96B8-444553540000" codebase="http://download.macromedia.com/pub/shockwave/cabs/flash/swflash.cab#version=6,0,40,0" data-thumbnail-src="http://img.youtube.com/vi/Y60xULD_2dw/0.jpg" height="266" width="320"><param name="movie" value="http://youtube.googleapis.com/v/Y60xULD_2dw&source=uds" /><param name="bgcolor" value="#FFFFFF" /><param name="allowFullScreen" value="true" /><embed width="320" height="266" src="http://youtube.googleapis.com/v/Y60xULD_2dw&source=uds" type="application/x-shockwave-flash" allowfullscreen="true"></embed></object></div>
<br />
<br />
<br />
<em></em><br />
<em></em><br />
<em></em><br />
<em></em><br />
<em></em><br />
<em></em><br />
<em></em><br />
<em></em><br />
<em></em><br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />Guadalupe Oteo Iturmendihttp://www.blogger.com/profile/02291059099249425676noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3166516680462054499.post-75309934279260247792013-04-04T03:06:00.000-07:002013-04-04T03:06:22.622-07:00Cachalotes: El buen Romm y los de su estirpe.<a data-ved="0CAgQjRwwAA" href="http://www.google.es/url?sa=i&source=images&cd=&cad=rja&docid=e8lBBzemn7GT2M&tbnid=TgGjKkDnc1jflM:&ved=0CAgQjRwwAA&url=http%3A%2F%2Fgravedad-cero.org%2F2009%2F12%2F25%2Fel-neutrino-y-la-ballena%2F&ei=tS5dUcLpLZGjhge61IHAAw&psig=AFQjCNEAPuB5ht0oV6NxsrNG6jt_G67dqg&ust=1365147701828803" id="irc_mil" style="border: 0px currentColor;"><img height="197" id="irc_mi" src="http://gravedad0.files.wordpress.com/2009/12/cachalote.jpg" style="margin-top: 86px;" width="400" /></a><br />
<br />
<br />
<br />
Los cachalotes son fácilmente identificables por sus enormes cabezas y frentes redondeadas y prominentes. Tienen el cerebro ms grande de todas las criaturas conocidas que han poblado la Tierra. En la cabeza también tienen una gran cantidad de una sustancia llamada espermaceti. En su día, los balleneros creían que este fluído aceitoso era esperma. Los científicos no han descifrado la función del espermaceti. Una teoría muy extendida es que el fluido, que se endurece en forma de cera cuando se enfría, ayuda a la ballena a modificar su flotabilidad para sumergirse a gran profundidad y volver a subir. Se sabe que los cachalotes llegan a sumergirse 1.000 metros en busca de calamares. Estos mamíferos gigantes deben contener la respiración hasta 90 minutos en esas inmersiones. Estas ballenas dentadas pueden comer casi una tonelada de peces y calamares al da.<br />
<br />Los cachalotes suelen formar bancos de entre 15 y 20 individuos. Estos bancos están formados por hembras y crías, mientras que los machos viven en solitario o cambian de banco con frecuencia. Las hembras y sus crías permanecen todo el año en aguas tropicales y subtropicales. Se cree que las hembras cuidan a sus crías de forma comunitaria. Los machos migran a latitudes más altas, solos o en grupo, y vuelven al ecuador para reproducirse. Impulsados por su aleta posterior, que mide unos cinco metros de punta a punta, pueden recorrer el océano a unos 37 kilómetros por hora (La conducta gregaria de machos y hembras juntos en el Mediterráneo oriental constituye, por tanto, toda una excepción).<br />
<br />Estos populares leviatanes emiten diversas vocalizaciones, además de una serie de chasquidos que pueden usar para comunicarse o para la ecolocalización. Los animales con ecolocalización emiten sonidos que se desplazan bajo el agua hasta que impactan contra objetos y vuelven rebotados al emisor, revelando la posición, tamaño y forma del objetivo.<br />
<br />Los cachalotes eran un pilar básico de la actividad ballenera en su apogeo en los siglos XVIII y XIX. En su novela <em>Moby Dick</em>, Herman Melville inmortaliza a un mítico cachalote albino, aunque parece ser que el archienemigo de Ahab estaba basado en un animal real al que los balleneros llamaban Mocha Dick. Se cazaba a estos animales por su aceite y ámbar gris, una sustancia que se forma alrededor de los picos de los calamares en el estomago de la ballena. El ámbar gris era (y sigue siendo) una sustancia muy apreciada utilizada en su día para hacer perfumes. (National Geographic)<br />
<br />
<em>Y, por fin, llegamos a la última de las Piedras de Ceto. aquella que atesora la virtud de la <u>misericordia</u>. Una virtud tan cercana al amor, la primera en ser activada a través del valeroso viaje de la pequeña Toniña, que se diría que con ella se cierra el círculo que las enlaza a todas. De hecho, Élias y su grupo encuentran la última virtud cuando la vieja marsopa ya ha partido y se diría que es este octavo cetáceo como activador de la misericordia, la deforme hembra de cachalote con la que se encuentran cerca ya de la meta final de su viaje por el Mediterráneo,la que le toma el relevo en su maternal afecto, aunque solo sea por un rato.</em><br />
<em>El encuentro con los cachalotes es el momento en el que más peligro corren Élias y Mistral de perder la vida en su travesía por aguas mediterráneas. Solo la intervención "in extremis" de esa tía solterona, marcada por el impacto casi mortal de un ferry en su robusto cuerpo, les salva de una muerte segura. El destino final de los dos chicos parece algo inapelable, casi comprensible y hasta justificable, pero cuando todo está perdido, cuando la implacable lógica o la fría justicia no ofrecen ninguna salida, lo único que les salva, que nos salva siempre, es la compasión. La inmerecida, y por ello tan imprevista como redentora, misericordia. En dos palabras, el Amor. Siempre, desde el principio hasta el fin, el Amor.</em><br />
<em>Ah... los cachalotes. Los que habéis leído mis novelas ya sabéis lo especiales que son para mí estos rotundos animales de ladeado surtidor y cabeza de torpedo. Sobre todo, uno... sobre todo, Romm.</em><br />
<em>Os confesaré algo. Romm, y también Dicayos, encarnan en cierto modo mi solidario afecto por el sexo masculino. Algo así como sí yo, disfrazada de andrógina "Trovadora del agua", hubiera plasmado en el papel mis distintos sentires hacia los también distintos hombres (y mujeres) que han rodeado mi existencia. Yo no soy una excepción y como tantos otros escritores me he acabado inspirando en mis semejantes.</em><br />
<em>Hay un refrán que dice: "A los amigos se les admira por sus virtudes y se les quiere por su defectos". Como todo refrán hay una parte falsa pero, qué duda cabe, también otra muy verdadera. Con respecto a mi propio sexo, en todas las mujeres que me han acompañado, incluida yo misma, hay algo de Hidra y algo de Surcar, algo de Emoré y algo de Ulular, algo de Mistral... y algo de Rielar. En definitiva, algo de las tres diosas, Doncella, Madre y Hechicera que, con distintos rostros, empapan toda mi obra. Eso es muy cierto con respecto a mí y mis hermanas pero ¿y los hombres?</em><br />
<em>Con respecto a los varones, podríamos decir que Dicayos, el recto Dicayos, encarna todas las virtudes masculinas, aromatizadas por esa maravillosa gestión de las emociones a la que todo hombre debería aspirar y al que creo que, cada vez más, muchos están quitando ese miedo ancestral que les limitaba para tantas cosas... Sería pues la parte luminosa y brillante, la apolínea. El hombre recto y noble al que admiro.</em><br />
<em>Pero como ya he dicho en otras ocasiones, no hay yang sin yin, ni apolíneo sin dionisiaco, ni resplandor sin penumbra... Un hombre cabal, si aspira a ser verdaderamente noble, si no quiere ser una encorsetada caricatura de sí mismo, tiene que aceptar tanto su fortaleza como su fragilidad, tanto su generosidad como su mezquindad, tanto su luz como su sombra. Solo así será un hombre íntegro, o sea completo, y solo así, asumiéndose en plenitud primero, podrá trabajar honestamente por ser cada día mejor persona. Eso es precisamente lo que representa el bueno de Romm para mí.</em><br />
<em>Romm es pendeciero y bravucón, a veces celoso, otras veces metepatas y otras... otras simplemente las cosas le quedan grandes y no se entera de nada. Pero yo le quiero, le quiero con locura por ser cómo es, sincero, valiente, lleno de defectos pero con la honestidad suficiente para saber hacerles frente e intentar enmendarse y mejorar. Es leal, consecuente y sabe entregarse de corazón... Sí, definitivamente, puede que admire mucho a Dicayos pero al que quiero aún más de los dos es a ese cabezota lleno de defectos... y de humanidad.</em><br />
<em></em><br />
<em>Quizá os preguntéis si, en el caso de los varones de mi entorno, existe alguien concreto en el que me haya inspirado a la hora de describir estos dos personajes. La respuesta es que sí. Afortunadamente, aquel que me acompaña en el camino tiene mucho de Dicayos pero, y eso es lo más importante, también mucho de Romm. Por ello es que le admiro tanto como le quiero... Pero eso, como diría Michael Ende, eso es otra historia.</em><br />
<em></em><br />
<em>Mi repaso de los cetáceos mediterráneos ha concluido, por ahora. Tengo planeado presentaros próximamente otros dos que me parecen también muy interesantes pero serán, digamos, criaturas de latitudes mucho más boreales. Ambos hicieron acto de presencia en Rielar con mayor o menor protagonismo ¿Imagináis a quienes me refiero? Bueno, si no es así, ya lo descubriréis... Y ahora, como es de rigor, un ratito de buceo en esta ocasión con Romm, Blou y Grumm, por ejemplo. Hoy es momento de disfrutar de la compañía de los todopoderosos cachalotes.</em><br />
<em></em><br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<iframe allowfullscreen='allowfullscreen' webkitallowfullscreen='webkitallowfullscreen' mozallowfullscreen='mozallowfullscreen' width='320' height='266' src='https://www.youtube.com/embed/ze28AP82lbI?feature=player_embedded' frameborder='0'></iframe></div>
<br />
<em></em><br />
<em></em><br />
<em></em><br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />Guadalupe Oteo Iturmendihttp://www.blogger.com/profile/02291059099249425676noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3166516680462054499.post-57558579567538506602013-03-27T02:47:00.000-07:002013-06-17T05:05:08.951-07:00Delfines comunes: Forjadores de leyendas.<img height="204" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEio7NTpQNsVXZAQ5dkQ4lPfg4gxOznyjyXjf4-jgkoQjrVMKXniTPGbYm1PHvELAO45fvhJD5YXCuzsvd29fjaDUJgcMZoihtI1FyM3JspmjRjX0Q8_lLBL3pUEC3-L82jFdxVTGE-64AU/s320/enfocado.jpg" width="320" /><br />
<br />
El <b>delfín común oceánico (delphinus delphis)</b> también es conocido como delfín de aletas cortas y pertenece a los cetáceos odontocetos (dentados). Hasta hace pocas décadas se creía que era el único delfín de los océanos. Existe otra especie que no debe ser confundida con esta, llamada delfín común costero (delphinus capensis). <br />
Habita en aguas tropicales y subtropicales de los océanos Atlántico y Pacífico. También son encontrados en el Mar Mediterráneo, Mar Negro, Golfo de México y Mar rojo. Algunos ejemplares han sido encontrados en el océano índico y en mares japoneses.<br />
Optan por nadar en zonas donde la temperatura supera los 10° C. Se trasladan a 11 km/h pero cuando quieren alcanzar alimento, aceleran alrededor de 47 km/h.<br />
Es uno de los delfines más pequeños con una longitud de 2.4 y un peso de 110 a 136 kg siendo las hembras más pequeñas que los machos.<br />
El pico es alargado y más puntiagudo que otras especies de delfín. En cada lado de la mandíbula contienen 20 o más dientes fuertes, afilados y curveados, ideales para que no logren escapar sus presas.<br />
La coloración es una de sus mayores características, pues la parte dorsal superior es gris oscuro y la zona ventral es blanca. Una raya oscura se extiende desde la mandíbula inferior hasta una de sus aletas.<br />
Son muy sociales y casi nunca andan solos. Siempre realizan sus actividades acompañados de otros miembros, siendo una de las especies más abundantes y con mayor número de integrantes.<br />
De igual forma son muy juguetones como la mayoría de los defines y realizan varios tipo de acrobacia saliendo del agua. Los delfines adultos son respetados y suelen actuar como “maestros” de los ejemplares más jóvenes.<br />
Los delfines en general se han considerado animales muy inteligentes debido a muestras de comportamiento que se creían propias del ser humano. Esta especie demuestra cariño y empatía hacia los compañeros enfermos, ayudándolos a respirar en la superficie cuando no pueden hacerlo solos. Cuando alguno muere los demás demuestran tristeza y cuando son rencontrados, especialmente en cautiverio, se emocionan y comienzan a jugar.<br />
No tienen muy buena visión, especialmente en aguas turbias y oscuras pero se guían por medio de los sonidos. Ellos se comunican por medio de vocalizaciones parecidas a un silbido.<br />
Se alimentan de calamares, pulpos y peces como sardinas, anchoas y merluzas, pudiendo consumir poco más de 9kg al día. Suelen empujar a sus presas fuera del agua y atraparlos en el aire.<br />
Son vivíparos y las madres tienen por lo regular una cría, aunque se han dado casos de nacimientos de mellizos y trillizos. Alcanzan la madurez sexual máximo a los 15 años de edad.<br />
En el período de cortejo, machos y hembras frotan sus aletas y nadan de un lado a otro juntando sus cuerpos para finalmente aparearse en posición de vientre con vientre.<br />
El período de gestación dura máximo 12 meses y las crías nacen de aproximadamente 92 cm de largo y de 11 a 16 kilos de peso. El recién nacido toma leche por medio de chorros lanzados por su madre durante seis meses para después consumir alimentos sólidos.<br />
Su promedio de vida útil en estado salvaje es de 20-30 años de edad.<br />
Existe una extensa población de delfines comunes oceánicos, sin embargo, debido a la matanza descontrolada, las capturas accidentales en redes pesqueras y la contaminación que día con día invade su hábitat, se han puesto en marcha leyes para la protección y conservación de esta y otras miles de especies marinas que corren el peligro de desparecer. (BioEnciclopedia)<br />
<br />
<em>Un pequeño delfín común será el encargado de traernos la sexta (y penúltima) virtud de las Piedras de Ceto: La <u>inocencia</u>. Y siendo como es ésta una palabra tan llena de matices, el encuentro de Élias y su grupo con el "chiquillo" de esta especie en aguas jónicas, tras despedirse de los rorcuales y ya en compañía de Argos y Sombra, deberá ser analizada desde distintos ángulos.</em><br />
<em>En primer lugar, el joven delfín común es una víctima inocente. O sea, está libre de culpa. Ni el y su inanición ni la familia que ha perdido son culpables de que los alrededores de la isla griega de Kalamos en el mar Jónico, antes reducto abundante de su especie en el Mediterráneo, se haya quedado prácticamente sin peces. La pesca indiscriminada es la responsable de esquilmar esas aguas, suyas por derecho desde tiempos inmemoriales. No me extenderé mucho en el cruel e injusto castigo que supone matar literalmente de hambre a unas criaturas que, casi de la noche a la mañana, ven arrebatados sus recursos para subsistir. Aunque la verídica historia de Kalamos es estremecedora creo que ya hablé suficiente de la hambruna que sufren muchos animales marinos en aguas mediterráneas cuando os conté la travesía del grupo por aguas baleares... Es algo muy triste sobre lo que siempre merece la pena reflexionar pero, en esta ocasión, ahí lo dejaré.</em><br />
<em>Porque la palabra "inocencia" tiene otra acepción mucho más hermosa. Tiene que ver con la pureza de espíritu, la infantil (que no pueril) ingenuidad, la liberadora fantasía... En definitiva, tiene que ver con los mitos y las leyendas. Y aquí el asunto se vuelve a desdoblar, puesto que el joven delfín se nos muestra tan necesitado de sustento como de cuentos, de alimento (y, con él, de consuelo) no solo para el cuerpo sino también para el alma. Por ello, en su recuperación serán casi tan importantes como las sardinas que les ofrezcan, los fantásticos relatos que un conmovido Élias le desgranará en su convalecencia. Y este "niño delfín" enamorado de los mitos acabará siendo el que nos lleve como de la mano a la otra cara de la moneda, a la de estos mismos delfines como protagonistas de los numerosos mitos que pueblan el imaginario de tantas y tantas civilizaciones.</em><br />
<em>Aunque merecerían mención aparte los muchos relatos míticos sobre delfines de río en la Amazonia, tratándose de delfines comunes yo voy a ceñirme a los mitos mediterráneos, reflejo de ese pensamiento <u>inocente</u> a nuestros ojos pero profundamente sabio de los antiguos griegos.</em><br />
<em>A este respecto, cuentan las leyendas que estando el dios Dionisio, señor del vino y los placeres, observando el mar con sus hermosos ojos azules desde un acantilado, fue visto a su vez por unos piratas que, a tenor de sus ricos vestidos, lo tomaron por un extranjero ilustre y decidieron secuestrarlo para pedir luego un rescate. Ya en alta mar, viendo su serenidad y apostura, muchos sospecharon de su identidad divina y quisieron deshacer lo hecho pero al final pudo más el afán de riquezas y los captores se mantuvieron en su malvado propósito. Entonces Dionisio, sin perder en ningún momento su sonrisa, llenó mágicamente de enredaderas, flores y hojas los mástiles y cubierta del barco. Luego se trasformó en un león con un gran oso a su lado y los piratas, despavoridos, saltaron al mar donde se convirtieron en delfines. Y es así que, desde entonces, sirven de por vida al epicúreo dios gentilmente. </em><br />
<em>Este es según dicen el origen de los <strong>delfines</strong>, de los llamados "espíritus del mar". Pero de esta historia se derivan muchas otras... Incluso el dios antagónico de Dionisio por antonomasia, el luminoso Apolo (¿os acordáis del concepto yin-yang de la entrada anterior?) juega un papel en la historia ya que se dice que fue el encargado de domesticar a los delfines y, por ello, siempre que era invocado como Delfino o Delfiniano, se erigía como guía y protector de los navegantes. Se dice también que este Apolo Delfino y su hijo Ítalo sufrieron un accidente en alta mar y que un grupo de delfines lo rescató con bien, depositándoles exánimes junto al monte Parnaso, no muy lejos donde luego se levantaría un templo en honor al dios que alcanzaría renombre por su famosísimo oráculo: Delfos.</em><br />
<em>En fin, así podría seguir... Aunque la conclusión es clara: De seres míticos, venerados, criaturas sobre los que los propios dioses no toleraban agresión alguna... a la angustiosa situación actual de Kalamos y otros muchos lugares como él. Sí, en efecto, la inocencia siempre es vulnerable... por ello, más allá de dioses y religiones y en su sentido más profundo, debería ser SAGRADA.</em><br />
<div style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span style="font-family: Times New Roman,serif; font-size: 12pt;"> </span></div>
<div style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt;">
<em>Sin que sirva de precedente, hoy no os ofreceré ningún vídeo. Hoy toca cuentos y un cuento final será lo que os presente. Este lo he encontrado por casualidad, fisgando por aquí y por allá, y me ha parecido tan honesto, tan limpio, tan bienpensante, en una palabra, tan inocente en la acepción más bella de la palabra, que creo que por esta vez está bien hecha la sustitución.</em></div>
<div style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt;">
<em> </em></div>
<div style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt;">
<em>Los mitos perviven en el tiempo y apelan a esa parte inocente del alma que, por muchos años que pasen, nunca debería morir.</em></div>
<h1>
El mito de los delfines</h1>
<div id="post-content">
<img alt="El mito de los delfines" class="thumbnail alignleft" src="http://www.vangellness.com//wp-content/uploads/2012/07/mito-delfines1-492072_172x172.jpg" /><br />
<div class="wp_fbl_top">
</div>
Cuentan las olas que la princesa Ness deseaba ser un delfín para sumergirse en el mar y recorrer todos los países acuáticos donde sus aguas eran de bellísimos colores. Un día su deseo fue tan grande que despertó al dios del océano de su sueño de siglos. El dios del agua le dijo que le concedería su deseo, pero tenía que esperar a la tarde del oro, el único momento en que los humanos podían convertirse en delfines.<br />
La pequeña princesa esperó y esperó, hasta que una tarde un hermoso resplandor dorado surcó el horizonte; las aguas brillaban tanto que parecían encantadas. La niña escuchó unas extrañas voces que iban acercándose a la orilla; eran los delfines que la llamaban: ¡Ness! ¡Ness! ¡Ness!… Sin dudarlo, la princesa niña se quito su pequeña corona y se arrojó al mar. En ese mismo instante su cuerpo comenzó a transformarse, le nacieron aletas y su piel se volvió resbaladiza como la de un delfín.<br />
Cuando logró ser un delfín, siguió a los otros delfines que le mostraron los secretos del mar, aprendió a reír y a jugar pero lo que nunca pudo imaginar la pequeña princesa era que su peor enemigo serían los humanos. Pronto pudo comprobarlo, al tener que huir de las redes de los pescadores para salvar su vida. En ese momento, la pequeña delfín quiso convertirse de nuevo en niña. El dios del agua le preguntó: ¿qué tesoros del mar te llevarías a la tierra? La princesa, recordó las perlas de nácar, los tesoros de los galeones perdidos… De pronto, Ness recapacitó. Encontró el mejor tesoro que podría llevarse a su reino y le contestó al hombre del agua: me llevaré el Arte, el Tao y el Amor, es lo más importante que me han enseñado mis amigos los delfines.<br />
Instantáneamente la princesa Ness apareció tendida en la arena al lado de su pequeña corona, volvía a tener su cuerpo de niña.<br />
En ese momento decidió que consagraría su vida a propagar las enseñanzas de sus queridísimos amigos los delfines: enseñaría a todos los niños de su reino a reír y a jugar para que vivieran felices. Y desde aquel día mágico, cuentan las olas que la princesa Ness, compartió con su príncipe azul, el Arte, el Tao y el Amor que le enseñaron sus amigos los delfines. Aprendieron que la alegría es la puerta del amor, crecer aprendiendo los valores esenciales para afrontar la vida, confiando en sí mismos y aprendiendo sin miedo al futuro.<br />
<br />
Texto: Vanessa Rodríguez García, inspirado en el cuento “La tarde de plata” de Rosa Mª Badillo en su libro “Cuentos para delfines”.</div>
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />Guadalupe Oteo Iturmendihttp://www.blogger.com/profile/02291059099249425676noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-3166516680462054499.post-46436583959871557812013-03-17T04:39:00.001-07:002013-03-17T04:39:16.568-07:00Rorcuales: Los gigantes del mar.<table align="center" cellspacing="10" style="width: 95%px;">
<tbody>
<tr colspan="100%">
<td align="center">
<h2 style="font-size: 17px;">
RORCUAL COMÚN (<i>Balaenoptera
physalus</i>)</h2>
</td></tr>
<tr>
<td align="center"><img src="http://www.sonsdemar.eu/cetaci_del_mes/rorcual/finwhale.jpg" /> </td></tr>
<tr>
<td>
<div align="justify">
Es el segundo rorcual (suborden de los misticetos, también
llamados ballenas o cetáceos con barbas) más grande del mundo, después de la
ballena azul. Las hembras suelen medir entre 19 y 22 m (75 toneladas), aunque se
han descrito individuos de 24 m en el Hemisferio Norte y 27.1 m en el Hemisferio
Sur (120 toneladas). En general, los machos presentan un tamaño mas pequeño,
unos 2 m inferiores a las hembras.</div>
<div align="justify">
La razón de su <strong>pigmentación asimétrica</strong> de la mandíbula inferior
(siendo muy oscura en el lado izquierdo y blanca en el lado derecho), única en
cetáceos, todavía no se ha podido explicar.
<div align="justify">
<b>Distribución</b><br />Su distribución es cosmopolita. Se
encuentra en casi todos los océanos, normalmente de zonas templadas a zonas
polares y menos frecuentemente en los trópicos. Es común avistar los rorcuales
comunes en zonas costeras, pero también esta especie habita el mar abierto. En
el Mediterráneo hay una población que se distingue genéticamente de la del
Atlántico Norte. </div>
</div>
</td></tr>
<tr>
<td>
<div>
<img src="http://www.sonsdemar.eu/cetaci_del_mes/rorcual/finwhale2.jpg" style="float: left; margin-right: 10px;" /> Se alimentan de krill, pequeños
peces (arenque, aguacioso, capelín) y cefalópodos que pueden capturar a más de
200m de profundidad. Con sus barbas (de 260 a 480), suspendidas al maxilar y de
menos de 1m de longitud, filtran el alimento. En la parte ventral del cuerpo
presentan de 50 a 100 largos surcos entre las aletas pectorales. Estos permiten
aumentar la capacidad bucal y torácica cuando se despliegan al entrar agua y
alimentos, recuperando su aspecto inicial, al expulsar el agua a través de las
barbas, y su forma hidrodinámica.</div>
</td></tr>
<tr>
<td>
Lo más frecuente es observarlos, bien en solitario o bien formando grupos no
demasiado numerosos de 5 a 7 individuos como máximo, aunque en determinadas
áreas de alimentación puedan concentrarse hasta el centenar de ejemplares.
<div style="margin-top: 5px;">
<img src="http://www.sonsdemar.eu/cetaci_del_mes/rorcual/rorcual3.jpg" style="float: left; margin-left: 20px; margin-right: 6px;" /> <img src="http://www.sonsdemar.eu/cetaci_del_mes/rorcual/rorcual4.jpg" style="float: left; margin-right: 6px;" /> <img src="http://www.sonsdemar.eu/cetaci_del_mes/rorcual/rorcual2.jpg" style="float: left; margin-bottom: 15px;" /> </div>
<br />
<div align="justify">
<b></b> </div>
<div align="justify">
<b></b> </div>
<div align="justify">
<b></b> </div>
<div align="justify">
<b></b> </div>
<div align="justify">
<b>Ciclo biológico</b><br />No se dispone de mucha información
sobre la reproducción de esta especie ni si existen zonas específicas de
apareamiento o de cría. Los machos alcanzan su madurez sexual con 17 m
aproximadamente y las hembras con 18, a los 6-7 años de edad. El ciclo de
reproducción es de dos a tres años. Tras un periodo de gestación de 11 a 12
meses nace una cría de 6 - 6.5 m y 1800-2700 kg. Las crías lactantes permanecen
con sus madres los primeros 6 a 8 meses de su vida.
</div>
Los rorcuales comunes tienen una esperanza de vida de alrededor de 80 años. <br />
<br />
<div align="justify">
<b>Señales acústicas</b><br />Los rorcuales, al igual que todos
los misticetos, no emiten clicks, sino unas vocalizaciones, en forma de cantos y
llamadas (<i>songs and calls</i>) cuyo mecanismo de producción sigue siendo
materia de estudio. Podría intervenir aquí, a diferencia de los odontocetos
(cetáceos con dientes, como los delfines que carecen de cuerdas vocales) la
laringe.
Dichas vocalizaciones en el caso de los rorcuales comuens se producen a muy
baja frecuencia y por tanto pueden propagarse a lo largo de cientos de
kilómetros, utilizando canales acústicos submarinos formados por las diferencias
de salinidad y temperatura de las diferentes capas de agua. <br />
<strong></strong><br />
<strong>Las principales amenazas</strong>
<br />
Desde principios del s.XX hasta 1986, la principal amenaza que esta especie
sufrió fue la caza a gran escala.
Actualmente, su caza está prohibida en todos los países, excepto en Islandia
(desde 2003), donde se ha anunciado que se cazarán 9 rorcuales comunes hasta
agosto del 2007. Sin embargo, todavía siguen presentes algunas amenazas como las
colisiones con buques, la contaminación química y/o inorgánica y la
contaminación acústica.
A pesar de ser un animal de natación veloz (puede alcanzar más de 30 km/h)
las colisiones con buques son una causa común de muerte, en particular en el
Mediterráneo. (Sons de Mar)<br />
<br />
<em>Como recordaréis, a finales del año pasado retomé este blog con el propósito de hacer un repaso de los animales marinos que pueblan mis novelas. Y empecé por las megapteras o yubartas, en honor de mi buena amiga Rocalla, la primera en dar la bienvenida a Rielar en su vuelta a los reinos del Mar. Ahora voy a hablar de, digamos, la otra rama de la gran familia Balaenopteridae, los Rorcuales, y más concretamente, de los rorcuales comunes que, sin llegar a las insuperables dimensiones de sus primos los rorcuales azules (mayores aún que los famosos dinosaurios) dejan a la inmensa hermana de Eliom convertida en una delicada y, sobre todo, menuda damisela.</em><br />
<em>Tras despedirse de aquel viejo zifio que les otorgó la quinta virtud, la de la verdad, el siguiente encuentro de Élias y su grupo, ya a punto de dejar atrás el Mediterráneo occidental y de adentrarse en la cuenca más oriental, se produce con unos hermanos, gemelos para más señas (entre los cetáceos aunque infrecuentes, a veces se dan nacimientos gemelares) pertenecientes al género balaenoptera phylasus. O, lo que es lo mismo, con dos inmensos y poderosos rorcuales comunes.</em><br />
<em>Ellos serán los encargados de activar la quinta piedra de Ceto y, como no podía ser de otro modo, al igual que los dos platillos de una simbólica balanza, uno desde la severidad, otro desde la benevolencia, uno desde el pesimismo, otro desde el optimismo, uno desde la intransigencia, otro desde la permisividad, lo harán con la siempre dual virtud de la<u> justicia</u>.</em><br />
<em>Y, hablando de dualidades... Ya os comenté en la entrada anterior que os explicaría el por qué de las Piedras de Ceto y sus virtudes y creo que ahora ha llegado el momento de hacerlo.</em><br />
<em>Empezaré diciendo que, a mi modo de ver, la historia del pensamiento es, en cierta forma,el milenario intento de desentrañar el secreto de la naturaleza dual de la realidad. El ser humano, en todo tiempo y lugar, ha observado el eterno contraste entre los contrarios dando, a grosso modo, dos explicaciones igualmente contrapuestas:</em><br />
<em>-Por un lado, desde Parménides a Platón pasando por los distintos panteismos y, a la postre, fanatismos, se ha defendido la idea de que una de las "partes" de esa dualidad era la auténtica realidad y la otra, sea una falsa apariencia, un engaño de los sentidos o lo que se quiera, algo apenas más digno de consideración que una perversa entelequia. Este es un camino peligroso pues cuando el pensamiento da paso a los valores no es difícil acabar ensalzando uno y demonizando el otro lo que, en la praxis humana, acaba derivando en todo tipo de dicotomías "amputadoras": lo que no es lo correcto es lo incorrecto, da igual que hablemos de religiones, razas, sexos o lo que se quiera discriminar. Sólo existe una única realidad; la mía. Cualquier otra en el mejor de los casos se deberá ignorar y, en el peor... derrotar y aniquilar en aras de la única y luminosa verdad.</em><br />
<em>-Pero existe otra opción a ese reconocimiento dual de la realidad. Y es valorarla en su completitud sin renegar de sus dos caras sino, antes bien, comprendiendo que existe una correcta y armoniosa alternancia e incluso reconociendo que solo juntos el día y la noche, el frío y el calor, lo femenino y lo masculino, lo mío y lo tuyo, llevan a su plenitud esa misma realidad que lo constituye todo. Desde un punto de vista, todo es lo mismo en su importancia, bondad y dignidad pues en ese todo se encierra el equilibrio y desde otro punto de vista, cada faceta aparentemente antitética encierra su propia belleza y razón de ser pues, en la eterna rueda de la vida, todo acaba siendo todo, ya lo es en realidad, en lo blanco está lo negro y en los negro lo blanco porque uno es lo otro y, con el tiempo, a su contrario volverá en un siempre renovado ciclo sin fin.</em><br />
<em>Y esa esfera mitad blanca y mitad negra separada por un serpenteante equilibrio y que exhibe, reivindicativa, un punto de color contrario en el seno de cada hemisferio es una imagen que seguro que no os resulta del todo desconocida... Es la más emblemática del pensamiento taoista y es la que muestra la naturaleza yin-yang de la realidad. Podía haber elegido entre un surtido bastante amplio de "panteón de virtudes" (en el fondo, muy semejantes) pues creo que cada religión o corriente espiritual tiene el suyo, pero yo comulgo con este segundo tipo de pensamiento que postula el concepto de dualidad como algo integrador, enriquecedor, que suma y no resta, que aglutina y no segrega, que reivindica lo hermoso de la sombra de igual modo que lo hermoso de la luz, pues ambos son inseparables e interdependientes.</em><br />
<em>En esa artificial y dañina antítesis entre lo rectilíneo y lo curvo, lo apolíneo y lo dionisiaco, lo seco y lo húmedo, de la que no se libran ni los racionales y sesudos eruditos de los grandes océanos, los cetáceos del recoleto e íntimo Mediterráneo serán lo encargados de reivindicar la inteligencia emocional frente a la siempre monolítica inteligencia racional, no para desbancarla (como ha pretendido siempre esta última con "lo diferente") sino para aglutinarla y abrazarla amorosamente, haciendo nacer por fin la comprensión-compasión necesaria para redimir la vida entera.</em><br />
<em>En el camino del Tao existen siete virtudes (ocho con la rectitud, que a la postre las engloba a todas llevándolas a su culminación) y, todas ellas, conducen a esa biófila asunción de la realidad. Son: El amor, la humildad, la solidaridad, la verdad, la justicia, la inocencia y la misericordia. Estas dos últimas aún no han sido mostradas, pero todo llegará...</em><br />
<em>Y ¿por qué he esperado hasta este preciso momento para contaros todo esto? Pues porque la coloración asimétrica del rostro de los rorcuales, blanco en una mitad y oscuro en la otra, es algo tan único y atípico en el reino animal que bien puede llevarnos a la reflexión como símbolo viviente del binomio yin-yang y porque es ahora, con la virtud de la justicia que nos traen estos dos colosos marinos donde mejor ejemplificado queda que una visión integradora, que contemple todos los factores y puntos de vista, será nuestra única posibilidad de redención, entre unos y otros y con el planeta en su conjunto. Esa es mi fe.</em><br />
<em></em><br />
<em>Finalmente, aquí tenéis un vídeo sobre un rorcual... azul. Aunque los rorcuales comunes que salen en la novela ocupan un muy honroso segundo puesto, he optado por ofreceros al, por otro lado muy semejante, "hermano mayor": La todopoderosa ballena azul, la más grande entre las grandes. Y lo he hecho, entre otras cosas, porque en esta entrada he reivindicado el contemplar la verdadera grandeza de las cosas... aquella que no olvida, pues se sabe dual, la igualmente hermosa pequeñez que también encierran.</em><br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<iframe allowfullscreen='allowfullscreen' webkitallowfullscreen='webkitallowfullscreen' mozallowfullscreen='mozallowfullscreen' width='320' height='266' src='https://www.youtube.com/embed/YylJwZA5wCk?feature=player_embedded' frameborder='0'></iframe></div>
<br />
<em></em><br />
<em></em><br />
<em></em><br />
<em></em><br />
<em></em><br />
<em></em><br />
<em></em><br />
<em></em><br />
<em></em><br />
<em></em><br />
<em></em><br />
<em></em><br />
<em></em><br />
<em></em><br />
<em></em><br />
<em></em><br />
<em></em><br />
<em></em> </div>
</td></tr>
</tbody>
</table>
Guadalupe Oteo Iturmendihttp://www.blogger.com/profile/02291059099249425676noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3166516680462054499.post-6996188546317439572013-03-09T09:23:00.001-08:002013-03-09T09:23:50.917-08:00Zifios: El mejor "sónar", la peor suerte<img 2="" align="left" border="1" hspace="5" src="http://www.masmar.com/imagenes/articulos/zifios_01.jpg" vspace="5" /> <strong><span style="color: #ff6600; font-family: Verdana; font-size: x-small;">EL SOFISTICADO "SÓNAR" DE LOS ZIFIOS</span></strong><br />
<span class="tnot"><span style="font-size: x-small;"><b><span style="color: #ff6600; font-family: Verdana, Arial, Helvetica, sans-serif;">(artículo de masmar.com)</span></b></span></span><br />
<span class="tnot"><span style="font-size: x-small;"><b><span style="color: #ff6600; font-family: Verdana, Arial, Helvetica, sans-serif;">
</span></b></span>El complejo y delicado sistema de ecolocación de los cetáceos
es también su “talón de Aquiles”, pues les ha puesto en el punto de mira de los
experimentos militares
</span><br />
Todas las especies de odontocetos (cetáceos con dientes) utilizan un sistema
de “sónar” para comunicarse y detectar a sus presas. El delicado y perfecto
sistema craneal de un zifio es capaz de producir sonidos que rebotan sobre
objetos y seres del fondo marino, especialmente en aquellos lugares donde la
visibilidad es baja o nula, y que le son devueltos en forma de ondas a través de
su mandíbula inferior, dándole una completa definición de lo que hay a su
alrededor.
Por tanto no es casual que la Armada estadounidense se haya centrado sobre
esta especie de cetáceos como modelo experimental para desarrollar y
perfeccionar sus sónares militares. Paradójicamente, el complejo sistema de
comunicación de estos mamíferos marinos, copiado por los humanos para controlar
los océanos, se está volviendo contra ellos y empieza a ser una seria amenaza.
<strong>¿Por qué los zifios?</strong>
Existen en el mundo unas 22 especies de zifios cuya longitud varía entre los
3,7 metros y casi 1.000 kilos de peso del zifio enano (Mesoplodon peruvianus) y
los casi 13 metros y 15 toneladas del enorme zifio de Baird (Berardius bairdii).
La mayoría de estos animales han pasado desapercibidos para la ciencia hasta
décadas recientes. De hecho, cuatro especies han sido descubiertas en los
últimas dos décadas. Algunas de ellas tan sólo se conocen por unos pocos
ejemplares varados en la costa. Y existe una especie de la que sólo se sabe de
su existencia por el hallazgo de sus restos. <br />
<img 2="" align="left" border="1" hspace="5" src="http://www.masmar.com/imagenes/articulos/zifios_2.jpg" vspace="5" /> <span class="tnot"><span style="font-size: x-small;"><b><span style="color: #ff6600; font-family: Verdana, Arial, Helvetica, sans-serif;"><
</span></b></span>Contrariamente a lo que ocurre con otros muchos odontocetos
(algo que comparten con los misticetos -ballenas sin dientes-), las hembras son
de mayor tamaño que los machos. Las crías al nacer suelen tener un tamaño
considerable (entre un tercio y la mitad de los adultos) y, su longevidad se
estima en unos 30 años.
</span><br />
Estos animales suelen encontrarse en grupos pocos numerosos, son muy huidizos
y permanecen gran parte de su vida bajo el agua. Suelen alimentarse en zonas de
profundidades superiores a los 200 metros, llegando incluso a superar los 1.400
metros, como en el caso de los zifios calderón, pudiendo permanecer más de una
hora sin salir a respirar nuevamente a superficie.
Su alimentación se basa en cefalópodos, peces y crustáceos que encuentran en
estas profundidades. Muchas de sus presas son calamares bioluminiscentes. Se ha
apuntado la posibilidad de que esta especie pueda identificar los calamares, no
sólo por la ecolocación, sino por la vista, al poder identificar los fotósforos
de estos animales. También se ha barajado la posibilidad de que algunos tonos
claros de la superficie de este animal o la adhesión de bacterias (diatomeas)
pueden proporcionarle también luminiscencia a los zifios.
La mayoría de estos cetáceos carecen de dientes o no los tienen visibles,
salvo en el caso del Tasmacetus (que tiene entre 17 y 27 dientes en cada
hemimandíbula) y el genero Berardius (con un par de dientes en cada
hemimandíbula inferior) y los dos dientes distintivos (uno en cada hemimandíbula
inferior) de los machos del resto de especies. Por lo tanto, se desconoce la
forma en que realizan la captura de sus presas, aunque estudios recientes
parecen achacar ésta a un sistema combinado de succión por medio de la lengua y
de las dos hendiduras que muestran estas especies en la garganta (pliegues
gulares).
Se cree que los dientes en muchos zifios es un distintivo sexual y que puede
ser utilizado en luchas durante la temporada de apareamiento, como así parecen
demostrar las habituales cicatrices que muestran estos animales.
No se conocen apenas predadores para estas especies, salvo el ser humano, que
ha cazado y caza algunas de sus especies, y el tiburón cigarro (Isistius
brasilensis). Este tiburón de apenas medio metro puede provocar heridas en los
zifios que, en caso de ser muy severas, llegan a provocarle la muerte. No
obstante, el tiburón cigarro suele considerarse más bien un “parásito” que
engaña a los zifios por medio de sus fotosensores haciéndose pasar por una presa
para extraer luego a mordiscos algunos centímetros de piel, grasa (y a veces
músculo) de los cetáceos.
<b>Interés de las armadas en los zifios </b>
Es ya conocido por la opinión pública el interés que distintas armadas vienen
mostrando por los cetáceos. Desde la utilización de delfines, belugassubmarinistas enemigos.
Menos conocidos son, sin embargo, los estudios que desde hace décadas vienen
realizando los militares para conocer el sistema de ecolocación de los cetáceos.
Todas las especies de odontocetos (cetáceos con dientes) utilizan un sistema
de “sónar” para comunicarse y detectar a sus posibles presas. Por medio de la
emisión de sonidos a través de su melón (cabeza) y de la recepción de estas
ondas rebotadas por la mandíbula inferior, los cetáceos pueden conocer la
situación de sus presas en lugares donde la visibilidad sea baja o nula.
Los zifios tienen un sistema especialmente complicado de ecolocación que los
ha convertido en punto de interés especial. El cráneo tienen una gran cantidad
de cavidades (senos) que le permiten articular gran diversidad de sonidos y su
mandíbula inferior (dos hemimandíbulas fusionadas en su extremo más exterior) es
muy frágil y de poca consistencia, los que las dota de una gran capacidad y
precisión a la hora de recoger los sonidos rebotados.
Estos animales suelen alimentarse en lugares de gran profundidad, donde las
temperaturas del agua son muy bajas y la entrada de la luz es nula, por lo que
sólo la bioluminiscencia o la ecolocación pueden permitir conseguir la captura
de sus presas.
La OTAN ha llevado a cabo estudios muy diversos sobre el sistema de
ecolocación de estos cetáceos para obtener datos y conocimientos que puedan
aplicar a las prácticas militares.<br />
Dichos estudios han permitido conocer una amplia gama de sonidos utilizados
por estos cetáceos; desde las secuencia de clicks a un intervalo de 0.07
segundos a otros de mayor duración, como los silbidos. Aunque muchos de los
sonidos que emiten se encuentran entre 1 y 10 kHz, se han detectado sonidos que
van entre los 300 Hz y más de 40 kHz) y se cree que pueden oír sonidos en un
rango muy superior (entre los 100 Hz y los 80 kHz).
También se ha comprobado que son especialmente sensibles a las frecuencias
intermedias de este rango, lo que hace que coincida con las utilizadas en
sistemas de sónar de media y baja frecuencia.
Las investigaciones se ampliaron con posterioridad a conocer el impacto de la
contaminación acústica, en especial por los sónares militares que se estaban
desarrollando, sobre estos animales. Esto se intensificó tras el varamiento de
zifios en las costas griegas después de los ejercicios navales realizados por la
OTAN (y que concluyeron que uno de los animales había sufrido un golpe de una
onda de sonido de 290 Hz a 15 kilómetros del emisor). Similares conclusiones han
sido sacadas de los experimentos realizados por la Armada estadounidense en
zonas como Hawai, California o Bahamas, donde también se detectaron, o bien
varamientos, o comportamientos anormales en los cetáceos. <br />
<br />
<em>Sé que el texto precedente es largo pero me ha parecido interesante copiarlo íntegro ya que muchos de los datos que en él aparecen concuerdan (algunos, muy tristemente) con aquellos que recaban Élias y sus amigos en su encuentro con un viejo zifio en aguas tirrenas. Aquel macho, solo y sordo merced a los dañinos tejemanejes de humanos interesados en su prodigiosa ecolocación, activará la cuarta de las Piedras de Ceto con la virtud de <u>la verdad</u>... de su triste verdad. El grupo le ayudará en lo que pueda pero es, de entre todos los cetáceos a cuestas con sus pesares que pueblan El destino de Élias, el que más lástima me da. Quizá sea por la forma en que desgrana él mismo todo lo que el hombre le ha arrebatado, desde una familia feliz (no me pude sustraer a la tentación de parrafrasear el especialmente hermoso comienzo de "cierta novela rusa con nombre de mujer" que seguro que algún lector habrá identificado...) hasta la pérdida de su capacidad de ecolocación: en cierto modo, la esencia misma de un delfín.</em><br />
<em>En la próxima entrada intentaré ser más breve. Ah, y con la llegada de la quinta virtud os hablaré, por fin, del significado oculto de las Piedras de Ceto.</em><br />
<em></em><br />
<em>No es fácil encontrar vídeos sobre zifios de cuvier ni de zifios en general y la mayoría de los pocos que hay son sobre varamientos. Y ya me parecía más que suficiente de asuntos tristes... Sentía que era necesario un vídeo optimista, quizá protagonizado por aquel mismo viejo macho, ahora esperanzado y feliz, rumbo hacia el santuario Piélagos para mamíferos marinos.</em><br />
<em>Y, al final, lo encontré.</em><br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<iframe allowfullscreen='allowfullscreen' webkitallowfullscreen='webkitallowfullscreen' mozallowfullscreen='mozallowfullscreen' width='320' height='266' src='https://www.youtube.com/embed/iw2bagDnZvY?feature=player_embedded' frameborder='0'></iframe></div>
<br />
<em></em>Guadalupe Oteo Iturmendihttp://www.blogger.com/profile/02291059099249425676noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3166516680462054499.post-67001500113319917992013-02-28T00:38:00.001-08:002013-06-17T05:06:17.404-07:00Delfines listados: Y con la solidaridad ya son tres.<div style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;">
<img class="CSS_LIGHTBOX_SCALED_IMAGE_IMG" closure_uid_229925376="41" height="217" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh2o3YDqUS8M1QhvaowSGWHk0i9eAN9vsHywdIkwTP-w6VVqBNjXvI-6-66KHAH3tCPNz1gsd5bX6aNjR3gio1wXMhyphenhyphenbhBh61N6lI4Xywre4pn0DY8Zasi5SzOsuNAvD597hRhNaeyjGRSK/s320/Stenella.jpg" width="320" /></div>
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
Especie semejante al delfín común pero de mayor tamaño. Los flancos son de color azul grisaceo con tres líneas longitudinales que parten de un anillo azul oscuro o negro que bordea el ojo. En general se trata de un animal de costumbres eminentemente pelágicas, aunque en el Mediterráneo también es abundante en la plataforma continental. Se alimenta de peces y cefalópodos, principalmente calamares, y también decápodos. Carece de enemigos naturales excepto tiburones y orcas; es lamentablemente famosa la gran epidemia del virus <strong>morbillivirus</strong> durante 1990-91 en el Mediterráneo que acabó con miles de individuos, a modo de una enfermedad semejante al moquillo de los carnívoros. Se suelen encontrar en manadas de hasta unos cien individuos, aunque en ocasiones pueden alcanzar los varios miles. Su comportamiento es similar al delfín común, con los que no es infrecuente ver mezclados, y son característicos sus saltos junto a los barcos. (ASTURNATURA - CIRCE)<br />
<br />
<em>Tras el AMOR que nos regaló Toniña y la HUMILDAD que Élias y su grupo hallaron en aquella familia de calderones en Alborán, los muy hermosos <strong>stenella coerulealba</strong> nos traen la tercera de las virtudes que se propone entregarnos el acervo emocional del Mediterráneo: LA SOLIDARIDAD.</em><br />
<em>Como la luminosa bóveda celeste reflejándose en el mar inmenso (caeruleus=cielo azul / albus=blanco), por dos veces en El destino de Élias, grupos de coerulealba nos ofrecen una lección de generosidad y camaradería. En la primera ocasión, conducen en jubilosa cabalgada a nuestros amigos hasta la isla de Alborán y en la segunda... en la segunda se enfrentan a la negrura subyacente a cualquier acto de solidaridad: el daño o carencia que es capaz de arañar las conciencias, que empuja a alguien a mirar "más allá" de su complaciente zona de confort para intentar ayudar a paliar ese dolor.</em><br />
<em>Pero hay dolores y dolores... Existen dolores, digamos, trágicamente inexorables, aquellos que en forma de epidemias cíclicas o cualquier otro tipo de desgracia natural golpean el discurrir de la vida. Aquí la solidaridad nacería preñada de ternura y compasión, cómo la que se observa en esa actitud de apoyo y arrope que tienen los delfines listados en su viaje hacia aguas baleares para con sus hermanos, más pequeños y más costeros, delfines comunes. Esta primera forma de solidaridad es dulce y mansa, nace del compañerismo y la empatía y es tan bella y luminosa como ese radiante cielo azul y blanco del que hablábamos antes.</em><br />
<em>Pero a veces ese cielo se enegrece con feroces nubes de tormenta, la solidaridad no nace entonces de lo dulce sino de lo amargo, de la ira incontenible que provoca otro tipo de dolores, de esos dolores en absoluto inexorables sino, antes bien, dramáticamente innecesarios puesto que nacen de una flagrante injusticia, tanto más terrible y flagante cuanto que es consecuencia del egoismo y del abuso previo de otros, en cualquiera de sus formas.</em><br />
<em>Y es camino a Baleares cuando, en la novela, el gran grupo que han formado se encara a uno de los peores azotes posible: EL HAMBRE. Durante la historia, habrá más ocasiones de enfrentarse a la esquilmación sistemática de los recursos de los mares por parte del ser humano, pero es en esa agónica etapa hacia las montañas submarinas entre Ibiza y Mallorca cuando los viajeros aprenderán el valor de la solidaridad en la conducta de una hembra de delfín listado, enferma del mismo morbillivirus que también en ese 2007 hizo acto de presencia en el Mediterráneo, que aún es capaz de ponerse en disposición de ayudar a todos; listados, comunes e incluso Élias y su pequeño grupo... ayudarles a llegar al único lugar donde podrían sobrevivir a una de las más crueles condenas: la muerte por inanición.</em><br />
<em>La reacción de Élias frente a la hambruna parece, en contraposición, insolidaria y fuera de lugar. Y en parte es cierto ya que, tras superar la prueba, deviene mejor persona. Sí. Pero en dicha reacción también me ha parecido muy pertinente reivindicar a aquel que sufre en sus carnes el tormento de no poder comer... Sin más, así de sencillo. Además, frente a la mansedumbre de la pobre hembra de stenella coerulealba, en el muchacho de Ciudad Alba prevalece (y es perfecto que así sea) esa bendita y justificada ira oscura, tan madre de la virtud de la solidaridad como la luminosa empatía, que provoca el ser privado, no por causas naturales sino por la cruel rapiña "del que pasó antes que tú", de un derecho fundamental como es el procurarse el sustento, sustento sin el que es imposible plantearse siquiera la opción de ser feliz.</em><br />
<em>Hemos oído hablar tanto de la falta de recursos... Me da igual que sea en los océanos que en las tierras emergidas, entre las criaturas marinas o entre los seres humanos; cuando se trata del hambre en el mundo, el dedo acaba apuntando siempre al mismo culpable. Y no se trata de un enemigo natural como sequías o fluctuaciones cíclicas en la biomasa (con el que una dulce solidaridad por empatía sería más que suficiente para hacernos reaccionar) sino de "la otra", de la que está llena hasta los topes de cólera e indignación hacia nosotros mismos, en tanto voraces alimañas.</em><br />
<em></em><br />
<em>MÁS ALLÁ DE CIFRAS... MÁS ALLÁ DE ESPECIES... LA MUERTE POR HAMBRE, EL CONSENTIR QUE UNA CRIATURA MUERA DOLOROSA Y LENTAMENTE DE INANICIÓN ES UN CRIMEN ABOMINABLE. UN ASESINATO CON TODAS LAS LETRAS.</em><br />
<em>SI NO CONSENTIRÍAMOS JAMÁS QUE ANTE NUESTROS OJOS ASESINARAN VILMENTE DE ESA ESPANTOSA MANERA A UNA SOLA PERSONA, A UN SOLO ANIMAL, NO ES ADMISIBLE QUE MANTENGAMOS CERRADOS ESOS MISMOS OJOS ANTE LA REALIDAD. NUNCA.</em><br />
<em></em><br />
<em>Hoy os pongo como vídeo ilustrativo un trocito de poco más de 10 minutos de un Informe semanal que, más allá de infinitas campañas contra el hambre en el mundo, a mí me impresionó como ninguna. Y lo hizo porque me condujo a pensar en el verdadero origen del problema...Me ha costado mucho dar con él y algunos podrían pensar que, aun así, no pinta nada en este blog, ya que habla de seres humanos y no de animales marinos... Pero cuando lo veáis, coincidiréis conmigo en que el hambre en la tierra y el hambre en los mares son en realidad, se mire por donde se mire, la misma cuestión.</em><br />
<em></em><br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<object class="BLOGGER-youtube-video" classid="clsid:D27CDB6E-AE6D-11cf-96B8-444553540000" codebase="http://download.macromedia.com/pub/shockwave/cabs/flash/swflash.cab#version=6,0,40,0" data-thumbnail-src="http://1.gvt0.com/vi/UeCPV0_d-U0/0.jpg" height="266" width="320"><param name="movie" value="http://www.youtube.com/v/UeCPV0_d-U0&fs=1&source=uds" /><param name="bgcolor" value="#FFFFFF" /><param name="allowFullScreen" value="true" /><embed width="320" height="266" src="http://www.youtube.com/v/UeCPV0_d-U0&fs=1&source=uds" type="application/x-shockwave-flash" allowfullscreen="true"></embed></object></div>
<br />
<em></em><br />
<em></em><br />
<em></em><br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
Guadalupe Oteo Iturmendihttp://www.blogger.com/profile/02291059099249425676noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3166516680462054499.post-62572154137190815762013-02-19T01:56:00.000-08:002013-02-19T01:56:32.466-08:00Calderones: La matanza que no cesa.<br />
<em>Siguiendo la estela de Élias y compañía en su viaje hasta los más lejanos confines del Mediterráneo, ahora sería el momento de hablar de <strong>los calderones</strong>. Son estos los primeros cetáceos con los que se encuentra el grupo una vez abandonada la comunidad profunda de Alborán, recién estrenadas las aguas netamente mediterráneas... Podría contaros, más allá de los datos zoológicos, lo muy interesante que me pareció el papel que juegan las "abuelas" en su forma de vida o por qué elegí en este caso la HUMILDAD como su virtud más emblemática. Incluso podría revelaros de dónde saqué la idea de las siete virtudes de las Piedras de Ceto (ocho contando la rectitud, que las englobaría todas) y qué quiero transmitir al narrar la progresiva activación de las Piedras de las que Mistral es portadora a través de determinadas especies de cetáceos, cada uno representando una de esas virtudes.</em><br />
<em>Pero será en otra entrada... En ésta es bastante más importante que se divulgue a los cuatro vientos la terrible masacre que se repite cada primavera en las Feröe.</em><br />
<em>Y sé que las "abuelas" compartirían esa misma opinión.</em><br />
<br />
<br />
<a href="http://ecooceanos.blogspot.com/2012/04/islas-feroe-la-mayor-crueldad-en-europa.html?spref=bl">EcoOcéanos: ISLAS FEROE: ¿LA MAYOR CRUELDAD EN EUROPA?</a>: Domingo 29 de abril de 2012 Se acerca el verano y el comienzo de la temporada de una auténtica barbaridad contra la fauna natural que se...<br />
<br />
<em>Dudaba en terminar con un vídeo esta especialmente extensa entrada. Reconozco que las imágenes son casi intolerablemente dantescas pero... Bueno, por muy hermosas que resulten las escenas de cetáceos viviendo en armonía en su entorno natural, puede sean estas</em> <em><strong>otras </strong>las que más merece la pena visualizar... (Y eso también va por "The cove", un impactante documental sobre delfines en un pueblo costero japonés del que quizá hayáis oído hablar y que igualmente os recomiendo).</em><br />
<em></em><br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<iframe allowfullscreen='allowfullscreen' webkitallowfullscreen='webkitallowfullscreen' mozallowfullscreen='mozallowfullscreen' width='320' height='266' src='https://www.youtube.com/embed/xvE2wk1SgFU?feature=player_embedded' frameborder='0'></iframe></div>
<br />
<em></em><br />
<em></em>Guadalupe Oteo Iturmendihttp://www.blogger.com/profile/02291059099249425676noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-3166516680462054499.post-16221691575096564632013-02-13T08:08:00.000-08:002013-02-13T08:08:11.421-08:00Orcas: ¿Ballenas asesinas?<div>
<img alt="Orca.jpg" class="alignleft" height="263" src="http://wikifaunia.com/images/thumb/4/4f/Orca.jpg/350px-Orca.jpg" title="Orca animales" width="350" /></div>
La <strong>Orca</strong> (Orcinus orca), es un mamífero marino del orden de los Cetáceos, el más veloz, así como el de mayor tamaño de la familia de los delfínes oceánicos, conocida como Delphinidae. Se encuentra en los océanos de todo el mundo, desde las frías regiones árticas a los cálidos mares tropicales, correspondiendo al segundo mamífero con la mayor distribución en la tierra (después del hombre). Es un animal sumamente versátil, siendo un depredador que se alimenta de peces, tortugas, aves, focas, tiburones e incluso de otros cetáceos.<br />
Estudios sugieren la existencia de tres tipos de orcas: residentes, transeúntes y oceánicas.<br />
Las <strong>residentes</strong> tienden a formar grupos familiares grandes o pods (usualmente 5-25 animales). Tienen territorios relativamente pequeños (particularmente en verano) y se alimentan principalmente de salmón y otros peces. Normalmente cazan usando la ecolocalización. Las residentes “hablan” entre ellas más frecuentemente que otras orcas. Son las Orcas más estudiadas de todas, porque tienen hábitos alimenticios predecibles y son, por lo tanto, relativamente fáciles de encontrar y seguir, para los científicos que trabajan con ellas. <br />
Las <strong>transeúntes</strong> tienden a formar grupos familiares o pods más pequeños (usualmente 1-7 animales). Tienden a utilizar un área más amplia y alimentarse de focas, lobos marinos, delfines y otros mamíferos, así como también de aves marinas y otras especies. No cazan usando ecolocalización, probablemente porque su presa tiene un buen oído y sería capaz de oír los sonidos provocados por las Orcas al utilizar este sistema. En cambio, nadan en forma silenciosa, escuchando los sonidos hechos por otros animales en el agua. Las transeúntes “hablan” entre ellas menos frecuentemente que las Orcas residentes y tienen aletas dorsales levemente más puntiagudas.<br />
Las<strong> oceánicas</strong> fueron identificadas por primera vez recién a comienzos de los 1990s. Aparentemente viajan en grupos grandes de 25 o más ejemplares. La mayor parte del tiempo se encuentran en mar abierto, mucho más lejos de la costa que las residentes o transeúntes. Probablemente se alimenten principalmente de tiburones y calamares y hacen mucho ruido, comunicándose entre ellas regularmente.<br />
<br />
<em>Hoy os presento a las tan temibles ballenas asesinas (killer whale, en inglés), comenzando por una un poco avergonzada confesión. Ya se sabe lo audaz que suele ser la ignorancia y yo, cuando me enfrenté en un principio a los datos que se tienen sobre este formidable animal, dí demasiados tópicos por hecho y, claro está, metí la pata. Y el caso es que la primera vez que aparecen orcas en mis novelas, cuando Rocalla desvela la muerte entre sus fauces del bebé que acaba de tener y cómo aquella desgracia desembocará en su atípico hermanamiento con Eliom, se narra algo que corresponde al ciento por ciento con la realidad de los océanos. Pero alguien dijo que las peores mentiras son las más "contaminadas" de verdad y aunque un tipo de orcas, las transeúntes, si pueden desarrollar ese tipo de conductas, no son la única clase de ellas que existe en el mar.</em><br />
<em>Todo esto lo descubrí cuando estudié más a fondo la fauna marina del estrecho de Gibraltar. Allí fue cuando volví a encontrarme por segunda vez con estos colosos blanquinegros... y donde mi percepción sobre ellos comenzó a cambiar. Cuando supe de su relativamente pacífica dieta ictiófaga comprendí que la orca y el ser humano no solo se parecen en su amplísima distribución sino en su ambivalente realidad ángel-demonio o, lo que es lo mismo, en que, depende del cristal donde se mire, pueden pasar por sanguinarios asesinos o por inofensivos comedores de peces.</em><br />
<em>Volvamos a las orcas del Estrecho. A las familias de estos cetáceos que subsisten en esas aguas la propia diosa Ceto las nombró Las Guardianas del Umbral. Y es que, aún siendo más "todoterreno" que ninguna otra especie del planeta a excepción del hombre, es rarísimo verlas nadando en el Mediterráneo... Este hecho tan curioso fue el que me dió pie a esa fantasía. Me resulta fascinante como, lejos de la idea preconcebida de una inmensa e indiferenciada masa de agua sin límites ni barreras, el océano se revela como un territorio mucho más delimitado y restrictivo para unos o para otros de lo que pudiera pensarse a simple vista.</em><br />
<em>Reconozco que su título vitalicio de centinelas de las "puertas" del Mediterráneo es algo inventado pero, aunque os sorprenda, los descendientes de aquellas primeras orcas, aquellas otras con las que se encuentran Élias, Dicayos, Mistral y una recién incorporada Toniña justo antes de pasar al mar de Alborán, son, digamos, bastante más reales.</em><br />
<em>Y es que en el estrecho de Gibraltar se lleva estudiando años a cinco familias de orcas que acuden allí periódicamente al encuentro del atún rojo, el mismo atún por el que compiten haciendo uso de todo su ingenio con los pescadores de la zona. Los nombres que los estudiosos les dan a estos cinco clanes remiten a algún individuo destacado en cada una de las familias y estos son Camacho, Morales (que antes formaban un solo clan), Macarra (que algunos años se ha asociado a los dos primeros), Bartolo (con un solo avistamiento) y, por último, Vega. Sí, Vega, la misma vieja matriarca que lideraba a Espartaco y sus hermanas y que, en efecto, como ella misma pronosticó, acaba muriendo poco después del encuentro con nuestros viajeros, en el año 2006.</em><br />
<em>Recordando ahora ese episodio, viene a mi cabeza la peculiar gestión de las emociones que atribuí a las orcas en El Destino de Élias. Se me ocurrió que en el universo emocional en el que se supone que se mueven todos los cetáceos sería plausible imaginar una especie especialmente aficionada a las llamadas "emociones-límite" que, como no podía ser de otro modo, acaban siendo las más cercanas a la implacable muerte, propia o ajena... Y si algún mamífero marino podía encarnar el asombroso despliegue de capacidades intelectuales y físicas que diera lugar a esa forma de "vida en el filo", este no podría ser otro que las vigorosas e inteligentísimas orcas. Sus magníficas persecuciones y sus extraordinarias técnicas de caza, privativas de cada subespecie, las hacen las criaturas idóneas para ese papel. Y es por esa misma idoneidad que la terrible cacofonía emocional, la avalancha de dolores varios que sufren los seres del Mediterráneo, les ensordece y abruma de tal modo que acaba siendo algo demasiado hiriente en tanto "hipersensibilizante" y por ello queda vedado para ellas, convirtiéndose así en guardianas de un espacio que nunca podrán franquear. </em><br />
<em></em><br />
<em>El vídeo que he elegido en esta ocasión no es el más elaborado ni el de mejor realización pero me ha parecido el correcto. En la primera mitad, muestra un grupo de orcas desplegando la famosa técnica de caza característica de la Península de Valdés, en la Patagonia, en la que "juegan" con las focas de la orilla como si fueran peleles, arriesgándose a quedar varadas de lo mucho que salen del mar. Este sería su lado Tánatos, su aspecto predador y hasta un poco suicida. En la segunda mitad... bueno, mejor vedlo por vosotros mismos, pero ya os adelanto que, muy a menudo Eros y Tánatos van de la mano. </em><br />
<em>Viene a ser lo que os decía al principio: En todos, en nosotros y en ellas, se esconden juntos el ángel y el demonio.</em><br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<iframe allowfullscreen='allowfullscreen' webkitallowfullscreen='webkitallowfullscreen' mozallowfullscreen='mozallowfullscreen' width='320' height='266' src='https://www.youtube.com/embed/3n1c7jrWLJ0?feature=player_embedded' frameborder='0'></iframe></div>
<br />
<em></em><br />
<br />
<br />
<br />
<br />
Guadalupe Oteo Iturmendihttp://www.blogger.com/profile/02291059099249425676noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3166516680462054499.post-64413708078156361732013-02-05T05:53:00.001-08:002013-02-05T05:53:34.625-08:00Focénidos: De vaquitas marinas, toniñas y sombrereros locos.<span style="color: black;"><span style="font-family: Verdana;">Los <strong>focénidos</strong> son los cetáceos más pequeños y su cabeza es redondeada, sin el pico
característico de los delfines. A diferencia de éstos, su aleta dorsal es más
ancha, más pequeña y tiene forma triangular, nadan más despacio y no saltan por
encima del agua.<br /><br />La especie más frecuente y con un área de distribución
más amplia es la marsopa común, que habita en las aguas costeras del hemisferio
norte (desde el mar Blanco y el mar Báltico, hasta el Mediterráneo y el mar
Negro) pero, en especial, cerca de los estuarios y desembocaduras de los grandes
ríos. Mide entre 1,2 y 2 m de largo; su cuerpo es azul-negruzco por encima y
blanquecino por debajo, y las aletas anteriores son negras. Los dientes de la
marsopa son aplanados, en forma de azadón, lo cual les hace bastante diferentes
a los de los delfines, que son cónicos. Respecto a sus costumbres, las marsopas
suelen vivir en grupos pequeños (menos de diez individuos), y el apareamiento
tiene lugar entre junio y septiembre; las hembras paren una sola cría (miden
entre 0,7 y 1 m de longitud al nacer), después de un periodo de gestación de
unos 11 meses.<br /><br />El resto de especies de marsopas tienen un área de
distribución más restringida. La marsopa de Dall tiene unas marcas blancas
distintivas debajo del pecho que suben hacia los flancos y habita en las aguas
frías del Pacífico norte hasta Japón. Otra especie, la marsopa negra o marsopa
sin aleta, carece, como su nombre indica, de aleta dorsal; es gris oscura y
habita en las zonas costeras y estuarios de las aguas del sur y este de
Asia.</span></span><br />
<span style="color: black;"><img src="http://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/5/50/Porpoise_touching.jpg" /></span><br />
<span style="color: black;"></span><br />
<span style="color: black;"><em>Quizá os preguntéis porque encabezo esta entrada haciendo alusión al estrafalario personaje que invitó a tomar el té a la Alicia de Caroll en aquel desquiciado "no cumpleaños". La razón es que hoy me toca hablaros de Toniña, el primer cetáceo con el que se encuentran Élias y Dicayos durante su viaje en aguas todavía atlánticas y, en muchos aspectos, el más relevante de todos. Ay, la entrañable Toniña...</em></span><br />
<span style="color: black;"><em>En Galicia a las marsopas comunes se las llama toniñas. Es un apelativo genérico, sin identidad personal, el único que en su desamparo se le ocurre tomar a nuestra pobre ancianita cuando comprende que, por quitarle, el contaminado mundo en el que habita le ha arrebatado incluso su verdadero nombre. Porque Toniña es una vieja lunática, una niña chiflada dentro de un cuerpo marchito, no solo por la edad sino por el cruel castigo al que le han sometido unas aguas enfermas... aguas envenenadas, entre otras muchas ponzoñas, por el mercurio. Y es aquí donde entra a colación el Sombrerero Loco.</em></span><br />
<span style="color: black;"><em>En aquella Inglaterra de 1865 donde vieron la luz las aventuras de Alicia en el país de las maravillas el oficio de sombrerero aún estaba en pleno vigor. Y para trabajar los fieltros que más tarde se convertirían en elegantes sombreros se empleaba habitualmente mercurio. Pero el mercurio (también llamado azogue) acabó convirtiendo a muchos de aquellos artesanos en unos "azogados", o lo que es lo mismo, en unos pobres chalados, como tan bien supo reflejar Lewis Carroll en su aventado e histriónico personaje. Puede tener su parte cómica pero en realidad el hecho es que aquellos esforzados artesanos se envenenaban poco a poco hasta llegar en los casos más extremos hasta la más enajenada de las muertes.</em></span><br />
<span style="color: black;"><em>Pues bien, este mismo mercurio es el que atosiga a Toniña (los focénidos son los cetáceos más delicados ante las agresiones al medio ambiente marino) robándole desde la salud a la dignidad, pasando por la memoria de una promesa e incluso de una identidad, y el que también la ha convertido en una criatura demente que, sin embargo, no ha perdido por ello su inocencia ni su bondad. Ni, por supuesto, su amor. Ese AMOR que tan importante será no solo para que triunfe al fin sobre la adversidad sino para que Élias y Mistral, como portadores de Las Piedras de Ceto, puedan culminar con éxito su importante misión.</em></span><br />
<span style="color: black;"><em>Como ya le ocurrió a una joven Irisar en el mar de Cortés con unas vaquitas marinas, estos delicados cetáceos a mí también me conmueven profundamente. Toniña, con su chifladura y su inmensa generosidad enternece mi corazón como ningún otro habitante de los Reinos del Mar. La respeto, la admiro... y la amo. Pues esa es la magia de la virtud del Amor; contagiar todos los corazones hasta descubrir la grandeza en lo más insignificante, en lo (aparentemente) más frágil.</em></span><br />
<span style="color: black;"><em>Ella es, en definitiva, lo que yo entiendo por una heroína. Una heroína que se revela indispensable en el viaje por el Mediterráneo y que es la más merecedora de alcanzar el mejor de los destinos. </em></span><br />
<span style="color: black;"><em>Y, por todo ello, Toniña acaba alcanzando ese destino. Este será siempre mi reconocimiento y mi regalo para ella; no podría hacerle un cumplido mayor.</em></span><br />
<em></em><br />
<em>Existen varios tipos de marsopas y no sabía bien qué vídeo elegir. Por eso, al final me he decidido por "los más pequeños entre los pequeños", las vaquitas marinas del golfo de California. Están en gravísimo peligro de extinción... como suele ocurrir siempre con los más vulnerables.</em><br />
<em></em><br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<object width="320" height="266" class="BLOGGER-youtube-video" classid="clsid:D27CDB6E-AE6D-11cf-96B8-444553540000" codebase="http://download.macromedia.com/pub/shockwave/cabs/flash/swflash.cab#version=6,0,40,0" data-thumbnail-src="http://0.gvt0.com/vi/_3352-l8hdg/0.jpg"><param name="movie" value="http://www.youtube.com/v/_3352-l8hdg&fs=1&source=uds" /><param name="bgcolor" value="#FFFFFF" /><param name="allowFullScreen" value="true" /><embed width="320" height="266" src="http://www.youtube.com/v/_3352-l8hdg&fs=1&source=uds" type="application/x-shockwave-flash" allowfullscreen="true"></embed></object></div>
<br />
<br />
<br />
<span style="color: black;"><em></em></span><br />
<span style="color: black;"><em></em> </span><br />
<span style="color: black;"></span>Guadalupe Oteo Iturmendihttp://www.blogger.com/profile/02291059099249425676noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3166516680462054499.post-83167716704957224592013-01-24T01:56:00.000-08:002013-01-24T01:56:00.910-08:00Delfínidos: Dicayos y compañíaLos <b>delfínidos</b> (<b>Delphinidae</b>), llamados normalmente <b>delfines oceánicos</b> (a diferencia de los <a href="http://es.wikipedia.org/wiki/Platanistoidea" title="Platanistoidea">platanistoideos</a> o delfines de río) son una <a href="http://es.wikipedia.org/wiki/Familia_(biolog%C3%ADa)" title="Familia (biología)">familia</a> de <a href="http://es.wikipedia.org/wiki/Cetacea" title="Cetacea">cetáceos</a> <a href="http://es.wikipedia.org/wiki/Odontoceti" title="Odontoceti">odontocetos</a> bastante heterogénea, que alberga unas 34 <a href="http://es.wikipedia.org/wiki/Especie" title="Especie">especies</a>.<br />
Miden entre 2 y 9 metros de largo, con el cuerpo fusiforme y la cabeza grande, el hocico alargado y un solo <a href="http://es.wikipedia.org/wiki/Espir%C3%A1culo" title="Espiráculo">espiráculo</a> en la parte superior de la cabeza (orificio respiratorio que muchos animales marinos tienen como contacto del aire o agua con su sistema respiratorio interno). Son <a class="mw-redirect" href="http://es.wikipedia.org/wiki/Carn%C3%ADvoros" title="Carnívoros">carnívoros</a> estrictos.<br />
Están entre las especies más inteligentes que habitan el planeta. Se encuentran relativamente cerca de las costas y a menudo interactúan con el ser humano.<br />
Como otros cetáceos, los delfines utilizan los sonidos, la danza y el salto para comunicarse, orientarse y alcanzar sus presas; además utilizan la <a class="mw-redirect" href="http://es.wikipedia.org/wiki/Ecolocalizaci%C3%B3n" title="Ecolocalización">ecolocalización</a>. Hoy en día, las principales amenazas a las que están expuestos son de naturaleza <a href="http://es.wikipedia.org/wiki/Antropog%C3%A9nico" title="Antropogénico">antrópica</a>. (wikipedia)<br />
<br />
<img height="256" src="http://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/5/5a/Baby_wolphin_by_pinhole.jpeg" width="320" /><br />
<br />
<em>De las muchas fotos de delfines que podía ofreceros, he elegido precisamente ésta por una buena razón: se trata de un balfín. Como Dicayos. </em><br />
<em>¿Qué es un "balfín"? Pues un balfín es un cruce entre dos tipos diferentes de delfínidos. El de la imagen es el resultado de la unión de un mular, no con una hembra de calderón gris o delfín de Risso como el entrañable compañero de Élias, sino con una falsa orca, pero el mensaje es el mismo; aunque pudiera resultar sorprendente, la hibridación entre distintas especies de delfines y calderones no es una invención mía sino algo completamente real.</em><br />
<em>Y eso me gusta. Creo firmemente que el mestizaje, en cualquiera de sus formas, es riqueza. Nos habla de aceptación de la diferencia, de resultados mejores que la suma de sus partes, de superación de arrogantes endogamias... Entiendo que para aquel que vive a caballo entre dos mundos el reto nunca será fácil, pues puede que jamás llegue a sentirse plenamente de ninguno de los dos y, por ello, su integración plena le sea siempre cuestionada, pero sigo apostando porque a la postre su vida, la vida en su conjunto, devendrá de este modo más rica y mejor. </em><br />
<em>Dicayos significa en griego "justo", "virtuoso", y está claro que la elección del nombre no fue algo hecho sin pensar. Sin restar importancia a la gesta de crecimiento personal hecha por Élias en su camino por el Mediterráneo, creo que el verdadero héroe del viaje que se narra en mi segunda novela es, en realidad ,Dicayos. En él se hacen presentes armónicamente todas las otras virtudes que tan cruciales acabarán siendo para el despertar de Las Piedras de Ceto... por no hablar del de dos jóvenes corazones que languidecían de soledad hasta que él apareció en sus vidas.</em><br />
<em>He decidido continuar con mis entradas "siguiendo la estela" de aquel joven Élias que un buen día abandonó los confiables muros de Ciudad Alba y se lanzó en pos de un albatros hacia lo desconocido. Así, iremos haciendo un repaso a las distintas especies de cetáceos que el muchacho se va encontrando sucesivamente a lo largo de su viaje hasta llegar a los confines más orientales del Mediterráneo. En este sentido, Dicayos es el primero... y no solo cronológicamente; cuando él llega a la vida del muchacho ya no dejará de velar por él, de guiarle discretamente en el resto de los muchos encuentros que vendrán después. Se harán buenos amigos. Y eso, en su sentido más pleno, no es poca cosa.</em><br />
<em>Por si, a estas alturas, a alguien le quedaba alguna duda al respecto, este delfín mestizo (junto con otro personaje del que algún día os hablaré) son mis personajes favoritos entre las criaturas marinas que pueblan mis novelas. </em><br />
<em>A todos los quiero mucho, por supuesto, pero ellos dos... en fin, ellos dos son mi debilidad.</em><br />
<em></em><br />
<em>Y ahora os invito a bailar un vals... entre delfines.</em><br />
<em></em><br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<object width="320" height="266" class="BLOGGER-youtube-video" classid="clsid:D27CDB6E-AE6D-11cf-96B8-444553540000" codebase="http://download.macromedia.com/pub/shockwave/cabs/flash/swflash.cab#version=6,0,40,0" data-thumbnail-src="http://0.gvt0.com/vi/u__cu16ZfZA/0.jpg"><param name="movie" value="http://www.youtube.com/v/u__cu16ZfZA&fs=1&source=uds" /><param name="bgcolor" value="#FFFFFF" /><param name="allowFullScreen" value="true" /><embed width="320" height="266" src="http://www.youtube.com/v/u__cu16ZfZA&fs=1&source=uds" type="application/x-shockwave-flash" allowfullscreen="true"></embed></object></div>
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
Guadalupe Oteo Iturmendihttp://www.blogger.com/profile/02291059099249425676noreply@blogger.com0